Karl Ramson Rogers nació en Oak Park – Chicaco. Destacó en sus estudios de psicología hasta crear los fundamentos básicos en el enfoque terapéutico humanista, en compañía del intelectual Abraham Maslow. Para conocer más detalles, sigue muy de cerca la Teoría de Carl Rogers, biografía, postulados y todo lo que desconoce.
Índice de Contenido
Teoría de Carl Rogers
Carl Rogers es conocido como uno de los máximos exponentes en la psicología del siglo XX, porque gran parte de sus aportes mantienen una vigencia inquebrantable. Sus ideas apuntan hacia el bienestar colectivo de toda la sociedad, siguiendo patrones cercanos al optimismo y libertad.
Biografía
Es el cuarto de seis hijos en un matrimonio acomodado económicamente, gracias a la profesión ejercida de su padre como Ingeniero Civil. Por su parte, la madre estuvo encargada del hogar, la crianza y estabilidad de todos sus hijos a tiempo completo. Cuenta su historia que no cursó el primer grado como todo niño normal, porque a temprana edad aprendió a leer y escribir; por estas virtudes ingresó a la escuela directamente al segundo grado.
Al contar con 12 años se mudó junto a sus padres al oeste de Chicago, lugar donde transcurrió gran parte de su adolescencia. Gracias a una crianza muy estricta por parte de su padre, desarrolló una personalidad autosuficiente, pero al mismo tiempo dificultó su convivencia con otros chicos de su edad, por lo que prefirió estar solo.
En la Universidad de Wisconsin inició su carrera en agricultura. Más adelante hizo un gran cambio para estudiar religión, como una petición por parte de su madre devota y para probar su propia fe cristiana. En ese periodo de tiempo, mientras incursionó en el mundo religioso, fue tomado en cuenta entre los 10 elegidos en un viaje hacia Beijing para el «WorldStudent Christian FederationConference».
Gracias a todo lo aprendido en esa conferencia, el mismo Carl dudó de varios postulados religiosos, pues su mente abarcó tanta información que restó verosimilitud a lo que ya conocía.
Helen Elliot fue la mujer que eligió para contraer matrimonio, a pesar de la prohibición de sus padres en esta decisión. Al poco tiempo, hizo un nuevo traslado hasta Nueva York para ser asistente en UnionTheologicalSeminary. Esta institución desde su apertura ha apostado a la religión liberal.
En este lugar realizó varios seminarios para enriquecer sus conocimientos para el cristianismo. Un dato interesante de esta cátedra es que para asistir a los seminarios, ninguno de los estudiantes debía tener otras carreras finalizadas. Por esta cláusula, muchos desistieron de continuar aprendiendo religión.
A raíz de ello surge la premisa que mientras la religión pierda simpatizantes, la psicología ganará más terreno en el campo de la vida. Rogers inscribió su nombre en el Programa de Psicología Clínica en la Universidad de Columbia, hasta recibir un reconocimiento (PhD) en 1931. Sin embargo, Rogers ya llevaba un camino transitado en su labor en Rochester Society for the Prevention of Cruelty to Children para seguir muy de cerca la teoría de Otto Rank, para servir de ejemplo para su estudio.
Libros
En Ohio vio cristalizada su carrera profesional como psicólogo, impartiendo la cátedra en su principal casa de estudios. Su primer libro, publicado en esa misma época, lleva por título Counseling and Psychotherapy. Cinco años más tarde, fue invitado para participar en el Centro de Asistencia en la Universidad de Chicago. Otro tiempo después, escribió una de sus obras cumbres: Terapia Centrada en el Cliente en el que reúne sus postulados principales, todos en un libro único disponible a todo el mundo.
Para el año 1957 regresó a la Universidad de Wisconsin, su alma mater, para impartir la materia en psicología. No obstante, este recinto presentó varios inconvenientes en el Departamento de Psicología, entre docentes y personal directivo. Este hecho volcó en una gran desilusión para Rogers, quien había regresado con mucho entusiasmo a la institución que vio sus primeros pasos para consolidar la teoría de Carl Rogers.
Luego de sufrir una gran decepción en Wisconsin, hasta dudar que la docencia es una profesión seria en la educación superior, recibió un puesto como investigador en La Jolla, California. Acá trabajó hasta el final de sus días como terapeuta, siguiendo en paralelo su oficio de escritor. La muerte tocó a su puerta en 1987, pero el legado permanece vivo gracias a la teoría de Carl Rogers, que aún está presente en los pupilos interesados en aprender todo acerca de psicología.
Teoría humanista
La teoría de Carl Rogers tiene un indicio clínico, es decir, porque su fundamentación es aplicada en los pacientes. En este punto, es una gran idea compartida en la Teoría de Freud, aunque su proyección es más amplia y la veracidad del estudio bastante maduro. La gran diferencia entre ambos intelectuales es que Rogers considera a los individuos como saludables y buenos; esto quiere decir que bajo su concepción, ningún hombre es malo o está enfermo.
En otro orden de ideas, la teoría de Carl Rogers avala que la salud mental es imprescindible para una vida progresiva y por tanto, saludable. Mientras que el primer término equivale a todo lo bueno, también está la enfermedad mental, que engloba todos los conflictos que presenta la humanidad, hasta el punto de no permitirles llevar un estilo de vida si se quiere “normal” en una sociedad.
La teoría de Carl Rogers es más estilizada y mejor trabajada que la de Freud, de acuerdo a sus seguidores, porque la misma concentra un motor o “fuerza de vida” que conduce a la tendencia actualizante. Esta última es descrita como una cualidad innata para que los seres humanos desarrollen todos sus talentos hasta superar sus expectativas o bien, hasta abordar su potencial más allá de sus propios límites. Esto no quiere decir que implica solo al hecho de sobrevivir, sino además porque los hombres y mujeres están dispuestos a dar lo mejor de sí para su existencia.
Estudio de la personalidad
Para abrir este apartado, la teoría de Carl Rogers propone una pregunta bastante efectiva: ¿Por qué necesitamos de agua, comida y aire? Que a su vez genera otra más emocional, dejando a un lado las necesidades fisiológicas: ¿Por qué buscamos amor, seguridad y desarrollar un espíritu de competencia? A todas las interrogantes, Carl Rogers responde con una simple frase: porque es propio en la naturaleza de todos los seres humanos hacer el mejor esfuerzo por alcanzar la excelencia y destacar en distintos roles durante toda su vida.
Otro punto diferenciar en cuanto a los postulados de Maslow es la aplicación de esta tendencia actualizante, que abarca a todos los seres vivientes y no solo a los humanos, como otros pensadores han enfatizado en su estudio. Por ejemplo, Rogers utilizó algas y hongos para que su población y muestra no ocupara exclusivamente a los seres pensantes.
A su vez, incluye más preguntas dignas de analizar: ¿No es sorprendente observar cómo las enredaderas se buscan la vida para afianzarse en las piedras rompiendo todo a su paso? ¿Cómo hacen algunos animales para sobrevivir en el desierto?
Aplicación de la tendencia actualizante con ejemplos
La tendencia actualizante es ese impulso que recibe la teoría de Rogers para funcionar adecuadamente en muchos campos de estudio. El propio intelectual introduce el bosque como un ejemplo de la tendencia, pues el mismo posee un “potencial de actualización” más efectivo que un sembradío de maíz, por ejemplo. La figura del ecosistema es más abarcante, porque incluye al bosque, cadenas montañosas, flora y resto de seres vivos.
Otro ejemplo concreto es la presencia de las bestias en el bosque. Si por cada muerte de uno, se da el nacimiento de otro, quiere decir que este sector está previsto para actualizarse hasta el fin de los tiempos, cuyo potencial será inquebrantable desde todo punto de vista.
El siguiente paradigma es un poco más radical, porque por cada extinción de un animal en el bosque, surgirán nuevas especies con las mismas características que intenten llenar su espacio. El ciclo de vida será permanente con los animales del bosque, todavía cuando una especie se extinga, vendrán más a complementar el lugar.
En cuanto al sembradío de maíz, por una plaga o epidemia causada por determinado agente, provocará que toda la cosecha se pierda, con opciones precarias de levantar un nuevo sembradío; bajo otra percepción, no hay tendencia actualizante, sin potencial para que el círculo referido al sembradío de maíz siga su curso pese a las adversidades en el campo. La teoría de Rogers perfectamente es equiparable con seres pensantes, porque si vivimos como deberíamos, regresaremos más complejos, si comparamos esta idea con la del bosque.
Cuando la persona descubrió que puede evolucionar, actualizarse continuamente y superar sus propios límites en pro de su bienestar, dio pie a la sociedad y por ende, a la cultura. La teoría de Carl Rogers no refiere a este nacimiento como un problema, porque los seres humanos en sus genes lleva la visión de ser sociales, una función propia de su naturaleza: el interactuar con otros sujetos y compartir puntos de vista o gustos en común.
No obstante, la complejidad del asunto nace cuando la vida es vista como propia, conllevando a la cultura a heredar esta capacidad.
Al momento que la cultura propia interfiere en la tendencia actualizante, corre el grave peligro de morir y esto sí sería un serio problema para determinada sociedad que está viendo pender hacia un abismo sus creencias y tradiciones. Si la cultura, en efecto, termina por morir, quiere decir que esa sociedad está en peligro de desaparecer sin remedio alguno.
Con la tendencia actualizante de Rogers hay que entender muy bien que la sociedad, ni mucho menos el acervo cultura de cada nación necesariamente son nocivas para su estudio. Para ello hay que centrarse en el paradigma de los pájaros del paraíso en Papúa – Nueva Guinea. Es bien sabido que el plumaje de los machos resulta atractivo para las hembras, pero al mismo tiempo es una desviación para que los depredadores no ataquen a las hembras, como tampoco a los recién salidos de su cascarón.
La selección natural ha permitido que estos pájaros logren defenderse con su propio atractivo, haciendo que la tendencia actualizante mejore el color de sus alas para distraer a sus posibles depredadores. Eso sí, con la incorporación de alas más sofisticadas acordes a la nueva actualización, estas aves han perdido su capacidad de volar, casi en su totalidad. Cabe mencionar que esta última condicionante no es intrínseca en todas las especies, porque otras si mantienen la capacidad de volar, pero con los mismos colores llamativos en los machos.
Una vez establecido este importante ejemplo, es momento de reflexionar con más interrogantes: ¿Es tan beneficioso para el macho ser el más atractivo dentro de la camada? Por esta razón, los estilos de vida, sociedades e invenciones tecnológicas han permitido que logren sobrevivir y por ende, a evolucionar con el transcurrir del tiempo.
El libre albedrío y el comienzo de la teoría humanista
Todos los seres vivos están conscientes lo que es beneficioso para ellos. La tendencia actualizante es responsable de mejorar los sentidos y direccionar a los organismos a querer rellenar los espacios vacíos con lo que consideran pertinente: necesidad de comer, pero no cualquier clase de comida, sino aquella que sea conveniente de acuerdo a sus caprichos.
Aquella comida que tenga un aporte vitamínico y proteico suficiente para el desarrollo, aquel alimento que sea agradable al paladar. En caso contrario, si el alimento tiene mal sabor, será rechazado por el individuo inmediatamente. Todo lo anteriormente explicado tiene un nombre específico según Rogers: valor organísmico, del cual se dirán más detalles a continuación:
- Visión positiva: Lo que es denominado para el bienestar común de una sociedad que sabe convivir bajo principios del amor, unión, fraternidad, atención y buena crianza. Por ejemplo, cuando nace un bebé, necesita de todo el amor y atención de sus padres, para garantizar una buena crianza y a la postre, ser un ciudadano ejemplar para su provincia. Si el bebé no recibe ninguna de ellas, posiblemente muera o crezca desamparado, sin visión positiva que acompañe a su desarrollo.
- Recompensa positiva de uno mismo: Acá influyen otras cuestiones vinculadas al autoestima y a la imagen personal que cada sujeto tiene de sí mismo. Si la visión positiva de los demás está estacionada en la imagen personal e individual del sujeto, quiere decir que su autoestima se halla estable, porque su auto-imagen es del agrado para un sector de conocidos. De ocurrir lo contrario, el desamparo hará acto de presencia, sin potencial para dar a conocer, llevando a la minusvalía o poca credibilidad personal.
Detalles de la teoría
Hay un aspecto en el que Rogers y Maslow están de acuerdo y es el libre albedrío de los organismos. Los animales depredadores conocen muy bien sus necesidades y por esa razón tienen una presa determinada para llenar esos espacios. Aunque no lo parezcan, los bebés poseen un grado de este libre albedrío para aceptar o rechazar cualquier alimento proporcionado por sus padres. Desde el acto de nacer, la gran mayoría de los organismos descubren lo que sirve de beneficio en su periodo de crecimiento.
La historia universal se ha encargado de retratar otro tipo de ambiente del que parte todo lo conocido. Por esta razón, muchos objetos y alimentos están refinados como el azúcar, harina, mantequilla, chocolate y otros enseres que los antepasados no supieron valorar, porque propiamente no tenían conciencia explícita de la tendencia actualizante de Rogers.
Desde luego hay sabores para todos los gustos y la teoría de Carl Rogers es eficiente para manifiestan el valor organísmico. Hay que resaltar que los sabores de algunos alimentos no son propicios para la actualización de los seres vivos. Tampoco esta premisa quiere decir que dentro de algunos años el brócoli sea despachado por completo como alimento, en virtud de resultar desagradable en algunos casos.
También puede ocurrir el hecho opuesto: el brócoli represente un alimento para el común de toda una sociedad, con ayuda de la actualización para que su sabor sea apetitoso.
En la teoría de Carl Rogers es pertinente indicar las “condiciones de valía” ofrecida por los padres cuando están en el deber de brindar “la media” cuando dan todo lo que necesitan, si están de acuerdo que individuo determinado lo merece. Esta misma regla es aplicada en el colegio, cuando los maestros asignan una calificación a un examen de acuerdo al nivel de instrucción para contestar todas las preguntas, para dilucidar si alguien es digno de llevarse la calificación más alta o reprobar el contenido de la prueba.
Para entender mejor lo planteado en el párrafo anterior, las condiciones de valía, son circunstancias en que los individuos merecen cierta recompensa: ganarse un caramelo después de comer brócoli, asistir al recreo con sus compañeros de clase por su buen comportamiento y en otros escenarios, todos los seres humanos serán queridos, siempre y cuando hagan las cosas bien, conforme a sus principios éticos o morales.
Nuevos términos van surgiendo en la medida que la teoría de Carl Rogers queda al descubierto, como la “recompensa positiva condicionada” porque el ser humano requiere de un estímulo para seguir actualizándose. Estas condiciones son tan valiosas en la vida cotidiana que favorece al valor organísmico, pero esencialmente para no romper nunca la tendencia actualizante, hasta que realice de lleno su función.
Ahora bien, en otros casos estos dos factores no son determinantes en la recompensa positiva condicionada, porque existen “buenos chicos” pero ser buenos no implica que sean felices.
Si la recompensa está presente para hacer valer a esos organismos, conduce a la autovalía positiva condicionada. Es una manera en que los sujetos se quieren a sí mismos cuando otros entregan las armas necesarias para hacerse notar. Cada potencial individual debe esforzarse para recibir una actualización, para que su tendencia siga en alza y desarrollar las habilidades que sean convenientes y superar expectativas.
El ambiente adverso surge cuando una persona no se siente capaz de cumplir con los estándares impuestos por otros, sintiéndose minusválido por no complacer a otros sujetos; allí inicia un verdadero problema de autoestima general.
Terapia centrada en la persona
La terapia de Rogers puede describirse como actualizante, igual que su teoría. A lo largo de la psicología, su procedimiento ha cambiado de nombre tantas veces, como la “no-directiva” al momento de cimentar su funcionamiento. Su nombre preliminar indicó en su época que estos ejercicios no debían guiar al paciente de lleno, sino indicar las herramientas básicas para que él mismo lo hiciese por cuenta propia.
Enfoque centrado en la persona
Carl Rogers hizo que su teoría con el paso de los años adquiriera madurez, hasta corregir ciertos puntos en que estaba fallando para convertirlos en grandes fortalezas. Uno de ellos está relacionado con la “no-directiva” porque su visión es no guiar al paciente, pero sus terapias estaban haciendo todo lo contrario, ya que los pacientes se afianzaron en el terapeuta más de lo establecido.
Por otro lado, la figura del terapeuta no estaba apta para ser un apoyo pleno a sus pacientes, sino brindarles las alas para que puedan volar en forma independiente, sin que la presencia de su mentor sea constante en la actualización.
La presencia del terapeuta no es protagónica en la teoría de Rogers, porque el paciente es el foco de atención, el garante de afirmar o negar lo que está bien y mal. Si bien es cierto que el terapeuta no es el guía del paciente, también es de reconocer si tiene un impacto directo e indirecto en su recuperación, porque al negar al terapeuta, es una manera de contradecir los avances que tienen los pacientes.
La polémica se hizo sentir con fuerza por parte de otros psicólogos que cuestionaron esta parte de la teoría: ¿Acaso no todas las terapias no se centran en el paciente, como es natural?
El término “no-directiva” o “centrada en el paciente” aún están en uso por algunos galenos encargados de mejorar la salud mental, pero el nombre real o más actual corresponde a terapia rogeriana. Para callar un poco las murmuraciones negativas propiciadas por varios de sus colegas, re-definió su intención con el slogan: “de apoyo, no re constitutiva”.
Para entender este concepto, es preciso citar un ejemplo de un niño que está aprendiendo a montar bicicleta. En primera instancia, un padre no puede decirle verbalmente a su hijo cómo pedalear, sino fijarse con ayuda de la práctica para aprender.
Tampoco es ideal sostener a un niño en la bicicleta por miedo a que se caiga de ella. Los primeros intentos son válidos para proteger al infante, si definitivamente no cuenta con un equilibrio corporal que le permita manejarla. No obstante, llega a un punto en que el niño debe aprender por su cuenta manejar su bicicleta sin el apoyo de nadie. El mismo escenario se plantea en la terapia, porque si el paciente no adquiere su independencia o una libertad responsable, permanecerá atado a su terapeuta por miedo a fracasar en el intento.
Los pacientes están en la obligación de reflexionar sobre sus avances o retrocesos en medio de las terapias, pero nunca aferrarse a su terapeuta, como el niño lo hace con sus padres para no caerse de la bicicleta. Cuando no hay consulta con su especialista, es el gran momento de analizar todo lo aprendido por su mentor, para salir adelante sin nadie que sostenga los pasos por el temor de caer en el abismo profundo, otra vez. Si la relación terapeuta-paciente o viceversa se hace dependiente, cada sesión de ahora en adelante será un fracaso, sin avances posibles.
Técnica del reflejo
El reflejo es la imagen de la comunicación emocional, tal como lo indica la teoría de Rogers para el postulado que se centra en la persona. Por ejemplo: si un individuo en plena sesión exclama “Me siento como una basura”, el terapeuta puede alegar a eso mismo: “La vida no te ha tratado bien, ¿No?” Con esta frase muy breve, el terapeuta está colocándose en los zapatos de su paciente, para entender que la vida ha sido adversa con cada acción ejecutada y por ello se siente que no vale nada o que todo lo que emprende, no tendrá el menor de los éxitos.
Con esta terapia, el mismo paciente da muestra que se está comunicando efectivamente con su terapeuta, gracias a que el profesional está entendiendo a la perfección cada una de las inconformidades que está transmitiendo. Es un mecanismo interesante que contribuye a los afectados poder desahogar todas sus penas, sin miedo al rechazo, pero con mucha comprensión por parte del terapeuta.
Resulta favorecedor no quedarse con nada por dentro y drenar todas las frustraciones con la terapia de reflejo que, sin duda, es una estrategia muy llamativa en la teoría de Carl Rogers.
La terapia de Rogers hace énfasis en que la terapia de reflejo no es adecuada para los terapeutas novatos, porque en lugar de hacer un bien a sus pacientes, echan por la borda todos los progresos notables que los mismos han tenido en su recuperación. Repetir el discurso alentador para cada paciente convierte las sesiones en episodios repetitivos, hasta que los visitantes percatan que su terapeuta no es el correcto para solventar sus inquietudes. Aunque no lo parezca, los pacientes entre sus propios dilemas sacan conclusiones acerca de la autenticidad de su terapeuta.
De acuerdo a todo lo indicado en la teoría de Carl Rogers, estas son algunas de las pautas que todo buen terapeuta debe contar al momento de establecer sesiones con uno o más pacientes en una jornada de trabajo:
- Congruencia: Mostrar la mayor transparencia a su paciente. Hablar con honestidad es un reflejo que su profesionalismo está por encima de cualquier otro sentimiento subjetivo que puede sentir hacia ellos.
- Empatía: Si el paciente descubre en su terapeuta a un gran aliado, hasta sentirse comprendido, es un paso gigantesco para crear un aire de empatía. Sentir lo que siente su paciente, ponerse en su lugar es una acción que más adelante será agradecida.
- Respeto: Aceptar que la relación con su paciente es estrictamente profesional. Cualquier valoración positiva que hagan en ambas partes indica que todo marcha bastante bien en la terapia.
Carl Rogers establece que estos principios son “necesarios y suficientes” para mantener un ambiente cordial entre el terapeuta y sus pacientes. No es requerido otro postulado para que las sesiones marchen correctamente. Si alguno de ellos es transgredido por ambas partes, no habrá un cambio significativo en cuanto a la problemática del paciente y a su vez, la imagen que el terapeuta brinda no es la apropiada para ejercer este oficio tan valioso.
No hará falta que el terapeuta incurra en técnicas alternativas para que mejore un paciente, si cuenta con estos tres atributos mencionados. De poseerlos, la mejora del paciente será gratificante; de lo contrario, la evolución será a través de pasos pequeños, sin una resolución tangible en su conducta o una actualización adecuada. No importa todos los procedimientos utilizados por el terapeuta si no cumple con estas cualidades, porque el resultado permanecerá estático y el paciente no reflejará un cambio verdadero en su personalidad.
Suele suceder que exigir estas tres características en un terapeuta novato es mucho pedir. También ocurre que un profesional en psicología olvida que está tratando con humanos, pues los pacientes son incluso más “humanos” en su sentir que el mismo terapeuta que le atiende, al no ponerse en el lugar de ellos cada vez que manifiestan sus inquietudes. Por esta razón, la teoría de Carl Rogers deja en claro que todas las cualidades deben notarse en cada una de las sesiones para que sus pacientes estén en plena confianza de desahogarse.
La opinión en la mayoría de los investigadores concuerda que la teoría de Carl Rogers está bien conformada en función de estas tres cualidades del terapeuta. Asimismo, es un requerimiento que los terapeutas siempre “hacen” pero nunca “se hacen” de la noche a la mañana. Es relativamente complejo llenar los zapatos de un terapeuta, pero quien goza de prestigio por aplicar las tres atribuciones, está dando un paso al frente en profesionalismo y respeto por sus pacientes.
Incongruencia, neurosis y el self
Cuando la tendencia actualizante funciona junto al valor organísmico, además de la valoración positiva que cada quien tenga de sí mismo, permitirá el nacimiento del self (el verdadero yo). Ese “yo” es la entidad que hará todo lo bueno que esté a su alcance para lograr todas las expectativas planteadas para su crecimiento. Sin embargo, es necesario recordar que la actualización en sociedad y cultura es complejo de analizar, porque el ser humano está atado a las condiciones de valía para hacerse notar en una comunidad determinada.
Lo anteriormente planteado se suma a una imposibilidad de establecer el verdadero valor organísmico, hasta que las recompensas positivas son más condicionadas que de costumbre. Si este es el escenario presentado, habrá que configurar el ideal de sí mismo (ideal del yo). Rogers explica que el ideal no es tangible, porque siempre será inalcanzable, aunque la persona cumpla con todos sus esfuerzos por hacerlo próximo a él.
Hay dos tipos de self: el ideal y el verdadero, que queda traducido bajo “yo soy” y “yo debería ser”. Cuando ambos están presentes en un mismo episodio, la teoría de Rogers indica que hay incongruencia. Si la distancia entre los self es mayor, quiere decir que la incongruencia se hace notar por partida doble. A raíz de esta definición nace la neurosis, que es la desincronización que existe entre el verdadero yo con ese ideal planteado en la vida.
Las defensas de nuestra mente
Mientras que la imagen del verdadero yo, con el yo ideal están marcadas por una separación abrumadora, es probable que entre en juego una verdadera situación de amenaza. Por ejemplo, si los padres han acostumbrado a sus hijos a traer altas calificaciones en los exámenes, pero en una prueba sacó una nota baja, el hijo en cuestión se sentirá frustrado, porque considera que es buen estudiante para el calificativo que recibió en esa prueba.
Esta circunstancia trae como consecuencia una situación amenazante para el alumno, porque de obtener otra calificación baja, recibirá la reprimenda de sus padres o no creerá ser tan brillante como pensaba. Así como esta teoría es trascendental para el mundo, muchos sujetos prestan atención al significado de los sueños, pero ¿Realmente todos conocen el significado de Soñar con embarazo?
Toda situación de amenaza dispara las alarmas en las personas hasta crear un evento de ansiedad insostenible. Sin duda alguna es un peligro en potencia que todos los sujetos deben evitar, mucho más si la depresión está tocando a la puerta para unirse a estos episodios ansiosos.
En la vida cotidiana s muy fácil hacer lo de “pies en polvorosa” y huir de la situación por el camino más sencillo, pero hay que aplicar ciertos paradigmas psicológicos para afrontar el conflicto, con ayuda de las defensas. Ahora es momento de descubrir algunos mecanismos en la teoría de Rogers para mejorar las defensas.
Los mecanismos de defensa
El concepto rogeriano de defensa es bastante parecido al que alguna vez presentó Anna Freud en su investigación. La diferencia principal de ambos puntos de vista es que el autor se centra en la percepción con ayuda de los recuerdos. Para Carl Rogers hay dos clases de defensa: negación y distorsión perceptiva que inmediatamente serán definidas.
Negación
Su concepto simbólicamente es semejante al ofrecido por Freud, porque hay un bloqueo en cuanto a las situaciones de amenaza. Es necesario volver al ejemplo del alumno y su inconformidad al sacar una mala calificación en el examen. El sujeto llega a un punto en que no le importa saber cuánto sacó, si aprobó/reprobó el parcial e incluso, tiende a no asistir a la fecha del examen por el temor de reincidir en una calificación insuficiente para sus expectativas.
Rogers y Freud comparten el concepto de represión, que no es más que un tipo de negación. Consiste en mantener por fuera de nuestra mente todos los malos recuerdos de un evento pasado que puede transportarse al presente, hasta producir una situación amenazante más poderosa. Con reprimir ese recuerdo, conduce a bloquear otra vez esa amenaza que genera ansiedad en los afectados.
Distorsión perceptiva
La teoría de Rogers propone que si el bloqueo no es suficiente para minimizar los daños de la situación amenazante, entonces es conveniente distorsionarla un poco para que sea “menos amenazante” para la persona. Su definición está muy cerca de la establecida por Freud con la racionalización.
Un panorama reiterado con el alumno y el examen es el alegado que puede sostener un colegial es la mala praxis de su maestro o la carencia de enseñanza que tiene, para no entender ninguna de las lecciones. Entonces, si un alumno determinado reprueba un examen, le echará la culpa a su maestro por lo mal que ha enseñado en clase. Esto es dilucidado como distorsión perceptiva.
El alumno no huye de la situación amenazante al no dirigirse al colegio a presentar su examen, pero si está dispuesto a refugiarse mediante la distorsión para hallar otro culpable de su mala calificación. Este mecanismo de defensa es bastante válido, porque en efecto, muchos profesores no cumplen bien su labor, pero si éticamente es honorable, la defensa solo servirá para que el alumno quede mal ante los ojos de su maestro.
Una segunda muestra de distorsión perceptiva es cuando ocurre lo inverso: la calificación es tan buena que ni el propio alumno puede creer que la haya obtenido. Haciendo un paréntesis, es necesario resaltar que el poder de la mente es grandioso, por lo cual algunos sueños son interesantes, pero ¿Sabe lo que significa Soñar que se te caen los dientes?
Para un paciente que es catalogado como “neurótico” cada vez que utiliza un mecanismo de defensa bajo el marco de la teoría rogeriana, ejecuta una separación entre lo real y lo ideal. Al mismo tiempo, la incongruencia se hace efectiva y por tanto, las situaciones amenazantes incrementan, agotando a sus víctimas de escapar con ayuda de las defensas un tanto desgastadas.
Psicosis
Un nuevo término aparece para respaldar la teoría de Rogers: la psicosis. En una frase bastante popular, el intelectual indica su definición con “el agua rebasa el caldero”. Hay que ser cuidadosos en la instancia de malgastar todas las defensas posibles, porque esto conduce a que el self quede repatriado, perdiendo así su propia identidad al desconfigurarse por completo.
No hay una estabilidad emocional de por medio, como tampoco conductas adecuadas para convivir en sociedad. El desequilibrio es notorio si las defensas desgastadas terminan por desintegrarse, al no existir una respuesta en concreto ante las situaciones amenazantes.
Un paciente diagnosticado con “episodios psicóticos” no tiene el raciocinio suficiente para actuar con cordura. Tanto palabras como acciones presentan incongruencias. Hay un olvido parcial de su valor organísmico, de lo que quiere o pretende, como tampoco establece el verdadero libre albedrío para saber qué es conveniente para mejorar su salud mental. No logra diferenciar el self real del verdadero, cada comportamiento se verá inapropiado ante terceras personas. La persona psicótica tendrá que ser sometida a terapias para superar su crisis.
La persona funcional al completo
Siguiendo muy de cerca el estudio de Maslow, Rogers enfocó todos sus esfuerzos en analizar los seres vivos que están sanos, sin escatimar en personas o animales. A continuación, algunas características de esta persona funcional:
- Apertura a la experiencia: Acá no existe ningún mecanismo de defensa que valga para escapar a las situaciones amenazantes. El hombre se vale de la experiencia propia del mundo para percibir, sentir, involucrar todos sus esfuerzos hasta superar con creces los objetivos planteados. Es su capacidad de aceptar una realidad inalterable, sin excluir sus sentimientos, porque son las puertas que conducen a la verdadera valoración organísmica. Si una persona está negada a dejar que sus sentimientos hablen por él/ella, no está en capacidad de recibir una actualización.
- Vivencia existencial: Corresponde a vivir el presente, en el ahora, para valorar con lo que se cuenta en la actualidad. La teoría de Rogers hace hincapié que de nada sirve enfrascarse en episodios del pasado o pensar en proyectos a futuro si no cuenta con un presente y una realidad inalterable en su existencia. Este concepto no deja exentas a las personas que aprenden de sus errores cometidos en el pasado, porque los mismos son corregidos para tener un presente digno, con todo el valor organísmico en orden. Tampoco elimina el deseo de los individuos por soñar en grande, pensar en negocios a mediano plazo o edificar una empresa para trabajar.
- Confianza organísmica: Efectivamente, su concepto remite de inmediato con el valor organísmico individual que cada ser viviente posee. Ellos están orientados en guiarse por tal valor, porque es el mismo que dictaminará lo que es beneficioso o lo que resulta dañino para evitarlo. Todos los seres deben confiar en sí mismos y en cada necesidad por llenar, porque todos desean su bienestar y con la asistencia de este valor, será posible consolidar este objetivo sin mucha premura.
Respecto a este último punto en la teoría de Rogers, la polémica ha generado una serie de debates, porque el valor organísmico es lo que conviene por medio natural a todos los seres vivos, pero no es adecuado imaginar que el valor organísmico de un enfermo sexual es violar a cuanta víctima se cruce en su camino porque “no hay problema, haz lo que consideres beneficioso para ti”.
Lo mismo aplica para el asesino y su instinto de matar, o al suicida con su deseo de consumir drogas y alcohol hasta acabar con su vida. Estos ejemplos han sido referencia para que esta postura rogeriana permanezca en tela de juicio en cuanto al sentido relativo en el valor organísmico.
- Libertad experiencial: Justo en la aparición de este concepto para complementar la teoría de Rogers, dejó de ser importante si una persona mantenía libre albedrío o no. Por naturaleza, los sujetos reaccionan a través de sus instintos, pero no quiere decir que el libertinaje sea filosofía de pensar y mucho menos de actuar, porque no se puede hacer todo lo que se quiere, por respeto hacia otras personas y su cultura. La verdadera libertad es aquella en que cuerpo y espíritu navegan con tranquilidad cada vez que se les presenta una oportunidad.
- Creatividad: Si la libertad y responsabilidad van de la mano, es un sujeto congruente en acciones y pensamientos para actuar en pro de sí mismo y de la sociedad. La propia naturaleza se encarga que la tendencia actualizante se haga efectiva para ayudar a los otros. Por ejemplo, mejorar el amor de los padres hacia sus hijos, crear arte para ampliar el abanico del mundo plástico, entre otros.
Frases célebres
A continuación, las mejores frases encontradas en la teoría de Carl Rogers, muy valorada en el presente por todos los aspirantes en la cátedra de psicología.
- «La principal esencia que conduce a la creatividad es el sentido de la novedad. Ninguna persona tiene derecho de contradecir este pensamiento».
- «Ser empático significa agradar ante los ojos del otro, sin necesidad de ver el mundo en nuestros ojos».
- «Aceptarme tal como soy es una verdadera paradoja, porque con el tiempo esto puede cambiar.
Más obras
- ROGERS, C. (1972) Psicoterapia centrada en el cliente. Buenos Aires: Paidós.
- ROGERS, C. (1978) Orientación psicológica y psicoterapia. Madrid: Narcea.
- ROGERS, C. (1979) El proceso de convertirse en persona. Buenos Aires: Paidós.
- ROGERS, C. y otros (1980) Persona a persona. Buenos Aires: Amorrortu.
- ROGERS, C. y C. ROSENBERG (1981) La persona como centro. Barcelona: Herder.