Conoce los tipos de conflictos escolares
El conflicto es un fenómeno humano esencial e ineludible porque donde hay interacción humana, existe la posibilidad de gustos y disgustos personales. Estos acuerdos y desacuerdos entre personas y grupos en la escuela, a veces conducen a conflictos. Este artículo te trae información de interés sobre los tipos de Conflictos Escolares.
El estado de la cuestión: conflictos escolares
Una de las características más relevante de los seres humanos es la diversidad. Que puede ser notada a través de las distintas formas de ser, pensar y existir, así como también sus distintas necesidades, visiones del mundo y posiciones éticas que determinan las relaciones entre las personas.
En este sentido, los conflictos interpersonales se entienden como tensiones que envuelven distintos intereses o posiciones, que son inherentes a las relaciones humanas, y están presentes en diversas organizaciones sociales, siendo una de ellas, la escuela.
La escuela como microcosmos de la sociedad congrega distintas visiones del mundo, distintas formas de ser, pensar y vivir, convirtiéndose así en un espacio de representación de las diferencias sociales y en un lugar donde cotidianamente ocurren diferentes conflictos.
Enfrentar este tipo de situaciones requiere de aprendizaje y es por eso que los docentes necesitan de una capacitación en manejo de conflictos, para poder manejar adecuadamente los conflictos en el aula y también para educar a sus alumnos en el manejo de conflictos.
Por sus características intrínsecas, la escuela es un medio propicio para el desarrollo de situaciones conflictivas. Así, que el conflicto en el sistema educativo se puede ver desde la dialéctica entre la macroestructura del sistema educativo, las políticas generales orientadas al mismo y los procesos de gestión que imperan en cada escuela.
El conflicto en sí, presenta posibilidades formativas, ya que la percepción de las diferencias existentes entre personas o grupos y sus necesidades, valores, ideas y distintas formas de vida son esenciales para una sociedad democrática. En este sentido, es importante potenciar las características positivas del conflicto y reducir las negativas.
Entonces, la dificultad para solventar conflictos se debe en gran parte a las dificultades que existen entre los involucrados en el conflicto para poder comunicarse de manera efectiva. Por lo tanto, el potencial constructivo y educativo de los conflictos depende en gran medida de las habilidades de los involucrados. Así que, saber comunicar, respetar los derechos de los demás y las diferencias existentes son fundamentales para que los conflictos reviertan en beneficios sociales y de desarrollo humano.
La preocupación por mejorar la convivencia en las escuelas, centrada en la variable conflicto, se aborda en diferentes estudios, cuyos objetivos marcan tanto la comprensión del conflicto escolar, como la prevención de su ocurrencia.
Dado que es imposible eliminar los conflictos escolares, es fundamental y urgente reducir su intensidad, duración y severidad, para que no se perjudique el proceso de enseñanza y aprendizaje. Por ello, más adelante se abordará las estrategias utilizadas para manejar los conflictos escolares.
Naturaleza del conflicto
El conflicto se define y clasifica desde diferentes perspectivas, y su definición puede diferir, en contexto, proceso, intervención y áreas de estudio. El conflicto es un fenómeno de incompatibilidad entre individuos o grupos con fines y/o valores irreconciliables entre ellos, considerándolo un proceso social. Este posee cuatro elementos que están muy presentes y deben ser abordados en todo conflicto:
- Las causas que lo originan.
- Los protagonistas del conflicto.
- El proceso y la forma en que los protagonistas afrontan el conflicto.
- El contexto en el que ocurre.
A su vez, puede recalcarse que el conflicto se origina en la diferencia de intereses, deseos, aspiraciones o posiciones entre individuos. Habitualmente, los conflictos pueden surgir por dificultades en la comunicación y la asertividad.
Para concluir este punto, podemos decir que existe un conflicto cuando dos o más personas interactúan entre sí y distinguen diferencias discordantes o amenazas a sus recursos, necesidades o valores y cuando responden de acuerdo a lo apreciado.
La intensidad, duración o gravedad del conflicto puede aumentar o disminuir según las estrategias utilizadas para solventarlos. Independientemente de las distintas interpretaciones de conflicto, no hay conflicto si las personas involucradas no son conscientes de su existencia. Esta conclusión es consensuada con la mayoría de las propuestas de definición de algunos autores y con los intentos de conceptualizar el conflicto encontrados en la literatura especializada.
Características del conflicto
Los conflictos son naturales en todos los ámbitos de la vida diaria. Por lo tanto, el conflicto está siempre presente y es tanto encantador como enloquecedor a la vez. Pero el conflicto es un tema complejo y amplio debido a sus numerosas fuentes. Muchos psicólogos y sociólogos le han dado diferentes significados al conflicto.
Usualmente este se encuentra definido como un proceso por unos pocos, y un comportamiento obstructivo y una incompatibilidad de objetivos por otros. Así que el conflicto se puede expresar como:
Un proceso
El conflicto ocurre en "capas". La primera capa es siempre un malentendido. Las otras capas son diferencias de valores, diferencias de puntos de vista, diferencias de intereses y diferencias interpersonales. También se le llama proceso porque comienza cuando una parte percibe que la otra se opone o afecta negativamente sus intereses y termina compitiendo, colaborando, comprometiendo o evitando.
Es inevitable
El conflicto existe en todas partes. No hay dos personas iguales. Por tanto, pueden tener diferencias individuales. Y las diferencias pueden deberse a valores o de otro modo, dar lugar a conflictos. Aunque es inevitable, el conflicto se puede minimizar, desviar y/o resolver.
Este se desarrolla porque estamos lidiando con la vida de las personas, los trabajos, los niños, el orgullo, el concepto de sí mismos, el ego y el sentido de misión. El conflicto es inevitable y, a menudo, bueno, por ejemplo, los buenos equipos siempre pasan por un período de "forma, tormenta, norma y rendimiento".
Es una parte normal de la vida
Los individuos, grupos y organizaciones tienen necesidades ilimitadas y valores diferentes, pero recursos limitados. Por lo tanto, esta incompatibilidad está destinada a generar conflictos. El conflicto no es un problema, pero si se gestiona mal, se convierte en un problema.
Percepción
Debe ser percibido por las partes en él, de lo contrario no existe. En la interacción interpersonal, la percepción es más importante que la realidad. Lo que percibimos y pensamos afecta nuestro comportamiento, actitudes y comunicación.
Oposición
Para que se dé esta situación, una de las partes en conflicto debe estar percibiendo o haciendo algo que a la otra parte no le gusta o no quiere.
Interdependencia e interacción
Debe haber algún tipo de interdependencia real o percibida. Sin interdependencia no puede haber interacción. El conflicto ocurre solo cuando tiene lugar algún tipo de interacción.
Todo el mundo sufre un conflicto
El conflicto puede manifestarse dentro de un individuo, entre dos o varios individuos, grupos o entre organizaciones.
El conflicto no es unidimensional
Viene de diferentes formas de acuerdo con el grado de seriedad y capacidad. A veces, puede mejorar incluso una situación difícil.
Tipos y causas de conflictos
Además de las diferentes definiciones de conflicto, también existen diferentes propuestas para clasificarlo. Así que en relación a lo que representa toda una organización, básicamente se puede clasificar por:
- Conflicto interpersonal: es un conflicto entre miembros individuales de una organización que se produce debido a diferencias en sus objetivos y valores. En el sistema escolar, el conflicto interpersonal se produce entre maestro versus maestro y estudiantes versus estudiantes. Una causa frecuente de conflicto interpersonal en el sistema escolar es el choque de personalidades. Cuando dos profesores desconfían de los motivos del otro, se desagradan o por alguna otra razón no pueden llevarse bien.
- Conflicto intrapersonal: es un conflicto experimentado por un solo individuo, en sí, este se manifiesta cuando sus propios objetivos, valores o roles divergen.
- Conflicto intragrupal: es un conflicto que surge dentro de un grupo, equipo o departamento.
- Conflicto intergrupal: es cuando el conflicto entre grupos dentro y fuera de una organización no está de acuerdo en varios temas. El conflicto también puede surgir entre dos grupos dentro de la misma organización, y eso también se consideraría un conflicto intergrupal.
- Conflicto interorganizacional: en el sistema escolar, esto puede ser un conflicto entre la escuela y el medio ambiente, entre esta escuela y algunos otros organismos gubernamentales de la comunidad.
En cuanto a otro tipos de clasificaciones de los conflictos se hace hincapié en las propuestas teóricas de los conflictos, que se pueden clasificar en cinco causas diferentes: estructurales, de valor, de relación, de interés y de datos.
- Conflictos estructurales: sus causas se asocian a situaciones de desigualdad de control, posesión o distribución de recursos, desigualdad de poder y autoridad, factores geográficos, físicos o ambientales que impiden la cooperación y las presiones de tiempo.
- Conflictos de valores: se destacan situaciones de concepciones o comportamientos opuestos, diferentes formas de vida, ideología o religión.
- Conflictos de relación: son producidos por emociones impetuosas, apreciaciones erradas o estereotipos, comunicación incorrecta o deficiente y conductas cargadas de resistencias y/o repetitivas.
- Conflictos de intereses: son la competencia percibida o real por intereses fundamentales (contenido), intereses procesales e intereses psicológicos.
- Conflictos de datos: en estos se destacan la falta de información o información incorrecta, diferentes puntos de vista sobre lo que es importante, diferentes interpretaciones de datos y diferentes procedimientos de evaluación.
Es importante decir, que el paradigma constructivo del conflicto indica que el conflicto tiene aspectos positivos y negativos, ventajas y desventajas. Este nuevo modelo se opone al modelo clásico e indica que los niveles moderados de conflicto se perciben como positivos.
Los efectos del conflicto son positivos, cuando están bien gestionados, para establecer más relaciones de cooperación y buscar una solución integral, en beneficio de los involucrados en el conflicto.
En cualquier organización, la existencia de bajos niveles de conflicto deja a la organización vulnerable al estancamiento, a la toma de decisiones empobrecidas, incluso a la falta de efectividad. Por otro lado, tener demasiados conflictos lleva a la organización directamente al caos.
Dado lo anterior, podemos decir que los conflictos son inherentes a las relaciones humanas ya que los seres humanos se caracterizan por la diversidad. La escuela, al reunir a personas de diferentes grupos sociales con diferentes valores y visiones del mundo, se convierte en un lugar de conflictos.
Conflictos escolares: causas y tipos
La escuela es un microsistema de sociedad, en el que se reflejan constantes cambios. Así, una de las funciones más importantes de la escuela es preparar a los alumnos, profesores y padres para vivir y superar las dificultades de un mundo lleno de rápidos cambios y conflictos interpersonales, contribuyendo al proceso de desarrollo de cada individuo.
Para ser un microsistema de sociedad y unir diferentes formas de vida, pensamiento, sentimiento, relación, constituye un espacio propicio para los conflictos interpersonales.
El conflicto escolar se define como el desacuerdo entre individuos o grupos sobre ideas, intereses, principios y valores dentro de la comunidad escolar, percibiendo a las partes y sus intereses como excluidos, aunque no lo estén, siendo que los conflictos escolares más frecuentes ocurren en las relaciones entre alumno-alumno y alumno-profesor.
Tipos y causas
Los conflictos escolares se pueden clasificar según sus causas y sus implicados. Los conflictos entre profesores se deben principalmente a:
- Falta de comunicación.
- Intereses personales.
- Conflictos previos.
- Cuestiones de poder o diferencias políticas e ideológicas.
Asimismo, los conflictos escolares entre estudiantes y docentes, son producidos por los puntos a detallar, a continuación:
- Falta de comprensión de la explicación del docente.
- Calificaciones arbitrarias.
- Divergencia en los criterios de evaluación.
- Falta de material didáctico.
- Discriminación.
- Desinterés por el material de estudio, porque los estudiantes son oídos.
A su vez, pueden surgir conflictos escolares entre los mismo estudiantes que se ven manifestado por los sucesos que se detallan a continuación:
- Malentendidos.
- Peleas.
- Rivalidad entre grupos.
- Discriminación.
- Bullying.
- Uso de espacios y bienes.
- Citas.
- Acoso sexual.
- Pérdida o daño de bienes escolares.
- Elecciones diversas.
- Viajes y fiestas.
De igual manera, pueden surgir conflictos entre padres, docentes y administradores que se ven manifestados por los siguientes hechos:
- Agresiones ocurridas entre alumnos y entre docentes.
- Pérdida de material de trabajo.
- Problemas en el comedor escolar o similar.
- Falta de docentes.
- Falta de asistencia pedagógica por parte de los docentes.
- Evaluación.
- Criterios de aprobación y desaprobación.
- Incumplimiento de los requisitos burocráticos y administrativos de la dirección.
Otras causas
De acuerdo a diversos autores, pueden ser igualmente causas de conflictos escolares las variantes que a continuación se detallan:
- Las fallas de comunicación.
- Las causas políticas/ideológicas y organizativas.
- El tipo de cultura escolar o culturas que conviven.
- Las causas de poder, vinculadas con el control organizacional, la promoción profesional, acceso a recursos y toma de decisiones.
- Las causas de estructura, relacionadas con la ambigüedad de objetivos y funciones, fragilidad organizacional, contextos organizacionales y variables.
- Causas personales e interpersonales, relacionadas con la autoestima, la seguridad, la insatisfacción profesional y la comunicación.
En esta secuencia, y ante el aumento de los conflictos escolares varios autores reconocen como causas de los conflictos escolares: El aumento de la escolaridad obligatoria y el aumento del número de alumnos por clase, en estos casos, los docentes perciben un progresivo declive de su autoridad sobre los alumnos, y es menos probable que los estudiantes cumplan con ciertas reglas y límites, lo que resulta en situaciones de conflicto.
- En cuanto al aumento de la educación obligatoria, esto conduce a un mayor número de estudiantes con carencia de motivación e indisciplinados, lo que implica un aumento de la conflictividad escolar.
- Con el aumento del número de alumnos por aula, sin aumentar las instalaciones o condiciones asociadas, aumenta la ocurrencia de conflictos, por sus cambios negativos en el entorno físico y psicológico, en aulas superpobladas, con falta de espacio para prácticas y colaboraciones.
De la misma manera, al abordar las relaciones interpersonales en las escuelas no se puede descuidar los antecedentes familiares. Al abordar las relaciones interpersonales en el contexto escolar, es necesario tener en cuenta la realidad familiar de cada alumno, ya que las relaciones interpersonales familiares tienen una fuerte conexión con el conflicto escolar.
Distinguidos autores señalan que las situaciones de conflicto escolar muchas veces tienen su génesis a nivel familiar, ya que son las familias más desfavorecidas, donde ocurren problemas de alcoholismo, violencia doméstica y desempleo, siendo que todas estas manifestaciones de violencia e incivilidad que surgen en la vida de los estudiantes se transporta a la escuela.
La doctora en Pedagogía y profesora de la Facultad de Educación de la Universitat de Barcelona Marta Burguet hace énfasis en el despido de las familias como agentes educativos.
Este autor destaca la sobreprotección con sentimiento de culpa por no dedicar más tiempo a los hijos, la experiencia de la paternidad como un “lastre” de quienes educan en la agresividad, y las críticas de los padres, y la sociedad misma, a los docentes, instiga conflictos.
En otras palabras, el rol de la familia muchas veces no parece ofrecer una buena base en la educación de los jóvenes, lo que se refleja en su comportamiento en los procesos de interacción en la escuela. De cierto modo, muchos de los problemas de interacción se originan en la familia, y el alumno reproduce los comportamientos que aprende con sus padres.
Cabe señalar también que, si bien las relaciones entre la familia y la escuela son extremadamente importantes para el aprendizaje y el desarrollo de los estudiantes, la participación de la familia en la escuela no siempre es satisfactoria.
Entonces, la familia y la escuela deben ir juntas para contribuir a que el conflicto se convierta en parte de un proceso de crecimiento, aceptación del otro y rendición de cuentas. Aprender a afrontar los conflictos escolares de forma positiva es fundamental para el desarrollo de relaciones saludables.
Otra de las causas de los conflictos escolares se apunta a la sociedad y los valores que transmite. Burguet apunta al ejemplo de la comunicación social, que fomenta la violencia a través de programas violentos, difundiendo noticias con mensajes prejuiciosos y conflictivos. Todas estas situaciones potencian las actitudes conflictivas de niños y jóvenes, que se reflejan en los comportamientos escolares.
Conflictos en el aula
La escuela construye una interfaz social favorable a la participación, donde los conflictos proliferan en la complejidad del proceso educativo, siendo común y cotidiano en las clases. Así, en el aula se producen diferentes tipos de conflictos, siendo un reto para la mayoría de los docentes saber afrontar, gestionar y resolver estos conflictos escolares. Los profesores suelen percibir los conflictos como:
- Indisciplina.
- Violencia.
- Falta de respeto.
- Todas aquellas situaciones que amenazan su autoridad.
Tanto los profesores inexpertos y experimentados enfatizan el conflicto profesor-alumno como una situación frecuente en las clases difíciles. En este contexto, diversos autores hacen énfasis acerca del efecto negativo que estas situaciones tienen sobre el logro y la motivación de los estudiantes, por lo que es urgente buscar soluciones para evitar o mitigar tales efectos.
Los problemas de convivencia en el aula están relacionados principalmente con los cambios sociales y pedagógicos. En esta secuencia, hay varias situaciones de conflicto que los profesores pueden enfrentar durante las clases. Algunas de las señaladas por los docentes son, a saber:
- La presencia del alumno que no se enfocó en actividades.
- Estudiantes con serias dificultades de aprendizaje y comunicación.
- Grupos de estudiantes que no trabajan en el aula y mantienen una actitud agresiva y provocadora.
- Estudiantes con actitudes destructivas hacia el material escolar, suyo y/o compañeros, así como actitudes agresivas y violentas hacia compañeros y profesores.
- Estudiantes apáticos, que no muestran entusiasmo por las clases.
- En situaciones extremas, estudiantes que toman y exhiben instrumentos en clase que pueden ser usados como armas, en actitud de desafío al maestro.
Ante el aumento de los conflictos en el aula se señalan múltiples causas, que incluyen una combinación de factores externos e internos en el entorno escolar, como:
- El aumento de la educación obligatoria.
- El aumento de alumnos por aula.
- El progresivo declive de la autoridad del docente sobre los estudiantes, haciendo que sea menos probable que los estudiantes cumplan con las reglas y los límites, lo que da lugar a conflictos.
El aumento del año de escolaridad conlleva también mayores dificultades para vivir y aprender en el aula, y los grupos de alumnos de mayor edad se consideran insertos en un sistema educativo que en ocasiones no responde a sus necesidades y algunos de ellos consideran no imprescindible para su vida. Entonces, el aumento de la educación obligatoria conduce a un mayor número de estudiantes insatisfechos, desmotivados e indisciplinados.
Asimismo, el incremento de alumnos por aula, sin incrementar las instalaciones o condiciones asociadas, repercute negativamente en el entorno psicológico en aulas masificadas, con la carencia de espacio para actividades prácticas y colaborativas. A su vez, la progresiva disminución de la autoridad del maestro en relación con los estudiantes y los estudiantes tienen menos probabilidades de cumplir con ciertas reglas y límites, genera conflictos en el aula.
Los conflictos en la relación profesor-alumno son recurrentes en el aula, y señala como causas generadoras de conflicto, no solo en lo que se refiere a las expectativas del profesor-alumno sino también del alumno hacia el profesor. En esta secuencia, los autores destacan los siguientes problemas que causan conflicto:
- Problemas de disciplina.
- Problemas de adaptación a las diferencias individuales.
- Problemas de evaluación.
En cuanto a los problemas de disciplina, estos son el resultado de la provocación y desprecio del alumno hacia el maestro, o del maestro hacia el alumno, para ejercer su autoridad. A su vez, los problemas vinculados a la adaptación a las diferencias individuales está relacionada con comportamientos heterogéneos y relaciones personales disminuidas. En cuanto a los problemas relacionados con la evaluación, resultan principalmente de los ritmos personales de cada alumno y docente.
El comportamiento indisciplinado de los estudiantes en el aula puede generar conflictos que desvíen la atención del maestro hacia cuestiones que lo desvíen de su función docente. En este contexto, algunos autores señalan el desinterés, principalmente académico, como la principal fuente de conflicto en el aula, mencionando además que uno de los conflictos que persiste y sigue siendo común es la falta de hábitos de estudio y la realización del trabajo, lo que lleva a una actitud negativa durante la clase.
Asimismo, la estancia obligatoria en el aula, alejada de los intereses y expectativas de algunos alumnos, es recurrente como causa de conflicto. Hay muchas y diversas situaciones de conflicto en el aula que perturban la dinámica de la clase. Y en situaciones donde el conflicto permanece latente, resultado de la diversidad de intereses de la clase, si el docente no crea un buen ambiente, actuando positivamente sobre:
- La comunicación.
- El uso de la autoridad legítima.
- El manejo del conflicto.
Verá que los conflictos aumentan exponencialmente dentro de las clases. Así, independientemente del tipo de conflictos en el aula, si no se gestionan se acumulan, lo que los hace más cohesionados y complicados, desencadenando sentimientos negativos en los implicados y afectando negativamente la calidad educativa.
Las causas de los conflictos antes mencionados están vinculadas a cuestiones personales y relaciones interpersonales. Y, la mayoría de estos conflictos revelan un carácter indisciplinado y aumentan día a día en el contexto de la clase. De esta manera, el docente en ausencia de pautas sólidas puede desarrollar descontento, inseguridad e insatisfacción que se reflejan en su desempeño frente al conflicto.
Otro aspecto a destacar es el relacionado con el poder o falta de él que, cada vez más, presenta el docente, y que se revela en el descontento. En definitiva, existe una brecha en la sociedad, entre los valores que promueve y exige la escuela y la falta de credibilidad que se le da al docente, cuestionada ante la desaprobación de los padres y la propia sociedad, lo que instiga un conflicto aún mayor al alumnado, en clases.
Impactos positivos y negativos de los conflictos escolares
El conflicto puede inspirar innovaciones y estrategias creativas para abordar problemas desafiantes, así como mejorar el trabajo, los resultados y alentar a las organizaciones a alcanzar niveles más altos de calidad y logros. En este contexto, diversos autores argumentan que los conflictos escolares tienen impactos positivos y negativos en los resultados psicológicos, sociales y organizativos. Los impactos psicológicos negativos incluyen:
- Malestar.
- Inseguridad.
- Sentimientos de insignificancia.
- Tristeza.
- Resentimiento.
- Frustración.
- Estrés.
- A nivel social, se presentan resultados de hostilidad, intolerancia y violencia.
En cuanto a los resultados negativos dentro de las instituciones, se destaca la existencia de un ambiente tenso, cooperación debilitada, fallas de comunicación, bajo desempeño y un ambiente indisciplinado. Inevitablemente, de esta manera, hay una disminución en la calidad de la educación.
La visión tradicional y negativa de los conflictos tiene implicaciones para la formación de los estudiantes, ya que el discurso actual en muchas escuelas es sobre cómo evitar conflictos ya que su potencial educativo en ocasiones no es percibido por la comunidad escolar. Este discurso concibe el conflicto por las violentas consecuencias que se derivan de su no gestión.
Se reconoce que el conflicto es un motor del desarrollo social y sus efectos son positivos cuando se gestiona bien. Así, sobre los impactos positivos derivados del conflicto escolar, estos tienen varios niveles de beneficios.
- A nivel personal, el conflicto permite relacionar el aprendizaje con la percepción de errores y desarrollar nuevas ideas.
- A nivel social, posibilita el refuerzo de la comunicación, el respeto por los demás y potencia el compromiso.
- En cuanto a los beneficios a nivel organizacional, permite comprender los problemas, buscar y desarrollar nuevas soluciones y desarrollar un ambiente democrático y enriquecedor en la escuela.
Así, los conflictos pueden contribuir a la construcción de visiones más amplias de determinadas situaciones y, al mismo tiempo, garantizar derechos y oportunidades para todos, independientemente de las diferencias interpersonales.
Conflictos escolares y soluciones
Las percepciones de los profesores sobre los conflictos indican que se centran principalmente en los aspectos negativos de los conflictos. Cabe señalar que los métodos más utilizados en la escuela, frente a los comportamientos conflictivos de los estudiantes, incluyen: advertencia, desaprobación, citación de tutores y, en algunos casos, suspensión del estudiante.
Metodologías que provocan sentimientos negativos y, posteriormente, originan nuevos comportamientos indeseables, siendo aplicados sin tener en cuenta las necesidades, conflictos personales, problemas y estudios.
Si el profesor no es un gestor de conflictos eficaz, proyectará esta falta de habilidad, lo que resultará en un aprendizaje negativo para los estudiantes.
Como se señaló anteriormente, el conflicto en el aula es una realidad inevitable. Así, siendo inevitable, se necesitan estrategias adecuadas para resolverlo, de modo que se aprovechen las ventajas potenciales del conflicto y se minimicen o anulen sus efectos nocivos.
Las estrategias de manejo de conflictos se entienden como los tipos de comportamiento que se adoptan en el contexto del conflicto, es decir, son estrategias básicas para manejar una situación en la que las partes consideran incompatibles sus intereses.
Es importante señalar que la elección entre diferentes estrategias de manejo de conflictos depende del nivel del conflicto y de las diversas situaciones que deben manejarse de manera efectiva, es decir, para manejar el conflicto funcionalmente, es importante reconocer que una estrategia puede ser más apropiado que otro, dependiendo de la situación de conflicto, considerándose apropiado si su uso conduce a la formulación o resolución efectiva del conflicto.
Entonces, las estrategias se refieren a patrones específicos de comportamiento que se adoptan en situaciones de conflicto. Siguiendo este enfoque, existen cinco estrategias de manejo de conflictos que utilizan dos dimensiones: “auto-preocupación” y “preocupación de otros”.
Son estrategias diferentes para el manejo de conflictos y corresponden a las actitudes para enfrentar y resolver conflictos. Estas cinco estrategias para el manejo de conflictos son:
- Evitar: cuando las partes en conflicto muestran un bajo nivel de preocupación por los intereses de los demás y un bajo nivel de preocupación por uno mismo. Estrategia caracterizada por un bajo grado de asertividad y un bajo grado de cooperación, donde no se satisfacen ni sus intereses ni los de sus oponentes.
- Dominante: refleja el intento de satisfacer los intereses de uno sin tener en cuenta los intereses del otro. Se caracteriza por una alta asertividad y falta de cooperación, en la que la adquisición de objetivos se ve con supremacía sobre los intereses de la otra parte. Además, a menudo se considera una estrategia agresiva.
- Obligatorio: tiende a ser adoptado por aquellos individuos que intentan minimizar las diferencias y enfatiza los puntos en común para satisfacer las preocupaciones de la otra parte. Representa una estrategia de manejo de conflictos donde la cooperación es alta y la asertividad es baja.
- Integración: los individuos que utilizan esta estrategia manejan los conflictos de manera directa y cooperativa, buscando solventarlos en colaboración con el otro, es una estrategia conectada con la resolución de problemas. El uso de esto implica apertura, intercambio de información, búsqueda de alternativas y análisis de diferencias para llegar a una solución efectiva para todos los involucrados en el conflicto. Es una estrategia útil para tratar con eficacia problemas complejos.
- Compromiso: representa el intento de satisfacer, moderada y parcialmente, los intereses de todos los involucrados en el conflicto, y comparte puntos en común con las otras cuatro estrategias. Es una estrategia que requiere compromiso y asignación. El compromiso es una estrategia intermedia de asertividad y cooperación, que implica un compromiso en la búsqueda de una posición intermedia aceptable para todos los involucrados en el conflicto.
Entre las variables que influyen en la elección de diferentes estrategias de manejo de conflictos, destaca la inteligencia emocional de los docentes. Debido a que los profesores que tienden a tener niveles más altos de inteligencia emocional utilizan más estrategias de integración y compromiso, para el manejo de conflictos en el aula, y menos estrategias de consentimiento, evitación y dominación.
Además, los resultados de diversas investigaciones indican que los profesores prefieren la estrategia integradora sobre la otra estrategia de gestión de conflictos. Entonces, ante la presencia de conflicto en el aula, el docente:
- Propone alternativas.
- Aplica líneas abiertas de comunicación.
- Hace concesiones.
- Acepta responsabilidades.
- Maximiza las similitudes.
- Minimiza las diferencias existentes entre uno mismo y el alumno.
Por tanto, la estrategia integradora está relacionada con la resolución de problemas en el aula, el uso de esta estrategia implica apertura e intercambio de información, siendo la estrategia ideal para abordar problemas complejos en el aula.
Al aplicar una estrategia de compromiso, el objetivo del docente es una solución intermedia para el manejo de conflictos, para ello sabe cómo reducir las diferencias con el alumno sugiere un intercambio de propuestas con el alumno, y brinda una solución rápida a los conflictos en el aula.
Se trata de una estrategia intermedia de asertividad y cooperación, que implica un compromiso en la búsqueda de una posición intermedia aceptable para todos los involucrados en el conflicto.
De esta forma, la inteligencia emocional de los profesores permite una mejor gestión de los conflictos, lo que apoya el desarrollo de la interrelaciones personales en el aula y posibilita un entorno propicio para la enseñanza y el aprendizaje.
Entonces, los conflictos involucran, además de habilidades interpersonales como la disponibilidad para el diálogo, habilidades de inteligencia emocional, que requieren la percepción y reconocimiento de la dimensión afectiva y los sentimientos de los involucrados.
En este sentido, podemos decir que la evolución de las relaciones interpersonales no ha ido a la par de los avances científicos y tecnológicos. No fuimos educados para saber interpretar el lenguaje de las emociones, como tampoco aprendimos a resolver situaciones conflictivas.
No aprendemos a percibir y gestionar las emociones. Así, las emociones que surgen de los conflictos deben ser objeto de atención y discusión, para que profesores y alumnos sean conscientes de sus emociones y sepan cómo afrontarlas.
La preocupación por mejorar la convivencia en las escuelas, es decir sobre el conflicto, se menciona en varios estudios, cuyos objetivos se refieren a la comprensión de los conflictos escolares, así como a prevenir su ocurrencia a través de programas dirigidos a docentes y estudiantes.
Por lo tanto, la comunidad escolar debe desarrollar habilidades efectivas para el manejo de conflictos, aumentando la autoconciencia y la comprensión del conflicto a través de sesiones de educación formal. La capacidad de manejar conflictos no es innata, por lo que debe aprenderse a través de intervenciones educativas.
Gestión de conflictos escolares
La escuela es un espacio de socialización por excelencia y, precisamente, por la variedad de estilos, culturas y valores, se convierte en un entorno rico en conflictos.
El conflicto, comúnmente visto como algo negativo, destructivo y generador de violencia, es, de hecho, extremadamente necesario para la evolución individual.
Cabe señalar que el conflicto en sí mismo no genera violencia; esto ocurre cuando hay una falta de soluciones pacíficas para la resolución de conflictos, cuando no hay una gestión constructiva del conflicto. Entre las metodologías de manejo de conflictos que se utilizan en la escuela destacan:
- Arbitraje: es un proceso de diálogo que tiene lugar entre los involucrados en el conflicto con la presencia de un tercero que determina la resolución del conflicto en base a los beneficios de las partes con su autoridad y conocimiento.
- Conciliación: es un proceso de diálogo que se lleva a cabo entre los involucrados en el conflicto, con el apoyo de un conciliador, que los ayuda a decidir, en función de sus intereses y necesidades. Esto puede presentar propuestas de soluciones que las partes puedan aceptar o no. El poder de decisión pertenece a las partes, aunque la solución venga del conciliador.
- Negociación: es un proceso de diálogo centrado en la resolución de conflictos entre los involucrados en el conflicto, que o bien se encuentran cara a cara para trabajar juntos sin ayuda para la resolución de conflictos. La negociación es uno de los mecanismos de gestión de conflictos más utilizados en el aula.
- Mediación: es un proceso de diálogo que se lleva a cabo entre las partes en conflicto, asistido por un tercero, el mediador, quien no debe incidir en la resolución del conflicto, actuando como facilitador de la comunicación.
Todo estos elementos insertados en un paradigma socio-constructivista, es considerado no solo como el instrumento más actual y flexible para la resolución pacífica de conflictos a nivel educativo, y promover una nueva cultura para el manejo de conflictos. Surge no sólo para resolver problemas escolares, sino igualmente como una forma viable de modificación creativa de conflictos.
Adicionalmente, se presenta un enfoque más detallado de la negociación escolar, ya que se considera el método más apropiado para resolver conflictos en el aula, en las relaciones maestro-alumno. La negociación incluye un conjunto de habilidades conductuales que los maestros deben dominar.
Es esencialmente un proceso bien estructurado y basado en algún comportamiento tácito, entendiéndose como un proceso de interacción comunicativa en el que dos partes buscan resolver un conflicto de intereses, utilizar el diálogo y progresar gradualmente a través de concesiones mutuas.
El proceso de negociación implica varias habilidades, entre las que se destacan: la comunicación efectiva, que es considerada la principal herramienta del proceso de negociación.
La comunicación en el conflicto
La comunicación efectiva es fundamental para la negociación de los conflictos escolares, ya que potencia: la disminución del miedo al rechazo, la reducción de la ansiedad que se produce en la lucha por la aceptación y el reconocimiento, una mayor predisposición a escuchar al otro y reconocer sus aspectos positivos, un fortalecimiento de la autoestima, aumento del grado de seguridad y disminución de la conducta defensiva-ofensiva.
Fases de la negociación
En cuanto a las fases de negociación, si bien no existe consenso en la definición de las etapas de negociación, existen al menos tres que se identifican clásicamente:
- Definición del contenido y límites de la negociación (etapa exploratoria), con la manifestación de antagonismo, enfrentar a los individuos el “dilema de la confianza” y el “dilema de la honestidad”.
- Dinámicas de negociación (etapa dinámica y táctica), con manifestaciones de flexibilidad concesional, asistiendo sistemáticamente propuestas y contrapropuestas, constituyendo el momento central del proceso de negociación.
- Etapa de resolución y acuerdos, esta etapa más integradora, breve e intensa, casi siempre implica tensión e incertidumbre.
Estas fases atestiguan la transformación que deben sufrir las negociaciones y deben responder a los tres objetivos de la negociación, a saber:
- Identificar las diferencias entre las partes.
- Tomar decisiones conjuntas.
- Construir un compromiso para resolver el conflicto.
Cabe señalar que durante la negociación de un conflicto, también es importante destacar la importancia de los siguientes elementos:
Empatía
El pilar de la buena comunicación y la conexión entre profesor y alumno, que permite comprender los sentimientos y motivaciones de cada uno.
Asertividad
Ser capaz de exponer tu punto de vista, emociones u opiniones sin provocar una actitud defensiva, a través de una frase autoafirmativa que les diga a los alumnos qué pensar sin culparte, sin ponerte como oponente. Ser asertivo requiere comprender las limitaciones para hacer otro. El docente al negociar un conflicto debe establecer su posición y generar confianza en sí mismo limitando así las situaciones de abuso sin agredir a los estudiantes.
Escucha activa
Una herramienta es útil para obtener más información, corroborando datos para que el alumno sepa que fue escuchado. Cuando escuchamos activamente, estamos preguntando, parafraseando, pidiendo aclaraciones, definiendo y contextualizando.
Algunas formas de aparecer pueden ser por eco, repetición de lo que el otro dijo, reformulación, expresando en palabras lo que se entendió, resolviendo puntos o preguntas, resumiendo y ordenando información o reflejo del sentimiento, expresión de lo que percibimos del otro.
Retroalimentación
El docente debe apoyar y fomentar las conductas positivas, corrigiendo las inapropiadas. Para poner en práctica la retroalimentación, es necesario que el alumno sepa qué siente y qué piensa el profesor.
De esa forma, pensando en la construcción conjunta, a través del uso correcto de la empatía, la asertividad, la escucha activa y la retroalimentación puede hacer que los involucrados en el conflicto evalúen sus acciones y replanteen sus actitudes, descubriendo formas de resolver los problemas, tratando de mantener el respeto y el equilibrio.
Saber escuchar, evaluar, repensar con todos los involucrados en el conflicto, creando el hábito del diálogo. Porque cuando los involucrados en el conflicto participan en la construcción de posibles acciones de solución, se pueden restablecer las relaciones y resolver el conflicto de manera constructiva.
Por tanto, los conflictos en el aula cuando se manejan de manera constructiva contribuyen a la preservación de los vínculos interpersonales y promueven las habilidades socioemocionales de los involucrados, ya que posibilita desarrollar habilidades para saber ver la realidad desde la perspectiva del otro, saber cooperar, y también aprenda que el conflicto es una oportunidad para crecer y madurar.
Otras formas de resolver los conflictos escolares
Como se ha visto, aunque los conflictos tienen impactos negativos en general, las consecuencias constructivas y destructivas del conflicto dependen de las habilidades de gestión de las personas que lo experimentan. Las estrategias efectivas de manejo de conflictos minimizan los impactos negativos del conflicto y mejoran los positivos, ayudando a mejorar las relaciones interpersonales y la satisfacción laboral en la escuela.
En general, los docentes y la escuela desconocen la importancia de los conflictos en el desarrollo integral del alumno y la formación como ciudadanos autónomos.
De esta manera, la mayoría de las escuelas no conciben la resolución de conflictos como parte integral del currículo, enfatizando sólo los contenidos de las asignaturas curriculares, dejando de lado las relaciones interpersonales, homogeneizando la formación de los estudiantes sin promover el desarrollo de habilidades para el manejo de problemas y conflictos.
Así, para que el potencial educativo del conflicto sea realmente utilizado en el contexto escolar, es necesario que la comunidad, y especialmente los docentes y los órganos de gestión, reconozcan las posibilidades del conflicto. La gestión constructiva de los conflictos escolares es importante y necesaria para que las nuevas generaciones aprendan a convivir con las diferencias sociales.
En esta secuencia se requiere una acción educativa, intencionalmente dirigida a la gestión de conflictos como elemento inherente a la condición humana e indispensable para las sociedades democráticas. Por tanto, el potencial formativo del conflicto depende de las estrategias que se utilicen para resolver el conflicto y de la gestión que se lleve a cabo.
La forma de manejar el conflicto, a su vez, depende de cómo los involucrados experimenten el conflicto. Por tanto, la visión negativa del conflicto y la falta de percepción de su potencial educativo puede impedir que los involucrados desarrollen habilidades esenciales como el respeto a la diversidad, el respeto a los derechos de los demás y la disponibilidad para el diálogo.
Diversos autores establecen, que la formación en manejo de conflictos, produce resultados muy positivos en todos los miembros de la comunidad educativa, verificando una reducción en el conflicto interpersonal entre docente-alumno.
Asimismo, defiende la urgencia de preparar a los docentes para enfrentar los conflictos profesionales; de lo contrario, tendremos una generación de docentes capaces de sucumbir a la presión que atraviesa la profesión, de aceptar la reducción de su acción, de su estatus, y de compartir sus compromisos con otros profesionales, quienes les quitan la propiedad de regular su trabaja. Es necesario apoyar a los docentes y brindarles herramientas para que desarrollen sus formas de gestionar los conflictos.
Hacer de los conflictos objeto de reflexión y explicar el contexto profesional en el que trabajan los docentes es, a juicio, el compromiso de las distintas instituciones de educación superior que los conforman. Es importante trabajar no solo en la formación de los futuros profesores sino también en la formación de los profesores activos en el manejo de conflictos, pequeños o grandes, que inevitablemente surgen en la relación profesor-alumno, a lo largo de su vida profesional.
Además, que los resultados apoyan la importancia de las oportunidades de desarrollo profesional con un enfoque en facilitar la relación de los maestros con los estudiantes con un comportamiento desafiante percibido.
Evitar los conflictos en la escuela
Los conflictos de diversa índole siempre han estado presentes en el aula, y las causas que los originan son de gran importancia, ya que permiten una mejor comprensión del conflicto y, en consecuencia, una intervención más correcta en su manejo. Cabe señalar que la armonía personal y el desarrollo de actitudes que promuevan:
- La comprensión.
- El diálogo.
- La tolerancia.
Son indispensables para negociar los conflictos en la relación maestro-alumno. La forma de intervenir en los conflictos de aula es fundamental en la educación, no sólo en términos de contenido, sino también como una serie de acciones vitales en las relaciones interpersonales. Para que los conflictos se negocien directamente con el alumno, es necesario:
- Comunicarse eficazmente.
- Cooperar.
- Decidir responsablemente.
- Enseñar a resolver conflictos.
Terminar con los conflictos escolares es imposible, ya que son intrínsecos al ser humano, siendo parte integral de su desarrollo y de las relaciones interpersonales que vivencian a diario. Aprender a vivir con el conflicto escolar requiere de:
- Crear actitudes de apertura.
- Interés por las diferencias.
- Respeto por la diversidad.
- Enseñar a reconocer la injusticia.
- Tomar medidas para superarla.
- Resolver las diferencias de manera constructiva.
- Pasar de situaciones de conflicto a reconciliaciones.
Por ello, es fundamental que la formación inicial y continua de los docentes abarque la gestión de conflictos, dotándolos de herramientas para que puedan resolver los conflictos que viven en el aula.
En resumen, es importante enfrentar el conflicto y resolverlo con habilidades para manejarlo de manera adecuada y constructiva, estableciendo relaciones de cooperación y produciendo soluciones integradoras. La armonía y el aprecio deben coexistir en un ambiente de clase y el conflicto no debe interferir, negativamente, en el proceso de enseñanza y aprendizaje.
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