¿Qué son las emociones básicas y cuáles son?

La filosofía a lo largo de los años ha establecido una dicotomía bastante interesante: razón/emoción. Siempre ha sido estudiada como una oposición, cuyo raciocinio supera cualquier subjetividad. No obstante, con ayuda de este artículo podrá conocer las 6 Emociones básicas que albergan los seres humanos.
¿Qué son las emociones básicas?
Tal como lo expresa el párrafo introductorio, las emociones básicas son vistas como elementos que además de carecer de raciocinio, no son útiles en la vida cotidiana; pero no es así.
Quienes consideren esa teoría como algo verídico están cayendo en un grave error, porque las emociones básicas tienen una participación trascendental en el ser humano, como los pilares por los cuales actúan en función de cómo se sienten en el ahora.
Las emociones son capaces de dirigir las conductas en las personas y actuar con inmediatez en una situación determinada. A continuación, las 6 emociones básicas de las cuales se hablará con profundidad son: sorpresa, asco, miedo, alegría, tristeza e ira.
Estas emociones aparecen a lo largo del desarrollo individual del individuo de forma independiente, pero en función del contexto actual. Realmente, con las emociones se busca complementar un proceso de adaptación, apenas siendo un sustrato natural innato.
El gran neurocientífico Antonio Damasio en su obra El extraño orden de las cosas habla un poco acerca de las emociones.
El experto indica que son estados físicos que aparecen para respaldar todos los estímulos que emite el cuerpo o responder a un escenario específico. Luego de embargar todo el apartado físico, pasan a ser estados mentales que ciñen a los seres humanos en su totalidad.
Las emociones básicas hasta cierto punto son contagiosas y eso lo demostrarán los siguientes ejemplos: Un par de amigos están en una cafetería conversando, quien es empático pregunta ¿Te sientes bien? Al recibir una respuesta negativa, inmediatamente el interlocutor se pondrá en el lugar de su amigo, a sabiendas que no está gozando de un buen momento.
Otro episodio está relacionado con la mala actitud de un recepcionista que atiende un hotel, si un cliente recibe malos tratos, se irá disgustado del lugar; misma emoción que tenía el recepcionista al momento de atenderle.
El descubrimiento de las emociones básicas surgió gracias al trabajo arduo de Paul Ekman a principios de 1970. Además atribuye como estados físicos/mentales que interviene a todas las culturas y no escapa de ningún ser humano. A su vez, la revista Proceedings of National Academy of Sciences indica la existencia de 27 sub-categorías que albergan tales emociones básicas. Por la excelsa investigación de Ekman, puede distinguirse 6 emociones básicas, la primera de ellas es la sorpresa.
Sorpresa
Es aquella emoción básica causada por un evento inesperado que genera algún tipo de trauma o surge de la nada. Sin duda, el individuo no espera que la acción ocurra de la forma en que la imaginó. Son los estímulos que el usuario no tenía previsto contemplar o utilizarlo dentro de su repertorio como mecanismo de respuesta. La sensación particular es de incertidumbre ante lo desconocido. En otras palabras, el sujeto queda en shock, sin saber qué hacer o cómo actuar. Su mente permanece en blanco por varios minutos hasta hallar la primera solución dentro de su repertorio.
En cuanto al apartado físico, es habitual que el sujeto presente taquicardias o una disminución progresiva de sus palpitaciones. Este síntoma está acompañado por la sudoración fría y palidez. Agitaciones, ansiedad, temblores por el cuerpo y un poco más representan el estado sorpresivo de los seres humanos hasta que aparece una reacción espontánea.
Aunque parezca curioso, la sorpresa tiene una función, al igual que las otras 5 emociones básicas siguientes, porque contribuye a vaciar la memoria de trabajo de toda actividad residual para trabajar de lleno en aquellos estímulos que aparecen repentinamente en las personas. Bajo el mismo concepto, activa los mecanismos de atención para dar una respuesta oportuna frente a un evento sorpresivo y saber cómo actuar frente a ello sin problemas.
Como todas las emociones básicas se relacionan entre sí, la sorpresa tiene una connotación positiva encausada por la alegría o por el contrario, conlleva a una actitud muy negativa, hasta desencadenar la ira. Por otro lado, el poder de los sueños es inagotable, ¿pero sabe lo que significa Soñar con embarazo?
Asco
Posee un antecedente bastante conceptual gracias a los trabajos de Charles Darwin y su emoción animal. La persona es capaz de sentir repulsión ante la necesidad de ingerir un alimento o sustancia que no es de su agrado. Sin duda, hará todo lo posible para evitar el consumo de aquel elemento que para su gusto es repudiable. El desagrado es inevitable y de fácil distinción, gracias a los rasgos faciales
El síntoma físico más común es el deseo de vomitar acompañado por náuseas. Si la persona logró comer ese alimento o beber de ese líquido, presentará malestares estomacales que desencadenarán diarreas o gases constantes. Para respaldar todo lo dicho, aumenta la frecuencia cardiaca y posibles intoxicaciones por consecuencia de comer algo a lo cual su organismo no está acostumbrado.
La función principal del asco es rechazar cada estímulo que aparece en el cuerpo con el propósito de intoxicarse, dañarlo o auspiciar enfermedades incómodas como diarrea. Incluso, el vómito en este caso tiene una connotación positiva, porque contribuye a la expulsión definitiva de todo lo que ese sujeto ingirió minutos antes. Actualmente se observa con frecuencia que el asco también está enfocado en lo social, como alejarse de personas tóxicas que en vez de sumar, restan en su vida.
Valerie Curtis es una especialista que más hizo hincapié en el estudio de esta emoción básica. Ella alega que es una de las más importantes en la vida del ser humano, porque previene la aparición de enfermedades de carácter infeccioso, alergias o erupciones corporales por consumo de alimento o sustancia dañina.
Miedo
Al igual que las anteriores, es una de las emociones básicas más estudiadas en los seres humanas y haciendo experimentos con animales. Su connotación es muy negativa, porque la persona evita a toda costa los episodios que generen incertidumbre o un evento de alto peligro. La persona evidentemente mostrará signos de preocupación, ansiedad, sin toma de decisiones certeras y angustia al descubrir que algo o alguien ponen en riesgo su salud, vida y estabilidad emocional.
Los estímulos que incitan al miedo harán que los seres humanos huyan rápidamente al saber que están en peligro inminente. La acción cardiaca se ve bastante comprometida con una aceleración desmedida de las palpitaciones, palidez y deseos de salir corriendo del escenario para refugiar su integridad.
El miedo puede verse en la actualidad como una necesidad de permanecer, o manejar su supervivencia de manera concreta ante situaciones comprometidas. La gran utilidad que tiene el miedo es la preparación del cuerpo para huir cuando la persona considere pertinente, antes de ocurrir una tragedia y así evitar los daños que pueda sufrir.
Alegría
De las emociones básicas ya mencionadas, indudablemente la alegría es la más positiva de todas. La persona mostrará signos claros de felicidad o placer. Por ejemplo, un ser alegre es aquel que ha logrado todas sus metas con dedicación. Es el ver a su prójimo igual de feliz que él/ella; entonces, es la emoción compartida que más bienestar genera en toda una comunidad.
Aparentemente la alegría no cumple una función determinada en el cuerpo, pero si contribuye a que todos estén conformes con lo que han hecho y que sus acciones brinden más felicidad. Internamente, es un incentivo que conduce a todos a llevar a cabo acciones benignas, porque conocen bien que son políticamente correctas y que no dañarán a terceros.
La alegría se dispara por las buenas acciones que los seres humanos ejecutan. Al observar que traen satisfacción, serán capaces de repetir las conductas que consideren satisfactorias, porque abordará su desarrollo personal. En cuanto al aspecto físico, la frecuencia cardiaca estará estable, así como la actividad respiratoria. Entre los postulados más importantes, es imposible olvidar la Teoría de Carl Rogers, porque refiere a las necesidades esenciales que todas las personas deben cubrir.
Tristeza
Así como el miedo es una pasión negativa que experimentan las personas, la tristeza es doblemente peligrosa si no es tratada a tiempo con terapia o un consejo oportuno. En contraposición con la alegría o el miedo, la frecuencia cardiaca disminuye en la medida que el sentimiento esté presente, aplicando lo mismo en el sentido cognitivo-conductual. Con la entrada de la tristeza en la vida del humano, es probable que la depresión tarde o temprano toque a su puerta, con pocos deseos por vivir o establecer metas personales.
Hay que aclarar que el estigma generado por esta emoción básica siempre ha estado en el ambiente. No obstante, cumple funciones específicas en el organismo como el resto. Su tarea es drenar toda la impotencia que el ser humano padece cuando no puede revertir un acontecimiento negativo, como la muerte de un ser querido. Aunque es increíble para muchos, a través de la tristeza se economizan los recursos para que el sujeto actúe con serenidad, pero sin reflejar una evidente alegría.
El miedo hace que la persona posea pocos recursos corporales, gracias a un disparo de sus estímulos. En cambio, la tristeza es una alternativa para ahorrar estos elementos en una situación que sí amerita una reacción rápida.
Gracias a una tristeza abordada por psicólogos o mediante el desahogo con alguien más, su función ofrece un matiz autoprotector, es decir, todas las percepciones sufren una especie de filtración para enfocarse en esos estímulos decaídos. Además, fomenta a que el afectado busque apoyo emocional en alguien más cuando no puede soportar su carga dolorosa.
Para muchos, llevar una cruz a cuestas es peor que reprimir esta emoción, porque al final de cuentas se pudren, hasta condensarse en el cuerpo. Por eso, es recomendable siempre hablar de nuestras tristezas y sacar todo lo negativo a flote. Una causa de máxima depresión es el
Ira
Si la impotencia es la subcategoría que acompaña a la tristeza, ocurre lo mismo con eventos frustrantes para la persona.
Un ser estresado, estancado, que no ha logrado nada por sus propios méritos o se siente inútil, expresará su ira con toda justificación. Es una sensación desagradable que si no tiene su debido control, arrastra a todos los seres queridos a un círculo de violencia y negatividad a su alrededor.
La anticipación desmedida por la acción es un evento fisiológico bastante evidente en quien sufre de furia. Igualmente su ritmo cardíaco se dispara hasta niveles superlativos. La respiración es agitada.
El sujeto estará muy alerta y muchas veces actuará siguiendo sus impulsos y no llevado por la razón. Por si fuera poco, hay un incremento sustancial de la adrenalina en la sangre, que consecutivamente eleva la tensión cognitiva.
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