¿Qué es la memoria a largo plazo?, Tipos y más

MEMORIA A LARGO PLAZO
Índice
  1. ¿Qué Es La Memoria A Largo Plazo?
  2. Etapas de funcionamiento
  3. Tipos
    1. Memoria explícita o declarativa
    2. Memoria implícita o no declarativa
  4. Consejos Para Mejorar La Memoria A Largo Plazo
    1. Estimula tu cuerpo
    2. Lleva una adecuada alimentación
    3. Mantén una buena higiene del sueño
    4. Ejercita tu cerebro con mayor frecuencia

Dentro de las múltiples funciones que presenta el cuerpo humano, la Memoria A Largo Plazo es una de las más importantes, ya que es la encargada de recopilar toda la información y mantenerla resguardada en nuestra mente. ¡No se pierda este interesante artículo!

MEMORIA A LARGO PLAZO

¿Qué Es La Memoria A Largo Plazo?

Cuando se habla de la Memoria A Largo Plazo, también conocida simplemente por sus siglas MLP, se hace alusión a un mecanismo cerebral que se encarga de codificar y retener una cantidad de información prácticamente ilimitada en nuestra mente, por un periodo de tiempo prolongado.

De este modo, la información que ha sido seleccionada, comienza a formar parte de una especie de almacén a largo plazo, para luego ser utilizada cuando sea necesario. Esto hay que dejarlo bien en claro, puesto que, los recuerdos que se almacenan en la memoria a largo plazo, pueden mantenerse allí durante apenas unos segundos o inclusive, varias décadas.

Se trata básicamente de la capacidad que tiene el cerebro para almacenar diferentes hechos, conocimientos o destrezas y, así posteriormente, recuperar tales recuerdos. Dicho mecanismo del ser humano, supone un elemento clave para la realización de tareas cotidianas sin involucrar errores y de manera independiente.

Por tal motivo, a esta se le considera como una capacidad bastante extensa y compleja que entrañan una enorme contribución de diversas estructuras que conforman el cerebro. Por ende, también es muy propensa a posibles daños cerebrales si llegará pasar algún accidente.

Sin embargo, y, afortunadamente para todos, a raíz de los múltiples avances de la ciencia, hoy por hoy es posible que, mediante la práctica y el entrenamiento cognitivo, se pueda mejorar de considerablemente esta trascendental función cognitiva. Existen ciertos programas que permiten la activación y el fortalecimiento de la memoria, al igual que de otras vitales capacidades cognitivas.

Cuando se lleva a cabo la activación repetida de estos patrones cognitivos puntuales, se está contribuyendo al fortalecimiento de las conexiones neuronales que se ven implicadas en la memoria, mientras que, paralelamente, se establecen sinapsis nuevas, cuya principal característica es la de ser capaces de recuperar y reorganizar funciones cognitivas que son más frágiles o se encuentran dañadas.

MEMORIA A LARGO PLAZO

Etapas de funcionamiento

En el año 1968, los psicólogos estadounidense Richard C. Atkinson y Richard Shiffrin, expusieron una hipótesis acerca de cómo funciona el almacenamiento de recuerdos en el cerebro. Hasta el día de hoy, es una de las más utilizadas alrededor del mundo para entender su funcionamiento.

Tal hipótesis, para ese entonces, fue denominada como “Modelo de Atkinson–Shiffrin”. En ella se explicaba que, la memoria humana, está compuesta por tres importantísimos apartados en específico. Estos son los siguientes:

  1. Registro sensorial: es en el cual la información de carácter sensorial, comienza a ser parte de la memoria.
  2. Registro de datos a largo plazo: es en el que la información recopilada, se almacena para usarla en un futuro lejano.
  3. Registro de datos a corto plazo: a este se le nombra también como memoria de trabajo, es en donde es recibida tanto los datos sensoriales, como los datos de la memoria a largo plazo.

Básicamente, ambos autores defienden a capa y espada que, los inputs recibidos por medio de los sentidos, eran procesados en los almacenes sensoriales para después ser recibidos en la memoria a corto plazo, la cual cuenta con un breve periodo de duración y una capacidad limitada. Por consiguiente, ciertas informaciones debían ser pasadas al siguiente almacén, el de la memoria a largo plazo.

Aunque desde su primera publicación, la hipótesis fue bastante criticada por diversos motivos, esto no significa que se trate de un modelo con poca credibilidad, debido a que ha servido muchísimo como estímulo para que investigadores modernos formulen nuevas teorías relacionadas con el funcionamiento de la memoria.

MEMORIA A LARGO PLAZO

Pero, sin dar tantas vueltas en el asunto, es importante hablar sobre las distintas funciones que cumple la memoria basada en tres fases específicas: la codificación, el almacenamiento y la recuperación. Cada una de estas, está ideada especialmente para permitir que el aprendizaje pueda consolidarse como tal.

De esta forma, se busca mantener a partir de su almacenamiento por un largo tiempo, para así después de todo, ser recuperada en el supuesto caso de ser necesario. En sí, las etapas del funcionamiento de la memoria a largo plazo son estas tres:

  1. Codificación: es cuando los inputs externos que han sido recibidos desde el exterior, son procesados por el sujeto que los percibe. Luego de ello, a estos se les confiere un significado en base a la modificación de los diversos códigos verbales, visuales y/o sensoriales que se percibieron con anterioridad.
  2. Almacenamiento: ya para esta segunda fase, los diferentes significados que se han elaborado en la codificación, son retenidos en el cerebro. Cabe destacar que, dependiendo del tipo de memoria que se esté utilizando, esta retención será distinta. Puesto que, en la memoria a largo plazo, el mensaje será almacenado por un período de un tiempo superior al de la memoria de corto plazo.
  3. Recuperación: por último, en el momento en el que el individuo precise remembrar toda la información almacenada, se lleva a cabo la etapa de la recuperación, cuya finalidad principal es la de recobrar los datos que se grabaron previamente en los recuerdos.

Tipos

Como ya te pudiste haber dado cuenta, para hablar de cómo es la clasificación de la memoria, se debe tener en cuenta la cantidad de tiempo que permanece la información en dicho sistema. En líneas generales, del sistema de memoria van surgiendo unas cuantas ramificaciones más: la memoria sensorial, la memoria a corto plazo, la memoria de trabajo y la memoria a largo plazo.

MEMORIA A LARGO PLAZO

Sin embargo, dentro de la memoria a largo plazo, a su vez conseguimos otras diferentes subdivisiones: la memoria explícita o declarativa y la memoria implícita o no declarativa, las cuales fueron incorporadas por los trabajos de N.J. Cohen y L.R. Squire entre 1980 y 1992. A continuación, procederemos a desarrollar cada uno de ellos:

Memoria explícita o declarativa

La memoria explicita, también conocida como memoria declarativa, es el primer tipo de memoria a largo plazo. Esta tiene como función principal la de permitir que una persona tenga el poder absoluto sobre sus recuerdos, para que así, de manera consciente y voluntaria, evoque la información que ha sido retenida hasta ese entonces en su cerebro, si así lo precisa.

Dicho de otra forma, esta es la encargada de traer a colación toda la información almacenada en la memoria, de la que se puede dar cuenta de forma verbal. En este proceso entran en juego diferentes partes del cerebro, tales como: el lóbulo temporal medial, el diencéfalo y el neocórtex o neopalio.

Con ella, al ser humano se le posibilita recordar experiencias pasadas, identificar hechos históricos, poder señalar qué se ha ingerido a lo largo del día, etcétera. Básicamente, la memoria declarativa o memoria explícita comprende todas las cosas que son fáciles de recordar mediante palabras. Al mismo tiempo, esta se subdivide dos categorías individuales:

Memoria semántica

En esta clase de memoria declarativa a largo plazo, es almacenada absolutamente todo el conjunto de información que un individuo dispone relacionada con la educación adquirida, y el entorno que lo rodea. Esto quiere darnos a entender, que se trata de la responsable de retener los conceptos que han sido adquiridos durante la educación proporcionada desde nuestra niñez hasta la adultez.

Aquí se engloban informaciones de carácter cultural y acontecimientos mundiales, mientras que paralelamente se les otorga un significado a las palabras y al vocabulario. Aunque en ella están incluidos nuestro vocabulario, conocimientos académicos y lo que sabemos sobre cada concepto que existe en el mundo, tales informaciones están completamente desvinculadas del episodio de aprendizaje.

MEMORIA SEMÁNTICA

Para ejemplificar y que se entienda de una mejor forma, es como cuando sabemos cuál es el concepto de verdura, que se trata de hortalizas, que se pueden hacer preparaciones con ellas, que su color predominante es el verde, pero que en realidad no nos acordamos de cuándo aprendimos todo esto. La memoria semántica propicia que una persona sepa cuál es la capital de un país o a qué temperatura hierve el agua.

Memoria episódica

En cuanto a la memoria episódica, esta es la que resguarda los recuerdos referentes a los sucesos biográficos y personales de cada persona. Esta integra las remembranzas de hechos puntuales y situaciones que se han experimentado y, en comparación con la anterior, esta si presenta una estrecha relación con el episodio de aprendizaje.

Por tal motivo, se le llama también memoria declarativa a largo plazo de tipo autobiográfica. Por colocar un ejemplo, esta vertiente nos permite recordar qué fue lo que comimos el día anterior, dónde hemos guardado tal objeto, cómo conocimos a nuestro mejor amigo en la primaria, quién fue el que nos acompañó a la iglesia el domingo pasado, entre otras cosas.

Memoria implícita o no declarativa

La memoria implícita o no declarativa es el otro tipo de memoria a largo plazo, el cual hace alusión al conjunto de informaciones que son almacenadas en nuestro cerebro, pero que no se evocan de forma consciente, ni mucho menos voluntaria, a diferencia de lo que ocurre en su predecesora. Tiende a incorporarse en el subconsciente por medio de un aprendizaje implícito, de allí proviene su nombre.

Debido a que esta clase de memoria es mucho más resistente ante posibles daños cerebrales, es poco habitual que se vea afectada tras el paso de los años o algún accidente médico. En ella se ven involucradas las siguientes partes del cerebro: el neocórtex o neopalio, la amígdala, el cerebelo y los ganglios basales. La memoria no declarativa se divide a su vez en tres subcategorías:

Memoria procedimental

Es la encargada de almacenar todo el conocimiento adquirido de cara a las habilidades y destrezas que poseemos, lo que quiere decir que es la responsable de hacernos recordar a lo largo de nuestra vida los hábitos y movimientos musculares que se han ido aprendiendo automáticamente mediante la práctica.

Al ser acciones aprendidas de manera gradual, basadas en la repetición y retroalimentación, en ella se incluyen actividades como: montar en bicicleta, comer con cubiertos adecuadamente, conducir, encestar un balón, manejar un ordenador portátil, etcétera.

Priming

La memoria implícita a largo plazo tipo priming, es la que nos sirve para traer nuevamente recuerdos asociados con alguna clase de información que ya se aprendió con anterioridad. Hace alusión fundamentalmente a la facilitación que se genera cuando logramos activar ciertos conceptos en nuestro cerebro.

Si aún así no te ha quedado muy bien en claro de qué se trata puntualmente, es como, por ejemplo, cuando en una conversación que se está llevando a cabo acerca de cebras, caballos y asnos, recordamos inmediatamente, al menos casi siempre es así, que estamos hablando de animales pertenecientes al género Équido. Es asociar conceptos para que nos lleguen a la mente, palabras al instante.

Condicionamiento

Para finalizar la clasificación de la memoria a largo plazo, se debe terminar explicando cuál es la memoria no declarativa de condicionamiento. Esta se centra en la relación existente entre un estímulo condicionado y la respuesta, que, de manera previa, ha sido vinculada con otro estímulo no condicionado.

Se parece un tanto a la anterior, pues es un tipo de memoria que se hace gracias al aprendizaje asociativo. Un estímulo determinado siempre desencadenará una respuesta automática, por ende, inconsciente, la cual ha sido estimulada para que así suceda. Este podría ser el caso del condicionamiento operante, en donde se busca que, tras una conducta específica, se genere una consecuencia, ya sea para negativa o positiva.

Para que tengas una idea más clara, podríamos colocar como ejemplo una situación hipotética en el cual se ubica a una persona enfrente de un dispensador de aire y, justo antes de soplar aire en sus ojos, se hace sonar una campana. De manera involuntaria, esta entenderá por medio de la asociación, que, después de que suene la campana, tendrá que parpadear para que esto no suceda de nuevo.

Consejos Para Mejorar La Memoria A Largo Plazo

Por último, no nos podemos ir sin antes dejar unos cuantos consejos que, serán de gran ayuda para poner a trabajar nuestra memoria a largo plazo, y que así mejore con el tiempo. Primero, ten en cuenta que, cada tipo de memoria, indiferentemente si se trata de explícita o implícita, puede ser estimulada, desarrollada y activada.

Sólo basta con invertir una buena cantidad de tiempo en ello, y potenciar un estilo de vida con hábitos mucho más saludables. Sin embargo, en la actualidad, existen ciertos recursos que podrían contribuir significativamente en una mejor estimulación de los sistemas que conforman la memoria del ser humano. Las recomendaciones generales que te traemos el día de hoy son las cuatro siguientes:

Estimula tu cuerpo

Actualmente, diversos estudios alrededor del mundo aseveran que, pese a la creencia de muchos, sí existe una correlación entre la realización de ejercicio físico y una mayor productividad en los sistemas de memoria. Por consiguiente, es importante hacer ejercicio por al menos 30 minutos al día.

Lleva una adecuada alimentación

Así como el ejercicio físico es fundamental para lograr mantener sana la memoria a largo plazo, llevar una adecuada alimentación también es sumamente importante. Hoy por hoy, se ha comprobado que hay ciertos alimentos que inciden notablemente en la mejoría y el incremento de la actividad de la memoria.

Los expertos recomiendan ingerir pescados azules, frutos secos, verduras verdes y frutas de todo tipo, especialmente las rojas como la manzana. Por su parte, se debe evitar comer alimentos con altos contenidos de grasas saturadas, carnes rojas, comida procesada, muchos azúcares, sales, etcétera.

Mantén una buena higiene del sueño

Si quieres tener una mejor y más activa memoria, es imprescindible descansar correctamente. Para lograrlo, como mínimo debes dormir 8 horas diarias. No intercaladas, ni durante el día. Tómalo en cuenta y, te aseguro, que verás que tu problema mejorará en el menor tiempo posible.

Ejercita tu cerebro con mayor frecuencia

Finalmente, haz muchos más ejercicios que están ideados para el fortalecimiento, el desarrollo y la estimulación de tu memoria a largo plazo. Hoy en día, en la web hallamos muchísimos y bastante divertidos. Invierte tiempo en su mejoría y notarás la diferencia.

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