¿En qué consiste la sublimación en la psicología?
Aunque muchas personas no tienen conocimiento de ello, el ser humano cuenta con mecanismo de defensa innato que le permite desenvolverse de una manera adecuada dentro de la sociedad en la que vivimos, esto se conoce como la Sublimación en la Psicología. Así que, si quieres saber un poco más al respecto, no dudes en quedarte y aprender con nosotros.
¿Qué es la Sublimación en la Psicología?
Cuando se habla de sublimación, se hace alusión a un mecanismo de defensa maduro de un individuo, el cual le permite canalizar todas sus pulsiones y estímulos para luego transformarlos en una conducta socialmente aceptada.
En base a lo establecido en las principales doctrinas psicoanalíticas, se trata básicamente de reemplazar un propósito que se está persiguiendo y se vincula a un deseo puntual inapropiado para muchos, por un objetivo que se asocie a algo relativamente aceptable dentro de una comunidad en particular.
Por lo general, tales canalizaciones tienen una estrecha relación con instintos de carácter sexual y agresivo. Además, según lo señalado durante el siglo XX por el padre del psicoanálisis, Sigmund Freud, muchas de las actividades de sublimación están relacionadas con actividades artísticas y de investigación intelectual.
Para el neurólogo austriaco, la sublimación en este ámbito no es más que un mecanismo protector de la mente, cuya función primaria es la de aliviar la tensión interna por la que está pasando un sujeto para que sienta mucho más tranquilo consigo mismo.
¿Cómo Se Da Este Mecanismo De Defensa?
Dicho término forma parte de un sinfín de teorías planteadas por Freud, en donde es explicado a partir de la sexualidad del ser humano. El autor alega que la sexualidad funciona como el motor y pilar fundamental de la actividad humana. Este opina que sin ella nadie sería capaz de desarrollarse a plenitud, comunicarse o evolucionar como cultura.
Pese a ello, en el proceso de la sublimación, las áreas de la actividad humana que supuestamente no guardan relación con la sexualidad, se convierten en una especie de depósito para la energía libidinal. Todo esto porque en diversas culturas existen ciertas conductas sexuales que no son aceptadas o bien vistas.
A raíz de esto, quienes desean llevarlas a cabo se ven en la obligación de reprimir sus impulsos y renunciar a ellas. De lo contrario, a las personas se les impediría la posibilidad de vivir y relacionarse de manera civilizada con los demás.
No obstante, aunque en algunas culturas las conductas de represión son bastante aceptadas, en ocasiones las ataduras impuestas por la sociedad llegan a sobrepasar los límites permitidos para el óptimo desarrollo del ser humano. Por ello, a menudo se cree que los individuos que se ven en una constante represión son más propensos a enfermarse gravemente.
Durante el proceso se produce un desvío de las pulsiones hacia un nuevo fin. Como ya se mencionó, entre los ejemplos más comunes de estos nuevos destinos de impulsos sexuales se encuentran los artísticos y los intelectuales.
Se centra en la transformación de un fin pulsional hacia una actividad que no esté sexualizada, y en la cual se intente por medio de su realización, liberar la presión que se siente adentro. Como ejemplo hallamos a los que están relacionados a tareas creativas o de prestigio social, tales como: arte, religión, ciencia, política y tecnología.
¿En Qué Momento Se Lleva A Cabo El Proceso?
La sublimación sucede en el justo instante en el que los motivos y sentimientos reprimidos se redirigen en una nueva dirección hacia canales u objetos que son aceptados y bien valorados socialmente. Por consiguiente, en esto incidirá mucho el contexto sociocultural de la persona en específico, al igual que un conjunto de otros factores.
En tal situación, el deseo sexual logra ser saciado, debido a que se trata directamente de la relación de un individuo con su placer. El término psicoanalítico fue creado con la finalidad describir un proceso que se hace de manera inconsciente, en el que la libido se desexualiza y es canalizada con rumbo a otras actividades.
Para no llegar a un punto en el que la sociedad nos margine por no cumplir con los parámetros conductuales impuestos considerados adecuados en las diferentes situaciones sociales, hay personas que se reprimen y se adaptan al medio en el que viven. Por lo tanto, la sublimación es un mecanismo de escape a la continua atadura de la libertad sexual que dicta un determinado grupo social.
Este se da espontáneamente, sin necesidad de que intervenga la voluntad de alguien. No obstante, para que aparezca, es imprescindible contar con las condiciones favorables en donde se tenga al alcance las opciones intelectuales y creativas requeridas.
Puesto que se emplea como un método de defensa, este se vincula con la energía psicológica que tiende a utilizarse en actividades más efectivas y convenientes para el “Yo”. Por tal motivo, Freud catalogaba a la sublimación como el modo de producir la satisfacción misma de la pulsión del sujeto.
Cuando el “Yo” no puede disminuir sus sentimientos y emociones, ya sea por medios racionales o por otras razones, y es imposible tolerar el conflicto intrapsíquico que se genera, este podría ser invadido, aun y cuando se intente evitar lo máximo posible, por una incapacitante angustia.
Del problema se desglosan otros conflictos más importantes, como lo son el resultado de un colapso nervioso o una crisis de ansiedad. De allí surge el motivo por el que muchos especialistas recomiendan que se agenden unas cuantas citas de psicoterapia, y así se aprenda a crear y gestionar estrategias adecuadas, mientras se trabaja a fondo.
Como anteriormente se mencionó, se deben buscar tales herramientas porque estas defensas de la personalidad tan primitivas, es decir, la represión y la negación, consumen una buena parte de nuestra energía, dándole inicio a un círculo vicioso del que es muy difícil salir.
Debe existir un equilibrio, ya que también estos mecanismos son útiles en ciertas oportunidades. Al igual que como todo en esta vida, tienen que fijarse límites. Es en se momento donde se precisa de la sublimación, la cual se distingue muchísimo de los mecanismos de defensa arcaicos.
Esto debido a que en ella se canalizan y enfocan las pulsiones sexuales y agresivas en metas que, sin lugar a dudas, son capaces de generar alivio en la angustia de una persona. Con ella, al “Yo” se le obliga, por así decirlo, a crecer y madurar constantemente con las experiencias de su vida.
Cada inconveniente y desafío que se nos presenta, es una clara representación de la oportunidad que tenemos de aprender y sacar el mayor provecho de eso. Incluso por muy complejo que sea el asunto y la forma en el que se desarrolla, esto es un indicativo de un sano desarrollo del “Yo”.
En el caso de los niños, a estos se les tiene que brindar la posibilidad de vivir experiencias que sean acordes a su capacidad, para así lograr adaptarse al ambiente en el que se desenvuelven. Si así se prefiere, inclusive se les puede asignar a los más pequeños de la casa tareas que estén acorde a sus capacidades y a su etapa de desarrollo conductual.
De este modo, se contribuye significativamente a que se conviertan en adultos colaboradores, sensatos y calmados, mientras también se crea la buena formación de hábitos. Cuando como padres se les hace absolutamente todo, se está ocasionando sin querer una incapacitación total que en un futuro les impedirá que lleven a cabo sus actividades personales de manera autónoma.
Un sinfín de profesionales en la materia aseguran que no existe un mal, peligro o riesgo tan inmenso que incapacite a un niño, ni mucho menos muy débil como para no servirle de estímulo. Al hacer uso de esta defesa “yoica”, es mucho más sencillo y sano enfrentar situaciones de amenazas que se nos presentan en la vida y que producen estrés y ansiedad.
Beneficios De La Sublimación
Como ya lo pudiste haber notado, en comparación con la represión, que es otro mecanismo de defensa bastante común, la sublimación dispone de una gigantesca particularidad, que es la de desarrollar y canalizar las pulsiones de una forma en la que puede no observarse la relación directa, característica que incita claramente en otras actividades.
Por su parte, la represión se encarga de bloquear, reprimir e impedir la canalización de los impulsos. Por ende, el empleo adecuado de la sublimación en un momento oportuno, previene la aparición de mecanismos neuróticos como este.
Sin embargo, tenemos que tener en consideración que es realmente complejo que se posea de la conciencia necesaria como para estar al tanto de los mecanismos de defensa que se están utilizando, debido a que actúan en un espacio en el que es difícil reconocerlo y darles paso a las angustias que no se tienen la capacidad suficiente de reconocer.
Siendo o no conscientes de esto, el uso de la sublimación puede traer consigo un sinnúmero de provechos. Como una especie de válvula de escape para la libido y la agresividad acumulada por mucho tiempo, esta presenta una serie de muy buenos beneficios. Estos son los siguientes:
- Protege en todo momento y ante cualquier situación la mente de un individuo.
- Posibilita la satisfacción de pulsiones sexuales y agresivas mediante actividades consideradas socialmente como correctas.
- Se desarrollan destrezas artísticas, deportivas e intelectuales, como método de desahogo.
- Permite la canalización de sentimientos y emociones que antes se reprimían.
- Alivia y disminuye considerablemente las tensiones y el estrés.
- Fomenta que se efectúen procesos de socialización mucho más saludables.
- Ayuda a que se produzca la compensación psicológica.
- Modifica los estados mentales que son dañinos y repara lo que anteriormente ha sido dañado por pulsiones destructivas.
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