¿En qué consiste la terapia de pareja? Y objetivos
Los psicólogos generalmente reciben una visita diaria de un matrimonio o noviazgo que está en crisis, pero que plantea la opción de reconciliarse. A través de la Terapia de pareja la comunicación vuelve a ser efectiva hasta que la relación retome vigor y los conflictos personales queden en el olvido. Conoce más detalles en este artículo.
Importancia de la terapia de pareja
Es bien sabido que una unión entre parejas es fundamental en la vida cotidiana, como el acto de crear una familia con los mejores Valores morales posibles, hasta ser personas adaptadas a una sociedad que pone en práctica cada uno de estos principios éticos. Resulta inevitable que los conflictos no aparezcan en episodios determinados, cuando no están de acuerdo con un punto de vista o hay actitudes que impactan de manera negativa en la relación y que nunca antes había pasado.
Las relaciones maritales o noviazgos componen el círculo de vida en el mundo, pero existen agentes internos e internos que se convierten en baches capaces de separar momentánea o definitivamente a una pareja. Por ejemplo, si uno de los involucrados pierde su empleo, algún proyecto no se concreta, enfermedades, deudas o hasta situaciones conflictivas de su personalidad, acarrean diversas problemáticas que con ayuda de la terapia de pareja puede superarse sin afectar el estatus de la relación.
Siempre es necesario que al momento de iniciar un noviazgo, cada uno esté preparado para entregar lo mejor de sí. No es válido que arrastran heridas del pasado hasta el presente, que a su vez representarán problemas a mediano plazo. Gracias a estas heridas, abre las puertas para la incomprensión y lo que es peor, a una falta de comunicación evidente, por estar sujeto a ese pasado que no ha logrado soltar para entregar su corazón de lleno, sin rencores ni recuerdos de eventuales relaciones del pasado.
¿Cuándo ir?
Algunas relaciones acuden a la terapia de pareja no con el objetivo de recuperar el tiempo perdido por peleas, sino para fortalecer el lazo, hacer que el amor crezca y reparar los daños menores que han transcurrido desde la aceptación al noviazgo o matrimonio constituido.
Otros pretenden asistir para investigar cuál es el verdadero móvil del conflicto, sea pasajero o complejo, con falta de comunicación para discutirlo en la intimidad. Si la relación llega a un punto de conflicto máximo, la terapia de pareja busca separar definitivamente a ambos, aconsejando que la mejor decisión de sus vidas es el divorcio o continuar por caminos diferentes para no lastimarse más.
Sea por diversas razones, si en algo está fallando la pareja y están conscientes que eso ha deteriorado la unión, con la terapia de pareja puede resolverse muchas rencillas que están ocurriendo. El especialista hallará un punto intermedio con el cual los involucrados abran su corazón para explicar el porqué de tantas peleas recientes o qué está pasando que todo se ha convertido en un círculo vicioso de insultos e indiferencia al momento de compartir juntos.
Un ejercicio interesante del terapeuta es hacerles recordar a la pareja en conflicto qué los unió por primera vez, cuáles son las virtudes que gustaron en ambos para enamorarse y si están dispuestos a reparar los daños causados para empezar de nuevo.
A veces, el mismo noviazgo tiene los recursos en sus manos para reconciliarse, sin necesidad de asistir a la terapia de pareja. No obstante, cuando los problemas rebasan sus propias capacidades de resolución de problemas, si es conveniente ir al consultorio para recibir la asesoría adecuada, antes de actuar peor por la negación de no asistir.
Si la pareja está consciente que necesita terapia y ambas partes están de acuerdo en ir a un psicólogo, medio terreno está ganado para recuperar el tiempo perdido. Es necesario aclarar que no todos los psicólogos están especializados para atender estos casos, sino aquellos que poseen la especialización en resolver problemáticas maritales, con el propósito número 1 de reconciliación, seguido por una separación definitiva, si observa que continúan haciéndose daño aún en la terapia de pareja.
A continuación, los 10 indicadores importantes para que una pareja tome la determinación de acudir a terapia. Corresponde prestar atención si presenta alguno de ellos o varios:
- Pérdida de confianza y faltas de respeto de ambas partes. Es el indicador más alarmante de la lista, porque a raíz de él suscita más inconvenientes, como una avalancha de nieve que se lleva todo a su paso.
- Las discusiones tornan más agresivas. De aumentar más, pasaría a considerarse maltrato psicológico que puede llegar a ser físico.
- Falta de comunicación. Ninguna de las partes indica cuáles son sus expectativas o necesidades como pareja. La relación llega a un punto en que en una misma vivienda conviven dos perfectos extraños.
- Los problemas se salen de control. Corresponde prestar atención a los impulsos negativos que conducen a tomar malas decisiones sin pensar con la cabeza fría.
- Un suceso inesperado que ha alterado la perspectiva que el sujeto tiene de su pareja. Si no hay comunicación, esa inquietud permanecerá como una herida sin cicatrizar correctamente.
- Ambos sienten que están en un círculo vicioso dañino y no saben cómo salir de allí.
- La intimidad emocional no existe. Este punto está relacionado con el primero de esta lista, gracias a una falta de confianza de verbalizar lo más profundo de su ser que provoca malestar. No hay empatía en ambas partes para ponerse en el lugar del otro si padecen algún problema que no están dispuestos a conversar.
- Pérdida de interés en las relaciones sexuales.
- Si uno de los dos presenta un conflicto del pasado que no ha soltado, entonces la terapia de pareja es el arma ideal para superar un noviazgo que dejó muchas cicatrices en el alma.
- Cuando el distanciamiento es muy notorio.
Objetivos
El objetivo base en la terapia de pareja es recuperar la comunicación entre los involucrados. Este hecho es primordial para que el especialista tenga el poder de mediación completo y así actuar como el recurso que una de nuevo la relación. Ahora bien, es momento de reseñar los objetivos para que la relación vuelva a ser enriquecedora, con la confianza suficiente para emprender un segundo aire en pareja:
- Identificar cuáles son las fallas que están distanciando cada vez más a la pareja.
- Llegar a un acuerdo en el que los involucrados puedan comprenderse mutuamente. Esto es importante para recuperar valores como respeto y tolerancia.
- Mejorar la percepción que ambos tienen de los problemas que está deteriorando la relación. Es una actividad imprescindible para que cada uno reconozca sus fallas; es un gran acto de humildad en el noviazgo y matrimonio.
- Aumentar la capacidad en que la pareja toma decisiones simples y complejas, con la meta de mejorar la comunicación, hasta que la misma sea tan cordial como fructífera.
- resolución de problemas no genera resultados fuera del consultorio, entonces corresponde implementar una nueva estrategia o un plan B para observar si es fiable; todo con el propósito de recuperar esa unión marital.
- Desarrollar una mejor comunicación. El terapeuta asignará una serie de actividades en su consultorio para aminorar la distancia y propiciar un acercamiento afectivo en ambas partes.
- Modificar los paradigmas que no están funcionando, en caso que la misma pareja por sus propios medios esté intentando recuperar su noviazgo o matrimonio. Si las alternativas se agotan, inmediatamente por acuerdo mutuo deberán asistir a la terapia de pareja.
Entendiendo la terapia de pareja
Lo primero que enseña el terapeuta en su consultorio es que las partes deben aprender a escucharse. En virtud que la confianza se ha quebrantado, la comunicación es nula y el respeto está perdido, el especialista tendrá que hacer entrar en razón a la pareja más reacia o si ambos están en la misma postura de negación. El psicólogo de pareja brinda todas las herramientas necesarias para que ellos hablen, manifiesten sus inconformidades y las hipotéticas soluciones a aplicar para dilucidar un resultado óptimo.
Otro punto que resalta el psicólogo es que ellos hablen de la perspectiva que tienen acerca de la relación, no del otro. Dicha perspectiva es un modo de ver la convivencia sin necesidad de cambiar los rasgos negativos del involucrado, o pretender que sea esa persona ideal a la fuerza. Nada está escrito en la terapia de pareja, porque cualquier otro motivo insospechado surgirá, hasta ser los verdaderos detonantes por lo que está a punto de perderse un noviazgo.
Por ello es esencial prestar atención a cada consejo dirigido por el psicólogo y ponerlos en práctica inmediatamente finalice la sesión. Por ejemplo, una depresión del pasado, un evento traumático que no ha sido hablado y que ni siquiera la pareja conocía; todo eso influye en el desgaste amoroso en la unión marital.
Tampoco hay que pretender el hecho de pensar que existe la relación perfecta. En medio de la convivencia los desacuerdos, oposiciones en puntos de vista o la negativa por alguna de las partes componen el ambiente de una relación, porque son hechos inevitables. Esto ocurre cuando las responsabilidades de los cónyuges hacen que se estresa con facilidad, al experimentar una sobrecarga de trabajo, sea en una oficina o en el propio hogar.
Las fuentes de estrés son permanentes: la educación de los hijos, falta de dinero en el hogar, desacuerdos en los roles que cada quien desempeña en su vivienda, necesidades familiares, relaciones sexuales y otros más.
Estos desacuerdos están en una zona limítrofe que de cruzarse, significaría un cúmulo de agresiones verbales y hasta físicas, que corresponde evitar a toda costa para impedir el surgimiento de un hecho lamentable. Los ataques entre cónyuges se hacen constantes cuando no están de acuerdo con su forma de hacer o aparece la figura autoritaria de uno que quiere gobernar sobre el otro, con personalidades similares; en este sentido, chocarán con frecuencia al buscar intereses individualistas.
El verdadero éxito en la terapia de pareja es que ambas partes logre perseverar en la imagen que tiene sobre su cónyuge, porque solo así es que la comprensión reaparece y por ende, la confianza. A veces, como dice el dicho "hacer una tormenta en un vaso de agua" por actividades tan sencillas como ordenar lavar los platos, o mandar al cónyuge a lavar toda la ropa sucia, desencadena más conflictos de los que existen ya en una relación dañada por las peleas constantes.
Generalmente, en los conflictos de pareja aparecen las emociones secundarias, causadas por una reacción emotiva que es difícil de tolerar para los involucrados. Las emociones secundarias no son más que un refugio para huir de las situaciones primarias, o un mecanismo de defensa para no empeorar la disputa. Simplemente consiste en una vía de escape para no provocar la agresión de un cónyuge con déficit en el control de su ira. Si un involucrado está discutiendo con su pareja, pero ya no quiere hablar más del asunto hasta retirarse, es una emoción secundaria.
El psicólogo de parejas da a entender que cualquier discurso que una pareja divulgue en la intimidad bajo un signo de agresión, no es realmente honesto. Esto quiere decir que todo lo planteado en la comodidad de la casa es guiado bajo un impulso, pero no son sentimientos primarios que fulminen la relación. A veces, insultarse mutuamente equivale a momentos de descontrol, pero posteriormente existirá el arrepentimiento real por la rencilla que mantuvieron minutos antes.
Una pareja muy molesta es capaz de sacar de la manga un manojo de insultos para el otro, pero en terapia de pareja es momento idóneo de disculparse con su cónyuge por todo lo dicho que hirió sus sentimientos. Las debilidades mentales abre una cadena de eventos desafortunados que corresponde trabajar en un consultorio para manejar esas emociones desorbitadas que generan más problemas que soluciones. Por esta razón, todas las personas desde su nacimiento deben conocer los Tipos de valores, para ser grandes seres humanos.
Metas
La primera misión que una terapia de pareja debe encontrar es la mediación de los cónyuges, evitar en la medida de lo posible que sigan los ataques mutuos como una batalla sin cuartel por ver quién tiene la razón hasta determinar a un culpable para que nada funcione. Desde luego, todas las metas son positivas, con el fin de mejorar el aspecto comunicativo y cada quien abra su corazón para divulgar los problemas que ha desgastado ese amor que los unió en un principio.
En este post llegó el momento de establecer un término trascendental: principio de complementariedad. Esto quiere decir que un cónyuge tiene reacciones que abren la esperanza que todo va a mejorar y así lo siente su receptor. Es un ejercicio muy conveniente para reconstruir la confianza, que sin duda alguna toma su tiempo para amarse con la misma intensidad de cuando comenzaron a salir. Hablando de salir y citas, es determinante descubrir cuáles son las Preguntas para hacer al momento de conocer a alguien.
Si aún no hay una respuesta al principio de complementariedad, es natural que la persona incomprendida continúe por su camino al no sentirse respetada por su cónyuge, en medio de la terapia. Sin embargo, el psicólogo de parejas agotará todos los recursos posibles para que este principio se cumpla a cabalidad. De no haber un consenso, el especialista no puede sentir que ha fracasado en el intento, porque simplemente la relación después de mucho daño no funciona, ni funcionará.
Razones frecuentes para asistir a consulta
Entre los siguientes motivos por los cuales un noviazgo o matrimonio acude a una terapia de pareja es por lo siguiente:
- Sentimiento de vacío o que algo está ocurriendo en la relación.
- El nivel de comunicación ha empeorado en niveles inimaginables.
- No hay satisfacción de ningún tipo, sexual ni afectivo. La compañía de ambos luce como un estorbo y constantemente hay confrontaciones que terminan en insultos.
- Discusiones circulares, oscilantes, con insultos que cada día faltan el respeto de los participantes.
- Es natural que tantos conflictos amorosos impacten en modo negativo en el área profesional de los afectados. No hay concentración alguna para rendir en una empresa o negocio privado.
- Duelo por separación, que a su vez acarrea un cuadro de ansiedad y depresión.
- Infidelidad.
- Celopatía, aunque esta conducta no es aceptada a primera instancia por el sujeto que lo padece.
- Codependencia: de estar presente es difícil que una relación vuelva a ser la de antes, a menos que sea tratado de lleno este problema emocional.
- No suelta su pasado para concentrarse en su presente junto a su pareja.
- Un profundo desprecio hacia el otro a raíz de distintas vivencias que colmaron su corazón de resentimiento.
- Problemas con la familia política (suegra, hermanos, primos, entre otros).
- La monotonía como una asesina de relaciones. El psicólogo aconsejará que rompan el hielo haciendo actividades distintas.
- Conflictos cotidianos.
Para una separación
Aunque todos los psicólogos pretenden mejorar la relación de pareja, también se topa con una realidad adversa, en la que nada puede hacerse producto de un daño considerable que los cónyuges se han hecho. Unas palabras de aliento no tienen cabida si la transgresión de los novios ha sido tal que el respeto y confianza, dos pilares fundamentales, han sido pisoteados a tal extremo de perder la dignidad.
Si en la relación abunda la codependencia aguda, en la que un cónyuge no puede vivir sin el otro, pese a ese círculo vicioso o violento es lo que se conoce como "relación tóxica" en la actualidad. Este panorama es muy negativo y lo más saludable para ambas partes es la separación definitiva, para que no exista daño alguno y el tiempo, junto a una terapia eficiente ayude a borrar las cicatrices de esa unión. De haber un escenario con hijos, el deber de la pareja maltratada es hallar su bienestar psicológico y observar dosis diaria de violencia, dañará su psique para siempre.
Por infidelidad
La infidelidad es el detonante principal por el cual se pierde la confianza en una pareja. Es un hecho difícil de superar para quien sufre el engaño y mucho más el perdonar al infiel como si nada fuese pasado. Sin embargo, con terapia de pareja no todo está perdido en la relación, siempre y cuando el agraviado esté consciente que ama a su cónyuge y desea recuperar esa confianza; pero no es una tarea fácil, porque constantemente pensará en el adulterio como móvil del infiel y que podría repetirse con más sujetos en el camino.
El primer paso para dar es la recuperación de la confianza, pero eso llevará más de dos sesiones para hablar con detenimiento con quien sufrió la infidelidad para trabajar paulatinamente en este factor, hasta recuperar el terreno perdido. Es importante que el individuo crea nuevamente en su cónyuge y olvidar los fantasmas del pasado para abrirse al amor sin ningún tipo de reserva, con la promesa de ser mejores en un segundo intento. Ahora bien, si la infidelidad es constante, no habrá terapia de pareja que valga, pues ya todo estará perdido.
Para controlar los celos
Los celos están presentes en prácticamente todas las relaciones maritales, pero su control hará de esta unión una unidad sana, sin terceras personas que estén rodeándolos o para calmar ese sentimiento infundado al no existir un agente que sea capaz de separarlos. Hay que tener en cuenta que los celos, si no reciben un control inmediato, produce situaciones fuera de control para quien los padece, orillando a cometer acciones violentas contra su pareja, para cumplir con la premisa de "amores que matan". Los celos desbordados son altamente peligrosos.
Una persona celosa no padece de este sentimiento por casualidad. En líneas generales, el cónyuge creció viendo a sus padres siendo infieles, o por una mala experiencia en el amor con otro sujeto que también fue infiel. Este tipo de acontecimientos marcan para siempre a los celosos, quienes deberán trabajar esto con terapias constantes para mejorar su confianza en sí mismo para creer en alguien más de forma incondicional.
Superar la codependencia
Lograr este paso en una terapia de pareja es complejo, mucho más porque tal codependencia es tan nociva que los sujetos se necesitan uno al otro para continuar con el círculo vicioso. El especialista debe hacer hincapié en mejorar la relación o definitivamente buscar la herramienta para que ellos entiendan que su misión no es estar juntos.
La codependencia es una enfermedad que atrapa a las parejas hasta dejarlas sin voluntad para poner punto final a la relación. A veces es indispensable recapacitar del daño causado a lo largo de su convivencia. Aunado a esto, este elemento combinado con celos desmedidos, es un grave detonante que algo puede ocurrir si no se toman cartas en el asunto. La relación se hace adictiva, pero no en el buen sentido, porque el ambiente torna en una obsesión de continuar a su lado pese a conocer su faceta más oscura.
Preguntas frecuentes
Ya conocidos todos los pormenores en la terapia de pareja, ahora es preciso responder a las preguntas que más realizan las parejas curiosas por resolver sus conflictos internos.
¿Debemos ir ambos a la terapia de pareja?
La primera cita en la terapia de pareja es la más importante. El psicólogo recomienda a quien hizo la asignación de ir con su novio/a para conversar con los dos de los dilemas más frecuentes que han deteriorado la convivencia mutua. El especialista llegará a la conclusión si es necesario que la terapia sea juntos o por separado, para relevar asuntos íntimos sin que el otro esté presente en la sesión.
¿Quiénes necesitan de esta terapia?
Todos aquellos que han sufrido de infidelidad, celos, codependencia o una separación. Estos eventos son muy dolorosos y de algún modo representan un duelo o pérdida que inmediatamente debe recibir la máxima asesoría con un psicólogo para tratar el asunto de lleno, con la esperanza de superar el trance y rehacer su vida, sea juntos o por separado.
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