Teoría de la personalidad de Albert Bandura
A mediados del siglo pasado, fue publicado por un importantísimo psicólogo canadiense, uno de los estudios más influyentes en cuanto a la concepción moderna de la personalidad se refiere, estamos hablando de la Teoría De La Personalidad De Albert Bandura. Si quieres saber un poco más al respecto, no dudes en quedarte y aprender con nosotros.
Teoría De La Personalidad De Albert Bandura
El día de hoy, hemos querido tocar un tema bastante importante para el mundo de la psicología, la Teoría De La Personalidad De Albert Bandura. Tales estudios abordan la personalidad desde un punto de vista conductista, es decir, experimental.
En ellos se asevera que el comportamiento del ser humano es causado por el entorno en el que se desenvuelve. Sin embargo, también se afirma que hay una acción existente del comportamiento por encima del ambiente. A esto se le denominó como “Determinismo Recíproco”.
El pensamiento de Bandura evolucionó mucho tras el paso de los años, evolucionando de igual manera sus estudios hacia una fórmula de tres variables: el ambiente, el comportamiento y los procesos psicológicos del sujeto, interviniendo cada uno significativamente en el desarrollo de su personalidad.
Los tres a su manera, individual y conjuntamente, introducen la imaginación del ser humano en los procesos psicológicos que lleva a cabo a diario. Pero, antes de indagar más a fondo en qué presenta dicha teoría y cuáles fueron sus conclusiones, es fundamental hablar acerca de la biografía de su autor.
Biografía de Albert Bandura
Albert Bandura, es un psicólogo canadiense de origen ucraniano nacido el 4 de diciembre de 1925 en una pequeña ciudad de Alberta del Norte, Canadá, llamada Mundare. Este realizó su educación primaria y secundaria en el único colegio del pequeño poblado, cuya característica principal era la de tener recursos limitados.
Según Bandura, factor que él considera como el motivo por el cual decidió surgir y capacitarse como un profesional en la materia de la psicología. En una de sus más afamadas biografías, escrita por él mismo, el psicólogo expresa que esto lo utilizó como un motor para crecer y superarse.
Admite que la carencia de recursos educativos durante sus primeros años de vida, más allá de considerarla como una deficiencia insuperable, la convirtió en un factor de capacitación fundamental para su formación académica, profesional y personal. Por ello, ya para el año 1949, completó su licenciatura en Psicología de la Universidad de Columbia Británica.
Posteriormente, se trasladó hasta la Universidad de Iowa para estudiar psicología clínica, donde conoció a su actual esposa, Virginia Varns. Justo después de su graduación, Bandura continuó su formación y asumió una candidatura para ocupar el post-doctorado en el Wichita Child Guidance Center en Wichita, Kansas.
Además, en 1953 comenzó a ejercer el papel de maestro en la Universidad Stanford. Durante su estancia en tal lugar, colaboró con su primer estudiante graduado, Richard Walters, dando como resultado en 1959 su primer libro, publicado con el nombre de “Agresión Adolescente”.
Aunado a todo lo anterior, el canadiense también fue presidente en 1973 de la Asociación Americana de Psicología, mejor conocida simplemente por sus siglas APA. Asimismo, en 1980 se le otorgó el Premio por Contribuciones Distinguidas al Avance Internacional de la Psicología.
Hasta el día de hoy, se mantiene como profesional activo en la Universidad de Stanford. A Albert Bandura, se le reconoce en este ámbito por haber destacado por más de 70 años como un excelente teórico y experimentador de la teoría del aprendizaje social.
De allí radica la razón por la que en años pasados se interesó particularmente en las causas de la agresividad en niños, en donde aportó una gran cantidad de datos para contradecir a los que defienden la idea de que la agresividad es una simple manifestación patológica emocional e impulsiva de los pequeños.
Al igual que un método para obtener lo que el agresor quiere cuando todas las demás alternativas han fracasado. De igual modo, para ese entonces, se opuso totalmente ante otros colegas que, consideraban que existe una relación importante entre la frustración y la agresión, como la Teoría de Dollard y Miller, por colocar un ejemplo.
En líneas generales, sus trabajos han marcado la pauta en cuanto a la investigación del aprendizaje se refiere, basándose principalmente en la imitación y observación de modelos. Y es que, en efecto, la teoría del aprendizaje social se ha desarrollado en un complemento fundamental de la Teoría del Aprendizaje Significativo de David Ausubel y de los tres modelos de aprendizaje de Jerome Bruner.
Esto significa que se encuentra relacionada a los estadios del epistemólogo y biólogo suizo, Jean Piaget, y mucho más orientada a la adquisición de conocimientos en vez de conductas. Para el psicólogo canadiense, lo que determina que los seres humanos desean imitar modelos que observan a su alrededor, son los reforzadores y los castigos.
Ojo, pero tanto los recibidos por el modelo, como por el de su imitador. Las investigaciones realizadas en la posterioridad, relacionadas con los modelos sociales que se producen en el hogar, la televisión o los grupos de amigos, han sido estimuladas a partir de los experimentos de Albert Bandura.
Por lo tanto, se le ha atribuido el título del principal impulsor del denominado enfoque sociocognitivo de la personalidad, en el que se expresa que el ambiente posee una influencia fundamental sobre los factores personales como el autocontrol y el concepto del “yo”.
¿De qué va la teoría?
Una vez que ya hemos hablado un poco acerca de su vida, podemos pasar a explicar de qué va la Teoría De La Personalidad De Albert Bandura. Primero enfoquémonos en el conductismo, haciendo énfasis en los métodos experimentales, en los cuales se focaliza sobre variables que pueden ser observadas, medidas y manipuladas de cualquier modo.
Además, en él se rechaza todo aquello que sea considerado como subjetivo, interno y no disponible, es decir, lo mental, por ejemplo. Con respecto al método experimental, el procedimiento estándar es utilizado para manipular una variable y, así, posterior a ello, medir sus efectos por encima de otra.
A raíz de tal planteamiento, surge una teoría de la personalidad que presenta la idea de que el entorno de una persona influye significativamente en su personalidad, y su manera de comportarse. Para ese entonces, Bandura pensó que lo que se había planteado desde hace muchos años era algo básico para el fenómeno que se estaba estudiando, en este caso, la agresividad en adolescentes.
Por tal motivo, el psicólogo precisó agregar un poco más a la tan anticuada fórmula, proponiendo que es el ambiente el que predispone el comportamiento, claro está, pero que, en ocasiones, la situación se da a la inversa y el comportamiento también causa el ambiente.
A este concepto, lo denominó como “Determinismo Recíproco”: tanto el entorno, como el comportamiento de un ser humano, se causan de forma mutua. Se concluyó allí hasta un par de años más tarde, cuando comenzó de nuevo a considerar a la personalidad de una forma diferente, puntualmente como una interacción entre tres elementos individuales.
El primero sería el ambiente, el segundo el comportamiento y, el tercero, los procesos psicológicos del individuo. Básicamente, estos procesos en donde se ven incluidos los tres, se centran en la habilidad del ser humano de almacenar imágenes y lenguaje en la mente de manera automática e inconscientemente.
Cabe destacar que, especialmente en el primer instante en el que entra en el panorama la imaginación, este deja de considerarse como un conductista estricto y empieza a acercarse a los cognitivistas. Por ello es que se cree que Albert Bandura es el padre del movimiento cognitivo.
La incorporación de la imaginación y el lenguaje a la fórmula anteriormente planteada, permitió que Bandura teorizará aún más, en comparación con otros colegas como el psicólogo, filósofo social, inventor, y autor estadounidense, Burrhus Frederic Skinner.
Esto debido a que su pensamiento se diferenciaba muchísimo en dos áreas en específico de la especie humana, consideradas como sus principales núcleos fuertes: el aprendizaje por observación, es decir, el modelado, y la autorregulación. A continuación, desarrollaremos cada una puntualmente:
Aprendizaje por observación o modelado
De los diversos estudios realizados por Bandura para esta teoría, destaca por mucho el “Experimento del muñeco Bobo” efectuado entre los años 1961 y 1963. Este lo llevó a cabo a partir de lo que pudo observar en una película de uno de sus estudiantes universitarios, en donde una jovencita le solía pegar solo a un muñeco bobo.
Cuando se habla de un muñeco bobo, se hace alusión a una especie de juguete inflable en forma de huevo, cuyo peso está centrado en su base para que así se tambalee cuando se le pegue. Aunque hoy por hoy estos están representados con un sinfín de personajes famosos, en un pasado solo se trataba de un muñeco con la cara del payaso bobo y su vestimenta respectiva.
En la película se mostraba como la chica golpeaba al muñeco, se sentaba encima, le daba con otros objetos, lo insultaba y hacía otro sinnúmero de acciones que demostraban su ira y desagrado hacia él. Una vez que vio esto, el psicólogo decidió enseñarle la cinta a un pequeño grupo de infantes en edad preescolar.
Acto seguido, como todos ya no los podemos imaginar, los niños saltaron de la emoción al verla. Al finalizar la película, se les dejó jugar y recrearse con total normalidad, tal y como lo hace en su cotidianidad. Sin embargo, en el salón de juegos había una serie de observadores con papel y bolígrafo para anotar absolutamente todo.
Además, habían dejado unos cuantos señuelos, como lo son martillos y, por supuesto, el muñeco bobo. Entonces, ¿qué pasó posteriormente? La respuesta es sencilla y predecible para muchos, una tropa de niños abalanzándose sobre el muñeco para golpearlo, insultarlo, aplastarlo y hacer el resto de las cosas que había hecho la joven en un principio.
Los pequeños procuraron imitar a la joven muy bien y de una manera bastante exacta. Y, pese a que este podría ser considerado como un experimento con muy poca aportación científica al inicio, si nos ponemos a analizar detenidamente, se trata de una gran muestra de cómo funciona la mente y el comportamiento humano.
Sin que necesariamente existiese un refuerzo orientado a explotar tal comportamiento, los niños modificaron su forma de comportarse para imitar lo que habían visto. Y, por muy normal que parezca para cientos de padres, maestros o investigadores, lo observado no encaja del todo con las teorías de aprendizaje conductuales estándares que se encontraban para aquella época.
Por lo tanto, el psicólogo canadiense nombró al fenómeno “Aprendizaje por observación o modelado”, siendo su teoría habitualmente conocida como “Teoría Social del Aprendizaje”. Luego de esto, Bandura decidió llevar a cabo una serie de notables variaciones del estudio propiamente dicho.
En función de lo que sucediese durante el experimento, a los niños se les recompensaba o castigaba de diversas formas. De igual manera, el modelo era cambiado por otros muchos menos atractivo o insignes, si así se requería.
En ocasiones, cuando algún niño decía que la función primaria del muñeco era la de ser golpeado, Bandura cambiaba la cinta por una película en la que una joven golpeaba con mucha fuerza a un payaso de verdad.
En el momento en el que a los niños se les ubicaba en una nueva habitación con el payaso real, sin importar de que se tratara de un ser humano de carne y hueso, estos le pegaban con toda su fuerza, los insultaban, le saltaban encima e incluso, le daban martillazos.
Cada una de las variantes realizadas indudablemente permitieron al psicólogo fijar un conjunto de pasos que se dan a la hora del proceso de modelado. Estos son los cuatro siguientes:
Atención
En primer lugar, encontramos a la atención, pues si vas a aprender algo, es más que obvio que tienes que estar prestando mucha atención. Por ello, se considera que todo aquello que signifique un claro obstáculo a la adecuada atención, representará un menoscabo del aprendizaje, incluso si es aprendizaje por observación.
Cuando un alguien está aletargado, nervioso, enfermo, drogado o inclusive, hiperactivo, aprenderá de una peor forma, lo que quiere decir, inadecuadamente. A lo anterior se le suma también cuando se está totalmente distraído por un estímulo competitivo.
Algunos de los factores que inciden en la atención que se tiene, poseen una estrecha relación con las propiedades del modelo. En los casos en los que los modelos son más coloridos e impresionantes, se presta una mayor atención. Asimismo, si un modelo es atractivo y además insigne, o si sólo parece especialmente competente, se prestará más atención sin duda alguna.
Por su parte, si el modelo cuenta con características similares al del sujeto que lo está observando, también se prestará más atención. De este tipo de variables, radica el motivo por el que Bandura optó por efectuar un examen relacionado con la televisión y el efecto que tiene sobre los niños.
Retención
El segundo puesto lo ocupa la retención, ya que debemos ser capaces de retener todo a lo que anteriormente le prestamos atención. En este punto, la imaginación y el lenguaje desempeñan un papel vital, en vista de que se procura almacenar instantáneamente en la memoria las acciones que se han observado hacer al modelo.
Esto ya sea en forma de imágenes mentales o descripciones verbales, no hay diferencia alguna. Así, luego de haber sido archivadas de la manera correcta, se puede hacer uso de las imágenes o descripciones intentando resurgir lo que se oyó o se vio, de modo que se puedan reproducir como si se tratase de un comportamiento propio y no adquirido.
Reproducción
Ya para este cuarto paso, es como si se estuviese soñando despierto. En él se efectúa un proceso parecido al de una traducción sólo que, en vez de palabras, se traducen las imágenes o descripciones al comportamiento actual. Por ende, lo primero que se debe hacer, es ser capaz de reproducir el comportamiento por nuestros propios medios.
Aunque se puede pasar todo un día asimilando como un nadador olímpico hace un excelente trabajo al nadar, también es posible que no se tenga la capacidad después de esto, para igualar su forma de nadar por el simple hecho de no se tienen los conocimientos necesarios para ello.
Por otro lado, si sí se supiese nadar bien, la demostración al hacerlo mejoraría considerablemente si se observa alguien nadar mejor por mucho tiempo. Aunado a ello, otra cosa que es muy importante mencionar a propósito de la reproducción, es que la habilidad de una persona de imitar a otra mejora muchísimo con la práctica de los comportamientos relacionados con la tarea.
Inclusive, por muy extraño que parezca, las habilidades de un ser humano mejoran, al menos un poco, con sólo imaginar que se está haciendo el comportamiento. Un ejemplo de ello, sería cuando los atletas se imaginan lo que van a hacer justo antes de realizar su acto.
Motivación
A pesar de que se den cada uno de los pasos anteriormente mencionados, es imposible que se lleven a cabo a menos que exista una diminuta motivación de imitar. Dicho de otra forma, nada se hace si no se tienen buenas razones para hacerlo. Cuando se propuso esta teoría, Albert Bandura enumeró los siguientes motivos:
- Refuerzo pasado: este es conocido como el conductismo tradicional o clásico.
- Refuerzo prometido: en cuanto a este, se les atribuye a todos los incentivos que se pueden imaginar para hacer algo.
- Refuerzo vicario: por último, este se trata de la posibilidad existente entre el percibir y recuperar el modelo, tal y como si fuese un reforzador.
Desde un inicio, a estos tres motivos se les considera como aquellos factores que ocasionan que se efectué el aprendizaje. El canadiense explica que, pese a ello, estos tres no son los causantes como tal, sino más bien unas claras muestras de lo que se ha aprendido tras la atención, retención y reproducción.
Esto quiere decir que Bandura los cataloga como simples motivos. Además, cabe destacar también que las motivaciones negativas existen y son bastante comunes, dando como resultado un conjunto de motivos para no imitar de ninguna manera lo siguiente: castigos pesados, castigos prometidos (amenazas) y castigos vicarios.
Como sucede con la mayoría de los casos conductistas clásicos o tradicionales, el psicólogo asevera que el castigo en sus distintas vertientes no funciona tan bien como lo hace el refuerzo, llegando inclusive a presentar la tendencia de volverse contra el que lo practica.
Autorregulación
La autorregulación es el otro núcleo fuerte del comportamiento de un individuo, también conocida como la segunda piedra angular de la personalidad humana. En este caso en específico, Albert Bandura propone los tres pasos que mencionaremos a continuación:
- Auto observación: se trata de cuando uno se ve a uno mismo como individuo, en conjunto con su comportamiento, de manera que se puedan coger pistas a partir de ello.
- Juicio: en él se compara todo lo que se ve a diario con un estándar. Para ejemplificarlo podríamos mencionar cuando se comparan nuestros actos con otros históricamente establecidos, como las tan afamadas reglas de etiqueta. No obstante, también se pueden crear unos cuantos nuevos, como lo son el aprender un idioma ajeno al nuestro, empezar a leer un libro semanalmente o incluso, competir con otros y con nosotros mismos.
- Auto respuesta: este último, es en los momentos en los que se ha salido airoso en la comparación con nuestro estándar, solemos darnos a nosotros mismos respuestas claramente de recompensa. Si, por lo contrario, no se ha salido de la mejor forma, tendemos a darnos auto respuestas de castigo. Dichas auto respuestas, pueden ser bastante variadas, desde lo más simple como lo son los sentimientos de orgullo y venganza (más encubierto), hasta hablarnos mal y trabajar mucho más de lo acordado (mucho más extremo).
Otro concepto de gran trascendencia en la psicología que tiende a llevarse de la mano con la autorregulación, es el autoconcepto, mayormente conocido como autoestima. Si tras el paso de los años, observamos que se ha actuado más o menos en función de nuestros estándares y se ha tenido una vida repleta de recompensas y elogios personales, sin duda alguna también se tendrá una buena autoestima.
En contraste, cuando alguien se ha visto siempre incapaz de alcanzar sus estándares y se ha castigado fuertemente por ello, poco a poco se va generando un muy mal autoconcepto (baja autoestima). Por consiguiente, es importante dejar bien en claro que, en la actualidad, los conductistas por lo general consideran que ciertamente existen dos límites en este tema.
El refuerzo se piensa como algo efectivo, mientras que al castigo como un componente lleno de futuros inconvenientes. Esto ocurre de igual manera con el autocastigo. Por lo tanto, Albert Bandura definió tres posibles resultados del uso excesivo de esta práctica:
- Compensación: cuando se crea un complejo de superioridad, junto con delirios de grandeza moral y física.
- Inactividad: se presentan profundos sentimientos de aburrimiento, apatía y depresión.
- Escape: es el resultado en el que se recurre a las drogas y el alcohol para escapar de los problemas. En el peor de los casos, se toma la decisión más radical de todas, la del suicidio.
Estos tres resultados tienen un cierto parecido con las personalidades insanas de las que en un pasado hablaron Alfred Adler y Karen Horney en sus teorías: las de tipo agresivo, las de tipo sumiso y las de tipo evitativo respectivamente.
Para solucionar este grave problema por el que están pasando las personas con baja autoestima, Bandura ideó una serie de recomendaciones que se plantean de manera directa a partir de los tres pasos básicos de la autorregulación. Estos son:
- Correspondientes a la autobservación: primeramente, intenta lo máximo posible conocerte a ti mismo, de modo que te asegures de que dispones de una imagen precisa de lo que es tu comportamiento.
- Correspondientes a los estándares: segundo, cerciórate de que tus estándares no están ubicados más alto de lo que pudieses llegar algún día. No te exijas, ni compares tanto. Asimismo, procura no embarcarte siempre en una ruta que se dirija hacia el fracaso. No obstante, esto no significa que te fijes estándares demasiado bajos que carezcan de sentido alguno. Crea límites.
- Correspondientes a la auto respuesta: finalmente, haz uso siempre de toda clase de recompensas personales, nunca de autocastigos. Intenta celebrar más tus triunfos, y no lidies con tus fracasos.
Terapias más comunes
Así como fue planteada la Teoría De La Personalidad De Albert Bandura, también se plantearon dos terapias de gran trascendencia y que sirven de mucho para ayudar a tener una personalidad mucho más acorde a cómo debería de comportarse un ser humano educado.
Terapia de autocontrol
Las principales creencias de las que se encuentra basada la autorregulación, con el paso de los años han sido integradas en una técnica terapéutica denominada “Terapia de autocontrol”. Desde su creación, esta ha tenido un éxito rotundo en los problemas que son ligeramente sencillos de solucionar, como lo son los hábitos de fumar, comer en exceso y mal rendimiento académico.
Registros de conducta
Primero, es fundamental mencionar que lo que concebimos como autobservación, sin lugar a dudas precisa del adecuado registro de todos los comportamientos que llevamos a cabo a lo largo del día, tanto antes de comenzar, como después de hacerlo. Esto es tan sencillo como anotar cuántos cigarrillos se han fumado en un día, hasta diarios de otras conductas mucho más complejas.
Al emplear tales diarios, se tiene que tomar de manera obligatoria los detalles de absolutamente todo, como, por ejemplo: el cuándo, el dónde y el porqué del hábito. Al hacer esto, se nos permitirá contar con una visión más precisa de todas las situaciones que se asocian de una u otra forma a nuestro hábito. ¿Se fuma más en ciertos lugares y con ciertos familiares y amigos?
Planificación ambiental
Es sumamente importante disponer de un registro de lo que se hace mediante diarios, debido a que de ese modo se nos estaría facilitando significativamente la tarea de llevar a cabo el siguiente paso del proceso: poder alterar el ambiente en el que nos desenvolvemos.
Un ejemplo de ello sería el poder retirar o evitar todas aquellas situaciones en la que nos vemos afectados y, por ende, orientadas a querer realizar el mal comportamiento. Quita de tu entorno los ceniceros, intenta beber té en vez de café, sepárate de tu pareja que también fuma, etc. Busca de manera paulatina, el tiempo y el lugar más adecuado para adquirir nuevos y mejores comportamientos.
Auto contratos
Por último, hay que comprometernos a efectuar una buena recompensa una vez que hayamos seguido nuestro plan y, de no ser así, castigarnos si se necesita. Estos contratos deben ser escritos delante de testigos, por ejemplo, un terapeuta, junto con una serie de detalles muy bien especificados: “Si fumo menos esta semana, me compraré ese vestido que tanto me gusta. Si no, trabajaré más el fin de semana”.
Si se siente que no se puede y que es muy difícil, se puede intentar invitando a otras personas para que controlen cada una de las recompensas y los castigos. Ojo, pero se debe tener en cuenta que hay que ser muy cuidadoso en este aspecto, ya que se podrían crear conflictos con quien está ejerciendo el papel de mediador.
Terapia de modelado
La segunda terapia es la del Modelado, la más conocida. En ella Bandura expresa que si selecciona a una persona con algún trastorno psicológico y se le coloca a observar a otra que está intentando lidiar con problemas parecidos a los suyos, pero de una forma mucho más productiva, el primero aprenderá del segundo rápidamente por imitación.
Se utiliza a menudo con personas que padecen de fobias que los incapacitan en muchas ocasiones. Aunque al principio el sujeto puede sentirse algo aterrado y angustiado al ver al otro, a medida que se lleva a cabo el proceso, poco a poco se va relajando y trata de imitar la calma con la que está el otro, para luego así superar su miedo.
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