Descubre los principios de la Teoría Humanista

TEORÍA HUMANISTA
Índice
  1. Teoría humanista
  2. Existencialismo
  3. El individuo en su conjunto
  4. Inadecuación de los experimentos con animales
  5. La naturaleza interior de la humanidad
  6. Creatividad humana
  7. Énfasis en la salud mental
  8. Principios de la Teoría humanista
  9. Características de la psicología humanista

Enfocándose en el individuo en su visión global, la Teoría Humanista sostiene que todos los aspectos que constituyen el ser humano son importantes, considerando al Hombre como un ser único, responsable de su propia experiencia, capaz de tomar conciencia de sus propios recursos.

TEORÍA HUMANISTA

Teoría humanista

El término psicología humanista fue acuñado por un grupo de personalidades que, bajo el liderazgo de Maslow, se unieron a principios de la década de 1960 para crear una alternativa teórica viable a dos de los movimientos intelectuales más importantes de la psicología, el psicoanálisis y el conductismo. La psicología humanista no es un sistema teórico estrictamente organizado; es mejor considerarlo como un movimiento (es decir, un grupo especial de enfoques teóricos de la personalidad y la psicología clínica).

Maslow llamó a su enfoque la psicología de la tercera fuerza. Aunque las opiniones de los partidarios de este movimiento constituyen una gama bastante amplia, comparten, no obstante, ciertos conceptos fundamentales de la naturaleza humana. Casi todos estos conceptos están profundamente arraigados en la historia del pensamiento filosófico occidental (Durant, 1977).

La psicología humanista está profundamente arraigada en la filosofía existencial desarrollada por pensadores y escritores europeos como Seren Kierkegaard (1813-1855), Karl Jaspers (1883-1969), Martin Heidegger (1889-1976) y Jean-Paul Sartre (1905-1980). Algunos psicólogos destacados también influyeron en el desarrollo de un enfoque humanista de la personalidad. Los más famosos son Erich Fromm, Gordon Allport, Carl Rogers, Victor Frankl y Rollo May.

Existencialismo

La visión de una persona se origina en una conciencia concreta y específica de la unicidad de la existencia de una persona individual, que existe en un momento particular en el tiempo y el espacio. Los existencialistas creen que cada uno de nosotros vive como "estar en el mundo", comprendiendo consciente y dolorosamente nuestra existencia y no existencia última (muerte). No existimos fuera del mundo y el mundo no importa sin que vivamos en él.

Al rechazar la noción de que una persona es el producto de factores hereditarios (genéticos) o influencias ambientales (especialmente influencias tempranas), los existencialistas enfatizan la idea de que al final cada uno de nosotros es responsable de quiénes somos y en qué nos convertimos. Como dijo Sartre: “El hombre no es más que lo que él mismo hace. Este es el primer principio del existencialismo” (Sartre, 1957, p. 15).

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En consecuencia, los existencialistas creen que cada uno de nosotros tiene un desafío: todos nos enfrentamos a la tarea de llenar nuestras vidas de significado en este mundo absurdo. Entonces "la vida es lo que hacemos con ella". Por supuesto, la experiencia humana única de libertad y responsabilidad de dar sentido a la propia vida no es gratuita.

A veces, la libertad y la responsabilidad pueden ser una carga pesada e incluso abrumadora. Desde el punto de vista de los existencialistas, las personas se dan cuenta de que son responsables de su propio destino y, por lo tanto, experimentan el dolor de la desesperación, la soledad y la ansiedad.

Solo las personas mismas, arrojadas al torbellino de la vida en un momento dado en el tiempo y en un lugar dado, son responsables de las decisiones que toman. Esto no significa que si las personas tienen libertad de elección, ciertamente actuarán en sus propios intereses.

La libertad de elección no garantiza que la elección sea perfecta y prudente. Si esto fuera así, las personas no sufrirían de desesperación, alienación, ansiedad, aburrimiento, culpa y muchos otros sentimientos desagradables que se imponen a sí mismos. Para los existencialistas, la pregunta es si una persona puede o no vivir una vida genuina (honesta y sincera) en una secuencia consciente de sus accidentes e incertidumbres.

Dado que la filosofía existencial cree que cada persona es responsable de sus acciones, apela a la psicología humanista; la teoría humanista también enfatiza que cada persona es el principal artífice de su comportamiento y experiencia de vida.

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Las personas son criaturas pensantes, experimentadas, decididas y libres para elegir sus acciones. En consecuencia, la psicología humanista acepta a una persona responsable como modelo principal, eligiendo libremente entre las oportunidades que se le brindan. Como comentó Sartre, "yo soy mi elección".

El concepto más importante que los psicólogos humanistas han aprendido del existencialismo es el concepto de convertirse en una persona nunca es estática, siempre está en proceso de devenir. El estudiante universitario de último año es drásticamente diferente del adolescente que se cambia de ropa y se ríe tontamente que era hace cuatro años.

Y en otros cuatro años, puede volverse completamente diferente debido al hecho de que dominará nuevas formas de vida, por ejemplo, se convertirá en padre o hará una carrera profesional. Así, como ser libre, una persona es responsable de la realización de tantas posibilidades como sea posible, vive una vida verdaderamente genuina sólo si cumple esta condición.

Por tanto, desde un punto de vista existencial - humanista, la búsqueda de una existencia genuina requiere más que satisfacer necesidades biológicas e impulsos sexuales o agresivos. Las personas que renuncian a convertirse se niegan a crecer; ellos niegan que ellos mismos contienen todas las posibilidades de una existencia humana en toda regla.

Para un psicólogo humanista, tal visión es una tragedia y una perversión de lo que una persona puede ser, ya que limita sus posibilidades de vida. En pocas palabras, sería un error si las personas rechazan la oportunidad de hacer que cada momento de sus vidas sea lo más rico posible y de revelar sus habilidades de la mejor manera. Alguien que se niega a aceptar el desafío y crear una vida digna de sentido está cometiendo lo que los existencialistas llaman una traición.

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Cualquiera que haya traicionado su esencia humana no es capaz de resolver las cuestiones básicas de su existencia. ¿Quién soy? ¿Mi vida tiene sentido o es absurda? ¿Cómo puedo darme cuenta de mi naturaleza humana, incluso si estoy para siempre solo en este mundo? En cambio, ve el significado de la vida en una sumisión ciega a las expectativas de la sociedad.

Si bien el devenir tiene un papel importante que desempeñar, los psicólogos humanistas reconocen que la búsqueda de un significado genuino y pleno en la vida no es fácil. Esto es especialmente cierto en una época de profundos cambios y conflictos culturales, cuando las creencias y valores tradicionales ya no son pautas adecuadas para la vida o para encontrar el significado de la existencia humana.

En una sociedad burocrática, el individuo lucha por la despersonalización y la desaparición en el grupo. Por lo tanto, muchas personas se vuelven alienadas y desapegadas, ajenas a sí mismas y a quienes las rodean. Otros carecen del "coraje de ser", de alejarse de los viejos patrones, insistir en los suyos propios y buscar formas nuevas y efectivas para una mejor autorrealización. Eligen confiar en lo que los amigos, la familia, los maestros, la religión o la sociedad en general aprueban y aprecian.

Pero la libertad de construir la propia existencia puede ser tanto una maldición como una bendición: los psicólogos humanistas argumentan que superar este problema puede inducir a una persona a hacer algo que valga la pena en la vida.

Las personas deben asumir la responsabilidad de elegir y dirigir su destino, porque lo quisieron o no, pero vinieron a este mundo y son responsables de una vida humana: la suya. Evitar la libertad y la responsabilidad significa ser falso (no auténtico), comportarse de manera traicionera y, en última instancia, vivir en la desesperación de la desesperanza.

Finalmente, los existencialistas sostienen que la única "realidad" conocida por cualquiera es la realidad subjetiva o personal, pero no la objetiva. Tal punto de vista se puede caracterizar en forma condensada como una dirección fenomenológica, o "aquí y ahora". Tanto los psicólogos existencialistas como humanistas enfatizan la importancia de la experiencia subjetiva como un fenómeno fundamental en el estudio y comprensión de la humanidad.

Las construcciones teóricas y el comportamiento externo son secundarios a la experiencia directa y su significado único para quien la está experimentando. Así, Maslow nos recordó: “Nada reemplaza a la experiencia, absolutamente nada” (Maslow, 1966, p. 45).

En varios trabajos teóricos, Maslow presentó su propia interpretación de lo que constituye una teoría humanista de la personalidad. Como pronto quedará muy claro, su dirección personológica difiere marcadamente de las teorías que han dominado durante los últimos 50 años, especialmente del psicoanálisis y el conductismo. Pero antes de entrar en detalles sobre qué es este enfoque de la personalidad, veamos los elementos clave de la teoría humanista de Maslow.

El individuo en su conjunto

Una de las tesis más fundamentales que subyacen a la teoría humanista de Maslow es que cada persona debe ser estudiada como un todo único y organizado. Maslow sintió que durante demasiado tiempo los psicólogos se centraron en el análisis detallado de eventos individuales, descuidando lo que estaban tratando de comprender, es decir, la persona en su conjunto. Utilizando una metáfora trillada, los psicólogos estudiaron los árboles, no los bosques.

De hecho, la teoría humanista de Maslow se desarrolló inicialmente como una protesta contra tales teorías (especialmente el conductismo) que se ocupaban de las manifestaciones individuales del comportamiento, ignorando la personalidad del individuo.

Para Maslow, el cuerpo humano siempre se comporta como un todo, y no como una colección de partes diferenciadas, y lo que sucede en alguna parte afecta a todo el organismo. Este punto de vista holístico, formulado en la acertada expresión a menudo citada de la psicología gestáltica: "El todo es más que y es diferente de la suma de sus partes", se manifiesta evidentemente en todos los trabajos teóricos de Maslow.

En la teoría humanista de Maslow, la motivación afecta a la persona en su conjunto y no solo a partes individuales de su cuerpo. Para Maslow, la característica central de la personalidad es la unidad y la comunidad indispensables.

“En una buena teoría, no existe una realidad como la necesidad del estómago, la boca o los genitales. Solo existe la necesidad del individuo. Es John Smith quien tiene hambre, no el estómago de John Smith. Además, la satisfacción llega a todo el individuo y no a sus partes individuales. La comida satisface el hambre de John Smith, no el hambre de su estómago... cuando John Smith tiene hambre, él tiene hambre” (Maslow, 1987, p. 3).

Inadecuación de los experimentos con animales

Los defensores de la psicología humanista reconoce profundas diferencias entre el comportamiento humano y animal. Para ellos, el hombre es más que un animal; es un tipo de criatura viviente muy especial. Este juicio está en marcado contraste con el conductismo radical, que se basa en gran medida en el estudio del comportamiento animal (como ratas y palomas) para desarrollar una explicación del comportamiento humano.

A diferencia de los conductistas, que enfatizan que los humanos pertenecen al reino animal, Maslow veía a los humanos como algo diferente a otros animales. Creía que el conductismo y la filosofía correspondiente "deshumanizan" a una persona, tratándola casi como una máquina compuesta por cadenas de reflejos condicionados e incondicionados. Por tanto, el estudio de los animales es inaplicable para entender a los humanos, ya que ignora esas características.

La naturaleza interior de la humanidad

La teoría de Freud era inequívoca de que las personas están a merced de fuerzas inconscientes e irracionales. Además, Freud argumentó que si los impulsos instintivos no se controlan, el resultado será la destrucción de los demás por parte de las personas o de ellos mismos. Sea cierto o no este punto de vista, Freud no creía mucho en la virtud del hombre y con el pesimismo reflejado en su destino.

Los humanistas sostienen que la naturaleza humana es inherentemente buena o al menos neutral. Es posible que desee desafiar este punto de vista si es atacado por ladrones durante un paseo nocturno por el parque.

Sin embargo, según Maslow, las fuerzas destructivas en los seres humanos son el resultado de la frustración o necesidades básicas insatisfechas y no de algún tipo de malformación congénita. Creía que, por naturaleza, todas las personas tienen el potencial de crecer y mejorar positivamente. Fue esta visión optimista y edificante de la humanidad la que Maslow mantuvo durante toda su vida.

Creatividad humana

El reconocimiento de la prioridad del lado creativo en el hombre es quizás el concepto más significativo de la psicología humanista. Maslow fue el primero en señalar que la creatividad es la característica más universal de las personas que ha estudiado u observado (Maslow, 1950). Al describirla como una propiedad intrínseca de la naturaleza humana, Maslow (1987) vio la creatividad como un rasgo que está potencialmente presente en todos los seres humanos desde el nacimiento.

Esto es natural: los árboles dan hojas, los pájaros vuelan, la gente crea. Sin embargo, también reconoció que la mayoría de la gente pierde esta cualidad como resultado de la “domesticación” (que la educación formal hace mucho). Afortunadamente, algunas personas conservan su forma fresca, ingenua y directa de ver las cosas o, si se encuentran entre los que han perdido esta cualidad, son capaces de recuperarla con el tiempo.

Según Maslow, dado que la capacidad de crear es inherente a cada uno de nosotros, no requiere talentos o habilidades especiales. Para ser creativos, no necesitamos escribir libros, componer música o crear pinturas. Relativamente pocas personas hacen esto.

La creatividad es una función humana universal que conduce a todas las formas de autoexpresión. Por lo tanto, por ejemplo, puede haber discos creativos: jinetes, programadores, hombres de negocios, vendedores, empleados e incluso profesores universitarios.

Énfasis en la salud mental

Maslow argumentó que ninguno de los enfoques psicológicos utilizados para estudiar el comportamiento le dio la debida importancia al funcionamiento de una persona sana, su estilo de vida o sus metas de vida. En particular, criticó duramente la preocupación de Freud por el estudio de la enfermedad, la patología y la mala adaptación.

Maslow creía que la teoría psicoanalítica es unilateral, carece de versatilidad, ya que se basa en aspectos anormales o "enfermos" de la naturaleza humana (es decir, sus defectos e imperfecciones) e ignora la fuerza y ​​virtud de la humanidad. Para corregir esta deficiencia, Maslow se centró en la persona mentalmente sana y en comprenderla desde una perspectiva diferente a la de compararla con un enfermo mental.

Estaba convencido de que no podemos comprender las enfermedades mentales hasta que comprendamos la salud mental. Maslow afirmó sin rodeos que el estudio de personas lisiadas, subdesarrolladas y enfermas solo puede resultar en una psicología "lisiada". Insistió enérgicamente en el estudio de las personas mentalmente sanas que se auto actualizan como base para una ciencia de la psicología más universal.

En consecuencia, la psicología humanista cree que la superación personal es el tema principal de la vida de una persona, un tema que no se puede identificar estudiando solo a personas con trastornos mentales. Los escritos de Maslow de orientación humanística encontraron aceptación entre los psicólogos en las décadas de 1960 y 1970.

Para muchos, su enfoque, que enfatiza el estudio de la alegría, el amor, la creatividad, la elección y la autorrealización, demostró ser una alternativa optimista a lo que veían como patrones mecanicistas y deshumanizados de comportamiento humano.

Aunque desde entonces la popularidad de la teoría humanista ha disminuido ligeramente, su influencia en las principales tendencias en el desarrollo de la psicología y la teoría de la personalidad sigue siendo evidente. Las ideas de Maslow también han influido en áreas como el asesoramiento, el trabajo social, la educación, la enfermería, la gestión empresarial y el marketing (Leonard, 1983).

Principios de la Teoría humanista

Algunos principios fundamentales diferencian la teoría humanista de otras escuelas de pensamiento en psicología y psicoanálisis:

  • Saca a relucir la idea del potencial humano : la persona tiene la capacidad de autodeterminarse y crecer;
  • Reconoce que hay un proceso vivo, un impulso que empuja a lograr y ser logrado;
  • Implica el compromiso de la persona, su responsabilidad ;
  • No olvida la libertad del individuo;
  • Resalta el respeto por la creatividad que permite el desarrollo personal de cada uno;
  • Se basa en la experiencia, la experiencia emocional, el sentimiento de las cosas y del propio cuerpo;
  • Integra la dimensión corporal de la persona;
  • Pone en primer plano la relación paciente / terapeuta , con un marcado respeto por el paciente

Características de la psicología humanista

  • Una perspectiva amplia y holística. Es decir, considera a una persona como un todo, su totalidad. No hay aspectos más importantes que otros: los pensamientos, el cuerpo, las emociones, el entorno espiritual; todos estos aspectos interactúan y confluyen. Permiten al individuo descubrir quién es.
  • La existencia humana sólo es posible en un contexto interpersonal. Por tanto, las relaciones con los demás son muy importantes y fundamentales para el desarrollo personal del ser humano, sin olvidar tener en cuenta el contexto y el entorno.
  • El ser humano es capaz de tomar sus propias decisiones, de responsabilizarse, de desarrollarse y de recurrir a sus propios recursos.
  • Se fomenta y facilita el desarrollo personal. El psicólogo sirve como herramienta y guía para el paciente, para que llegue a comprender y prosperar, utilizando sus propias habilidades.
  • Los individuos tienen una tendencia innata a la autorrealización. Los seres humanos pueden tener confianza en su sabiduría interior porque la curación se encuentra en sus propias respuestas. Por lo tanto, es muy importante comprender que no es necesario gobernar el resto o controlar sus propias emociones reprimidas.

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