Ejemplos de conflictos, tipos y cómo resolverlos
En las relaciones interpersonales pueden presentarse conflictos y diferencias que se resuelven sin contratiempos. Conocer algunos Ejemplos de conflictos te puede brindar herramientas para su manejo y resolución. Sigue leyendo y conoce más sobre cómo resolver estas desavenencias.
Causas de los conflictos
Cada persona tiene una forma única de ser y de ver el mundo. Defender su posición ante los demás puede generar conflictos en algunas ocasiones. Estas diferencias pueden resolverse de forma rápida o pueden ser el origen de grandes confrontaciones. La forma de manejar los conflictos incidirá de forma directa en su resolución.
En la mayoría de los casos, la raíz del conflicto se encuentra en la comunicación: cuando ésta es deficiente o nula, aumentan las posibilidades de que las diferencias no se resuelvan de manera pacífica puestos que no existe el correcto elemento para la mediación y resolución del conflicto.
La principal herramienta para establecer relaciones humanas es la comunicación. Esta permite transmitir ideas, expresar emociones y manifestar sentimientos, entre otros. También facilita la comprensión de las diferencias ideológicas y culturales, en las que puede estar el origen de algunas diferencias, evitando así que el conflicto se salga de las manos.
Las causas y los ejemplos de conflictos pueden ser de diversa índole, ya que existen diferentes tipos de conflicto. Así como existen conflictos de pareja por razones emocionales, también los hay entre los socios de una empresa por motivos económicos, así como entre los partidos políticos o entre cuerpos de seguridad. Como se ve, varían en grado de complejidad, no solo en lo que se refiere a los implicados, sino a la dimensión de las consecuencias.
Aunque los conflictos suelen tener una connotación negativa, en ciertos casos se puede convertir en la oportunidad de mejorar aquellos elementos que no funcionan o que no van bien, dentro de la relación o del sistema. Todo dependerá de la manera cómo se gestionan estos conflictos.
Tipos y ejemplos de conflictos
Las causas de los conflictos pueden ser muchas: políticas, ideológicas, culturales, personales, económicas, territoriales, y pare de contar. Los ejemplos de conflictos varían de acuerdo con su contenido, participantes o veracidad. A continuación, se reseñan ejemplos de conflicto según sus tipos y características.
Conflictos según su veracidad
Este tipo de conflicto puede ser real, imaginario o inventado. Los conflictos reales son aquellos que ocurren de verdad y que son provocados por diversas causas. Un ejemplo de ella es el que se les presentó a Pedro y su amigo Fernando: Pedro rentó su casa a Fernando por el precio de $600, ya que el segundo acaba de llegar a la ciudad por un nuevo empleo. Todo ocurre con total normalidad hasta que Fernando quedó desempleado y no puede seguir pagando el alquiler. Aquí se creas un conflicto real, de índole económica.
Los conflictos imaginarios tienen su origen en malos entendidos o interpretaciones equivocadas. Aquí no se evidencia disposición de los involucrados para resolver sus diferencias. Un ejemplo común se da en las relaciones de pareja: Ana cree que Esteban, su esposo, le es infiel. El teléfono de Esteban se quedó sin batería y no ha podido llamarla. Cuando logra comunicarse, Ana le reprocha porque de seguro estaba con otra mujer y que por eso no la había llamado. No existe conflicto alguno pero Ana se imagina que si.
Los conflictos inventados, al igual que los imaginarios, no son reales. La diferencia entre uno y otro está en que en el primero uno de los involucrados desea sacar algún beneficio de la situación. Es por ello que gran parte de este fenómeno sea producto de la manipulación, conocida como gaslighting.
Aquí, uno de los ejemplos de conflictos más comunes es cuando una persona simula un accidente de tránsito para que el seguro le pague la refacción de un golpe en la puerta del coche que el mismo dio al golpear un poste de iluminación.
Ejemplos de conflictos según los participantes
De acuerdo con los individuos que participan en el conflicto, se clasifican en intrapersonal, interpersonal, intragrupal e intergrupal. En el conflicto intrapersonal, la confrontación se produce en la mente del individuo, es decir, en sus pensamientos, principios, motivaciones y valores personales. Desde una diferencia cotidiana como qué ropa ponerse para ir al trabajo hasta una crisis existencial, son muchos los ejemplos de conflictos de este tipo. Estas experiencias ayudan a crecer como personas, si son resueltos de manera satisfactoria.
Los conflictos interpersonales se producen como parte de la interacción con las personas. Suelen aparecer de manera rápida, pues solo basta que una persona se sienta amenazada para dar inicio a una confrontación. En muchos casos tiene su origen en malos entendidos, así como en los celos entre parejas o conflicto de intereses dentro de una organización lucrativa.
Los conflictos intragrupales ocurren entre los miembros de un grupo o de un equipo. Los motivos que los originan van desde diferencias personales entre los participantes o porque alguno de estos no comparte las ideas dentro de la organización, entre otros. Este tipo de conflictos tiende a desestabilizar al grupo, afectando de forma directa su rendimiento y eficacia. Cuando se profundiza, afecta la cohesión y la capacidad de respuesta, que además puede decantar en una reacción en cadena.
El conflicto intergrupal se presenta entre grupos con intereses antagónicos. Puede ser muy destructivo, ya que, en muchos casos da paso a confrontaciones violentas. Su origen puede ser la defensa de ideologías, disputas por el territorio o prejuicios. En este tipo de conflictos pueden presentarse malentendidos con mayor frecuencia, debido a la presencia de muchas personas que produce el “efecto contagio” que, además, puede retrasar la solución del mismo.
Según el contenido
Son cinco los tipos de conflicto según el contenido: conflictos relacionales, de intereses, éticos y de valores, de liderazgo y poder, y de personalidad. Cada uno de éstos debe ser abordado de manera diferente al momento de buscar una solución al problema que lo originó. A continuación se describen y se dan ejemplos de conflictos:
Los conflictos relacionales se suceden entre los miembros de una familia, así como entre amigos, parejas u otras personas que mantengan algún vínculo afectivo. Un ejemplo de ello se da en los matrimonios que tienen dificultades para comunicarse: cualquier nimiedad es motivo para discutir.
Los conflictos de intereses van en función de las necesidades y motivaciones de las personas y/o el grupo, así como de los recursos con los que se cuente en ese momento. En el área laboral este conflicto ocurre con mucha frecuencia cuando el trabajador solicita un aumento salarial y el patrono no quiere pagarle más.
En cuanto a los conflictos éticos y de valores, están estrechamente vinculados con el entorno social y cultural en el que se ha desarrollado la persona. Su resolución resulta compleja puesto que es difícil que alguien cambie sus principios. Este tipo de conflicto sucede cuando una persona se ve obligada a decidir en torno a una situación que va en contra de sus principios éticos y morales.
Los conflictos de liderazgo y poder incidir negativamente dentro de las organizaciones, así como en la salud y rendimiento de los trabajadores. Suele relacionarse con las luchas de poderes y, de hecho, muchos autores consideran que esta es una de las causas más frecuentes de este tipo de consulta.
A juicio de muchos autores, la personalidad hace que cada persona sea un ser único y, por lo tanto, puede ser la base de muchos conflictos intergrupales. Es por ello que la resolución de los conflictos de personalidad es complicada, puesto que depende de la configuración individual de cada persona.
Cómo resolver los conflictos
Si son manejados de manera correcta, en muchas ocasiones, los conflictos pueden desencadenar cambios positivos. Para ello es importante realizar un correcto diagnóstico de la situación, a fin de encontrar una solución eficaz al problema que se plantea. Si no se conocen las verdaderas dimensiones y alcance del conflicto, las probabilidades de éxito en su resolución son mínimas.
Un ejemplo de ello se puede encontrar dentro de una organización que está siendo afectada por una mala praxis en el área de recursos humano, lo que está afectando el desempeño de los trabajadores, puesto que les están asignando la ejecución de tareas que no les corresponden. Si este problema se aborda desde cada trabajador y no desde la deficiencia en la gerencia de talento humano, se estará atendiendo la situación de forma equivocada.
Tal vez se puede minimizar el problema temporalmente, pero la raíz del problema persistirá hasta causar mayores conflictos. Por lo tanto, es primordial conocer el origen del problema antes de iniciar cualquier acción para resolverlos. Al momento de resolver un conflicto, se recomienda tener en cuenta algunos principios, como lo siguientes:
- Afrontar el conflicto desde que se presenta e intentar resolverlo.
- Cada uno de los involucrados en el conflicto debe autoevaluarse e identificar sus fallos.
- Debe prevalecer el respeto entre las partes en conflicto.
- Cada quien debe dar a conocer sus opiniones y puntos de vista, para encontrar los elementos comunes y los divergentes.
- Fortalecer la empatía. Ponerse en el lugar de otro es fundamental en toda resolución de conflicto.
- La confrontación no es la mejor opción, por lo que debe evitarse.
- Herramientas como la comunicación asertiva y la escucha activa pueden servir de mucho para la solución de los problemas.
Ejemplos de conflictos familiares y soluciones
Es algo común que dentro de la familia existan diferencias, a fin de cuentas son personas con distintos caracteres y personalidades que conviven bajo un mismo techo. Pero, de no ser abordados de manera eficaz, pueden agravarse y generar conflictos mayores. Dentro de la familia puede haber conflictos entre hermanos, padres e hijos, de pareja y más. Cada uno merece especial atención.
Por más que se quiera evitar, el conflicto forma parte de la convivencia humana y, en el entorno familiar, la cotidianidad suele hacer de las suyas y alimentar para que los conflictos sean más frecuentes. Es clave recordar que, si se gestionan de forma correcta, los conflictos pueden dejar un saldo positivo que fortalezca las habilidades sociales de la persona.
Tipos de conflictos familiares
Así como en las relaciones interpersonales e intergrupales, dentro de las familias también se pueden desencadenar diferentes tipos de conflictos, que varían según la edad, la relación que existe entre sus miembros, el origen y la gravedad del problema. A continuación se mencionan algunos de estos problemas:
- De acuerdo con la relación que existe entre los integrantes de la familia: aquí se agrupan los problemas de pareja durante el matrimonio, las discusiones entre hermanos o padres e hijos, diferencias entre miembros de la familia y personas ajenas, entre otros.
- Según la gravedad del problema: van desde las diferencias leves, como reproches o reprimendas, hasta confrontaciones graves que ponen en peligro la estabilidad del núcleo familiar, como es el caso de la infidelidad o la violencia de género.
- De acuerdo con la raíz el problema: el origen de los conflictos puede ser múltiple, puesto que las causas de una discusión entre dos o más personas son infinitas. Por ello, siempre debe conocerse la raíz del problema para encontrar la solución.
Conflictos más comunes en la familia
Así como su origen, los ejemplos de conflictos dentro de la familia son muchos y dependen de factores como la diferencia de edad entre los involucrados, el tipo de relación que mantienen, si son hermanos, pareja, padre e hijo, entre otros. Como se ha dicho, para poder abordarlo de forma correcta, primero debe conocerse.
Ejemplo 1: Problemas entre hermanos
Cuando la familia es numerosa y hay varios hermanos, es frecuente que se presenten diferencias, que puede ser por celos o rivalidad, así como por altercados personales. La manera más efectiva de abordar este tipo de conflicto se centra en el estímulo hacia el diálogo y la comunicación asertiva entre los hermanos.
Ejemplo 2: Problemas en la pareja
En muchas relaciones de pareja la rutina y la cotidianidad pueden afectar de forma negativa, lo que puede dar origen a discusiones. Los problemas de pareja pueden ocurrir en cualquiera de las etapas de la relación. Pueden variar desde algo sencillo como una diferencia de opinión, como algo grave y trascendental, como una infidelidad o la violencia de género. Es importante que las parejas alimenten su relación para evitar que se desgaste.
Ejemplo 3: Conflictos por dinero
En todo núcleo familiar pueden presentarse conflictos de índole económica y, aunque los hijos no participan en estas confrontaciones, pueden verse afectados. Este tema puede dar origen a situaciones muy tensas puesto que, cuando hay dinero de por medio, las conciliaciones pueden complicarse.
Ejemplo 4: Problemas por salud
Estos son uno de los ejemplos de conflictos familiares cuyo manejo resulta complejo. Esto se debe a las emociones que se mezclan cuando aparecen problemas de salud en alguno de los miembros de la familia. Existen dos tipos de conflictos que se vinculan con la salud. El primero tiene que ver con la atención de una persona enferma, que demanda cuidados y dedicación. El segundo se relaciona con la repercusión que los problemas de salud familiares tienen sobre las personas, lo que deriva en tristeza y preocupación.
Conflictos familiares: ¿Qué hacer?
De acuerdo con el tipo de problema familiar que se origine, debe encontrarse la solución más adecuada. Sin embargo, todas estas soluciones pasan por el tamiz de la paciencia, la comunicación asertiva y la inteligencia emocional. Aquí se presentan algunos pasos, en la búsqueda de aportar para la resolución de los conflictos, sea de la índole que sea.
- Escuchar: la escucha activa es primordial. No se puede solucionar un problema sin se desconoce lo que piensa y desea cada uno de los involucrados.
- Hablar: la comunicación asertiva es la mejor herramienta para la resolución de los conflictos. expresar claramente, pero con respeto, lo que se siente con respecto del problema, es fundamental para su solución.
- Participar: todos los miembros de la familia deben tributar para la solución de los problemas que afecten su estructura. En el caso de conflictos grupales, los involucrados deben tener la disposición para solucionar el problema y participar activamente en ello.
- Mostrar afecto: esto debe ser constante. No debe esperarse un conflicto para demostrar afecto a los seres queridos. Esto estrecha lazos, fortalece a la familia y es la mejor estrategia para evitar diferencias.
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