Adicciones hay para todos los gustos y colores. Aunque las más conocidas son las que se relacionan con el consumo de alguna sustancia, existen diferentes Tipos de adicciones, que incluyen actitudes y comportamientos. En el siguiente post conocerá sobre los tipos de adicciones más relevantes y sus características.
Índice de Contenido
Tipos de adicciones
Existen muchos tipos de adicciones, aunque las más conocidas son aquellas que se relacionan con el abuso de algunas sustancias. Pero, aunque sorprenda, se puede ser adicto a casi todo, claro está, si esto afecta directamente la conducta de la persona, haciéndola incapaz de controlarse.
Es bueno aclarar que dependencia y adicción no son lo mismo: la dependencia se produce cuando aparecen los síntomas de abstinencia al dejar de tomar el medicamento o sustancia.
La adicción es una enfermedad crónica que induce al individuo a buscar drogas de forma compulsiva, aunque estas el hagan daño. Aunque parezca sorprendente, esto no solo ocurre con la adicción a las drogas, pues los tipos de adicciones comportamentales también manifiestan dichos síntomas.
La clasificación más habitual de las adicciones, tomando como referencia si la conducta problema está directamente relacionada con el consumo de una sustancia, sea legal o ilegal, o si el problema radica en la ejecución de la propia conducta, Sin embargo, también existen otros tipos de adicciones que se vinculan con las relaciones con otras personas: las adicciones comportamentales y las emocionales. A continuación se reseñan los tipos de adicciones más frecuentes.
Adicciones a sustancias
Estos son los tipos de adicciones que más se conocen. En este grupo se toma en cuenta la ingesta de sustancias legales e ilegales. Las hay de todo tipo y su gravedad es variable, pues depende del grado de afectación de la sustancia sobre el individuo. Todos los tipos de adicciones surgen de algo que al principio resultó placentero, pero que con el paso del tiempo genera mayor necesidad de tenerlo, sentirlo o poseerlo, hasta sentir que sin eso no se puede vivir.
En el caso de las drogas, los médicos definen su adicción como “el deseo irresistible de una droga, el uso fuera de control y compulsivo de ésta, y el uso continuo de la droga a pesar de las consecuencias perjudiciales repetidas”. Este concepto fácilmente se puede extrapolar hacia los otros tipos de adicciones, más cuando consumirlas o poseerlas activa centros de recompensa a nivel cerebral.
Alcohol
Debido a que el alcohol es una sustancia legal, el alcoholismo es una de las adicciones que se presentan con más frecuencia entre las personas. Los efectos del alcohol sobre el organismo llegan a ser tan devastadores, que hay especialistas que sostienen que la ingesta descontrolada de esta sustancia tiene mayor relación con el desarrollo de cáncer, en comparación con el tabaquismo.
Los problemas que ocasiona el alcohol no atañen solamente a la salud de la persona. El consumo de bebidas alcohólicas estimula comportamientos que resultan arriesgados para quien lo consume y su entorno. Incluso, hay muchos delitos que se cometen bajo los efectos del alcohol.
Lo delicado del alcoholismo es que la mayoría de las sociedades aceptan de muy buena manera, y hasta aúpan, el consumo de alcohol. Esto le resta importancia al problema y hace ver el alcoholismo como una práctica social que muchos desean.
Pero, pese a la gran presión social para consumir alcohol, las consecuencias de esto no se pueden ocultar: más allá de la resaca y la pérdida del equilibrio que presentan algunos consumidores en el aspecto físico, están los efectos psicológicos y cognitivos, que incluyen agresividad, disminución de la capacidad de respuesta e inestabilidad emocional, entre otros.
Otro punto negativo se identifica en el síndrome de abstinencia, que padecen las personas cuando desean dejar de beber. Este puede llegar a ser mortal. Es por ello que los alcohólicos presentan tantas dificultades para superar este tipo de adicción.
Nicotina
La nicotina es la responsable de crear adicción en las personas que fuman tabaco. Al igual que el alcohol, el tabaco es legal, aunque al parecer pocas son las personas que tienen conocimiento y conciencia sobre sus efectos sobre la salud. Hay muchos países que hay prohibido la emisión de publicidad sobre el tabaco; no así como las marcas de bebidas alcohólicas que se promocionan cual si fueran zumos de frutas.
Esta sustancia inhibe el normal funcionamiento del cerebro hasta provocar la adicción. Sin darse cuenta, con el paso del tiempo la persona desea más y más fumar un cigarrillo hasta que comienza a sentir nerviosismo y ansiedad si no fuma. Como en todos los tipos de adicciones, la persona manifiesta que lo puede controlar pero, en la mayoría de los casos, necesitará de ayuda profesional para superar la adicción.
El consumo del tabaco es señalado como responsable de enfermedades respiratorias, que pueden llegar a ser tan graves como el cáncer de laringe o pulmón. También afecta el corazón y la circulación, ocasionando accidentes cerebrovasculares o infartos.
En los últimos tiempos el vapeo se ha estado promocionando como una alternativa “sana” para el consumo de tabaco o cigarrillos. Sin embargo, ha resultado un sustituto de poca eficiencia, por lo que en muchos países se plantean controlar su consumo por considerarla una “práctica potencialmente adictiva”.
Psicofármacos
Para conseguir psicofármacos se requiere de una receta psiquiátrica especial, por lo que el acceso a estas drogas resulta complicado, pero no imposible. Para muestra el número cada vez mayor de personas que no pueden dormir sin “tomar” sus pastillas.
En muchos casos son pacientes psiquiátricos los que desarrollan adicción a este tipo de sustancias, aunque también hay personas que no tienen necesidad de consumirlos y aun así crean dependencia. Cada psicofármaco posee características distintas, por lo que sus efectos varían en función del tipo de droga y la dosis que se consuma. Es muy fácil y rápido desarrollar tolerancia a los psicofármacos, por lo que los adictos necesitan consumir dosis cada vez más altas para sentir sus efectos. Esto puede desencadenar en sobredosis.
Existen fármacos que cuando son usados sin límites pueden generar adicción. Tal es el caso de los ansiolíticos, que son utilizados para tratar la ansiedad; y los hipnóticos, como las benzodiacepinas, usadas para inducir el sueño. Éstos son empleados para contrarrestar algún problema de salud, pero si no se mantiene bajo control y con apoyo psicológico adicional, se corre el riesgo que crear adicción.
Este tipo de adicción también se conoce como adicción silenciosa. Produce efectos negativos en tres aspectos: el fisiológico, puesto que el cuerpo cada vez necesita más cantidad de la sustancia; el cognitivo, porque en lo único que piensa la persona es en ingerir la pastilla; y el conductual, ya que la adicción lleva a las personas a tener comportamientos inusuales.
Entre los síntomas que permiten identificar este tipo de adicción están los frecuentes cambios de humor o de actitud, el aislamiento, la disminución o pérdida del contacto social y la alteración en el desarrollo de las actividades cotidianas, que puede conllevar a la aparición de problemas laborales.
Cafeína
Por muchos años se ha debatido si el excesivo consumo de sustancias con cafeína, como el té o el café, puede considerarse una verdadera adicción. Como bien se sabe, las adicciones involucran ciertas repercusiones negativas, tanto para el adicto como para su entorno. Sin embargo, la nocividad del café o el té siguen discutiéndose sin que se haya logrado consenso.
No obstante, hay investigadores que sostiene que el abuso de la cafeína si debe ser considerada una adicción. Esto se debe a que su consumo en exceso puede alterar la salud que quienes no pueden separarse de la cafetera. Hay muchos casos en que las personas, a sabiendas de que la cafeína es una sustancia excitante que puede producir insomnio, toman café o té antes de dormir ¿La consecuencia? No pueden conciliar el sueño en toda la noche.
Si se tiene en cuenta que dormir es una necesidad humana que contribuye con la buena salud, una persona que ve alterado su sueño se mostrará agotado y de mal humor durante el día. Esto incide negativamente sobre el rendimiento laboral y sobre las relaciones personales.
Opiáceos
Dentro de los opiáceos, la heroína es la que más se conoce y se consume. La adicción a estas sustancias trae como consecuencia un importante deterioro en la salud física y mental de la persona. Afecta el sistema respiratorio, así como el sistema digestivo y el nervioso. También produce afecciones cardíacas.
Los opioides también suelen ser llamados narcóticos y muchos son medicamentos, vendidos de forma legal. Entre ellos están los analgésicos, pero también la heroína. Algunos opiáceos se elaboran partiendo de la planta del opio, mientras que otros son sintéticos. Lo delicado de estas sustancias es que en la mayoría de los casos son recetadas por el médico en casos como lesiones graves, cáncer, dolor crónico o luego de una cirugía. Entre los riesgos de su consumo están, además de la somnolencia, el estreñimiento y las náuseas, están la dependencia y la adicción.
Cualquier persona que ingiera opiáceos puede convertirse en adicta. Los antecedentes personales, tiempo de uso y otras condiciones emocionales y físicas influyen, pero resulta imposible saber quién tiene mayor vulnerabilidad para depender de estos medicamentos. Este tipo de sustancias son responsables de muchas muertes por sobredosis alrededor del mundo.
La capacidad para crear adicción que poseen los opiáceos radica en que activan algunos centros de recompensa a nivel cerebral. Estimulan la liberación de endorfinas, que son los neurotransmisores del cerebro responsables de brindar sensación de bienestar. Las endorfinas mitigan temporalmente la sensación del dolor e incrementa el placer. Cuando pasa ese efecto, la persona quiere volver a sentirlo y hace todo lo posible por lograrlo. Ese es el camino para una potencial adicción.
El consumo de opiáceos a largo plazo puede producir tolerancia, lo que conlleva a consumir dosis mayores. Actualmente, los médicos están muy conscientes de los efectos negativos de estas sustancias, por lo que restringen mucho su medicación. Esto lleva a algunas personas a buscar otras sustancias como la heroína, que se comercializa de forma ilegal.
Esteroides
Los esteroides son sustancias legales que se utilizan con frecuencia en el mundo deportivo, aunque también son empleados para atender afecciones de salud. Consisten en testosterona sintética, que se usa para aumentar la masa muscular en poco tiempo y con poco esfuerzo.
El consumo excesivo de esteroides tiene múltiples efectos: El abuso de estas sustancias implica efectos varios, entre los más leves podemos encontrar acné severo, aunque las más preocupantes son problemas cardíacos, accidentes cerebrovasculares y ginecomastia (aumento del tamaño de las glándulas mamarias en los hombres).
Cannabis
El cannabis es una de las drogas ilegales de mayor consumo en el mundo, principalmente porque, a pesar de tener ciertas restricciones en su comercialización, las personas pueden conseguirla fácilmente. Incluso, hay quienes cultivan sus propias plantas en el jardín. Aunque esta sustancia produce no pocos efectos negativos en la salud de quien la consume, es frecuente verla, bien sea en forma de “porros”, o como ingrediente en los famosos brownies de hierba.
El consumo de cannabis deteriora la inteligencia y la memoria, a la vez que afecta la capacidad de hablar de manera fluida. Asimismo, se le relaciona con trastornos mentales como la esquizofrenia. Sin embargo, en los últimos tiempos se está consumiendo, por prescripción médica, para atender problemas de salud como la esclerosis múltiple, el dolor crónico, casos de glaucoma y hasta de ansiedad.
El consumo de cannabis puede llegar a ser “consumo problemático” que, en muchos casos graves, se convierte en adicción. Algunos estudios indican que alrededor del 30% de las personas que presentan consumo problemático de marihuana pueden llegar a presentar trastornos por consumo. De hecho, quienes se inician en el consumo de esta sustancia ante de los 18 años, tiene entre cuatro y siete veces más posibilidades de crear una adicción que una persona adulta.
El trastorno por consumo de marihuana se relaciona con la dependencia cuando la persona muestra síntomas de abstinencia cuando no la consume. Se habla de adicción, cuando la persona no puede dejar de consumir la sustancia aunque con ello se ven afectados las demás áreas de su vida.
Adicciones comportamentales
No solamente el consumo de sustancias, legales o ilegales, puede generar algún tipo de adicción. Existen ciertas conductas que, si se salen de control, pueden afectar negativamente la vida de la persona, ocasionando una conducta adictiva. Los psicólogos las han llamado adicciones comportamentales.
El término adicciones comportamentales se refiere al “conjunto de conductas que comparten características con las adicciones al alcohol y/u otras sustancias pero que, a diferencia de éstas, no implican el consumo el consumo problemático de sustancias sino la presencia de hábitos que escapan del control del sujeto, aún resultando perjudiciales”.
Entre las características principales de estos tipos de adicciones están que el sujeto no puede detenerse aunque esto traiga consecuencias negativas para su vida; que cada vez requiere dedicarle más tiempo para sentir satisfacción; y que cuando se intenta abandonar la práctica, se presenta en la persona un malestar general que le lleva a desistir. A continuación se reseñan algunas de estas adicciones y los comportamientos que pueden generar:
Pornografía y sexo
El sexo es una necesidad humana que debe ser satisfecha. Esto se convierte en un problema cuando la persona dedica la mayor parte de su tiempo a proveerse placer sexual, ya sea sólo o acompañado, empleando la pornografía como método para lograr la excitación. De hecho, es muy fácil desarrollar adicción a la pornografía, puesto que permite conseguir la excitación y la satisfacción sexual sin tener que interactuar con terceros.
Esto suele conllevar a la aparición de otros problemas y efectos negativos. Esto se debe a la hipersexualización de las personas que se realiza en los productos pornográficos, especialmente revistas y vídeos. Al estar expuestos a este material, la persona no puede excitarse de forma normal y recurre cada vez más al porno para satisfacerse.
Pero los problemas mayores surgen al momento del contacto íntimo con otra persona, produciéndose situaciones como la disfunción eréctil o la anorgasmia. En casos extremos se produce el aislamiento social, ya que la persona no requiere de esfuerzo alguno para tener encuentros sexuales.
La otra forma de adicción en esta área es el sexo compulsivo, que consiste en una conducta compulsiva orientada a mantener relaciones sexuales de manera frecuente y con distintas parejas. La intención es satisfacer el exacerbado apetito sexual de la persona.
Aunque no existe una cifra, mucho menos una frecuencia “normal” para las relaciones sexuales entre las parejas, si se pueden dar casos en que se produzca la adicción al sexo que, según estudios, afecta alrededor del 6% de la población. En estas situaciones, el deseo de mantener relaciones sexuales es tal, que interfiere en la cotidianidad de la persona. El adicto al sexo mantiene una conducta sexual promiscua e incontrolada que obedece solo a la satisfacción de sus deseos.
Juego
La adicción al juego, conocida también como ludopatía, reviste la necesidad de conseguir dinero a través de las apuestas y juegos de azar. Con el paso del tiempo, su práctica se ha incrementado en muchos sectores sociales, ante la pasividad de los gobiernos. Aun en la actualidad, las personas no consideran que el juego puede convertirse en adicción, ya que lo ven como un simple pasatiempo.
La ludopatía puede llegar a casos tan extremos en los que la persona deja de trabajar, de relacionarse e invierte todo su tiempo y dinero para jugar. Esto conlleva a la acumulación de deudas y al rompimiento de las relaciones familiares.
En el caso de los juegos de azar se produce lo que los psicólogos llaman refuerzo intermitente. Este consiste en que la recompensa que se desea se obtiene bajo un patrón irregular y en reducidas ocasiones, lo que genera mayor ansiedad y lleva a jugar más con la esperanza de ganar el premio. Así, la persona entra en un círculo vicioso que no tiene fin.
La Organización Mundial de la Salud considera que la adicción al juego es una enfermedad que conduce a la persona al “juego problemático, persistente y recurrente”, y que puede ocasionar importantes afecciones de la salud. Algunos de los síntomas de la ludopatía son: necesidad de jugar con mayor frecuencia y apostar más dinero; intentos fallidos de reducir o abandonar el juego; nerviosismo ante la posibilidad de no poder apostar; uso del juego como evasión de los problemas, entre otros.
Comida
La alimentación también es una necesidad básica del ser humano que, de no satisfacerse, puede llevar a la muerte por inanición. Al igual que los otros tipos de adicciones, el problema surge cuando comer llega a controlar la vida de una persona, quien pierde total control sobre su necesidad de alimentarse.
Dentro de los trastornos de conducta alimentaria, la adicción a la comida llama la atención. Esto es debido a los atracones, que son episodios donde la persona ingiere enormes cantidades de comida y luego se siente mal por su comportamiento, llegando a estados depresivos. La más grave consecuencia de la adicción a la comida es la obesidad, considerada por la OMS como una enfermedad de salud pública, la cual conlleva a la aparición de otras enfermedades como diabetes e hipertensión.
Muchas de las causas de la ansiedad están relacionadas con mecanismos neurobiológicos, que atañen a los sistemas de recompensa del Sistema Nervioso Central. Es por ello que algunos alimentos como los azúcares o las grasas generan cierto placer, pudiendo dar origen a la adicción.
Sin embargo, debe destacarse que la ansiedad es una de las causas más importantes de la adicción a la comida. Cuando una persona está ansiosa o sometida a elevados niveles de estrés, tiende a consumir alimentos con altos contenidos de grasa, sal o azúcar, puesto que le brindan sensación de bienestar. Y, una vez más, si no se controla, se produce el círculo vicioso que desencadena la adicción.
Nuevas tecnologías
Las nuevas tecnologías están presentes en el día a día de todas las personas. De un momento a otro, los aparatos electrónicos invadieron la vida humana al punto de que es difícil imaginarse la existencia sin acceso a éstas.
Pero con esta realidad también aparece otra menos agradable: cada vez son más el número de personas que no se pueden desconectar de sus aparatos ¿Consecuencia? Adicción a las nuevas tecnologías.
Una de las herramientas tecnológicas que genera mayor adicción, especialmente en los jóvenes, es el Internet. Indistintamente del uso que se le dé, juegos, educación o comunicación, son muchos los adolescentes que estarían en “crisis” si pasaran un día sin conectarse a la Red.
En el caso de la adicción a las nuevas tecnologías debe destacarse que la responsabilidad no puede recaer solo en el individuo adicto.
La sociedad actual se ha ido configurando en los últimos años en función del desarrollo de la tecnología y prueba de ello es la cantidad de empleos que son exclusivamente on-line y que exigen dedicación exclusiva al manejo de Internet y las redes sociales.
Factores que inciden en las adicciones a las nuevas tecnologías
Como en otros tipos de adicciones y trastornos psicológicos, existen ciertos factores, tanto personales como sociales, que inciden para que las personas desarrollen adicción a cualquier tipo de tecnología. Estos factores deben ser tomados en cuenta al momento de dar comienzo al tratamiento de esta adicción y son los siguientes:
- Edad: Los niños y adolescentes son los sectores de la población que presentan mayor vulnerabilidad a este tipo de adicción. Esto se debe al tiempo que pasa expuestos a estas tecnologías, así como la indetenible expansión de estas a nivel mundial.
- Depresión: En este punto se presenta cierta controversia al momento de definir la esta correlación: no se ha logrado determinar son la depresión en la causa o el efecto de la adicción a las nuevas tecnologías. Lo que sí se puede asegurar es que existe una estrecha relación entre el aumento de los niveles de depresión y el aumento en el uso de Internet.
- Accesibilidad: Aunque no todo el mundo tiene el mismo acceso a las nuevas tecnologías, cada vez son mayores las posibilidades de acceder a éstas. Ya sea a través de internet o Wifi gratuitas, o por medio de smartphones o consolas de videojuegos, las personas están cada vez más inmersas en el mundo tecnológico.
- Baja percepción del riesgo: Debido a la reciente aparición de este trastorno, aún no se genera alguna alarma social con respecto del riesgo que presenta la alta exposición a las nuevas tecnologías. Los patrones de crianza que manejen los padres, permisiva, democrática o restrictiva, incidirán en mayor o menor grado en las probabilidades de que un niño desarrolle una adicción tecnológica.
- Familia y relaciones sociales: Dentro de una familia donde los adultos pasan muchas horas pegados al móvil o navegando por internet, es probable que los pequeños copien esos modelos y desarrollen algún tipo de adicción. En el caso de las relaciones dentro del colegio y con amigos, hoy en día el tener un móvil y acceso a internet parece ser un requisito al momento de ser aceptado dentro de los diferentes grupos sociales.
Compras
La adicción a las compras se presenta cuando la persona gastan altas sumas de dinero en la compra de productos y servicios que no necesita. Esta situación puede llegar a afectar económicamente a la persona. Además, puede desarrollar el trastorno acumulativo de Diógenes como problema colateral.
Por las características de la sociedad actual, en la que está presente un marcado patrón de consumo, es difícil identificar la adicción a las compras desde el comienzo. El problema aparece cuando la adquisición del bien o servicio deja de ser algo lúdico o para satisfacer alguna necesidad sentida y genera descontrol en la persona que no puede controlarse al momento de comprar.
Entre las características de una persona adicta a las compras destaca su irrefrenable deseo de comprar. Asimismo, compra para calmar la ansiedad o evadirse de la realidad y adquiere bienes que sabe no necesita. No es capaz de controlar esa conducta, por lo que después termina con arrepentimiento y sentimientos de culpa.
Trabajo
La prueba de que todo puede producir una adicción está en esta: la adicción al trabajo. Responde a la actual cultura del sacrificio, en la que se exige la máxima dedicación para obtener un mayor beneficio. De allí nació el término “workaholic”, para reflejar el problema donde el propio trabajo llega a transformarse en una adicción.
Aunque trabajar es necesario para la subsistencia, no lo es poner el trabajo por encima de otras necesidades como la atención a la familia, el relacionamiento social y el cultivo de aficiones personales. A la larga, esto conlleva al deterioro de la calidad de vida de la persona. Aquí es donde se aconseja tener equilibrio y mesura al momento de separar lo personal de lo laboral.
Los principales estudios sobre este tema señalan que las características de los workaholic se pueden agrupar en diferentes categorías. Los primeros presentan tendencias compulsivas, trabajan sin detenerse y se les dificulta relajarse. Otro grupo se muestra ansioso al no poder controlarlo todo y se ven sumamente afectados cuando no logran controlar la situación y las cosas no salen según lo planeado.
Hay otros que mantienen relaciones mínimas con sus compañeros de trabajo y son incapaces de trabajar en equipo, mucho menos delegar responsabilidades. En estas personas la autovaloración se centra en el trabajo, por lo que su valor personal depende de los logros profesionales que alcance.
Adicciones emocionales
Suelen ser los tipos de adicciones menos conocidas o menos “reconocidas”. Lo cierto es que, si se puede depender afectivamente de alguien o si se puede ser adicto a estar triste todo el tiempo. Las dependencias emocionales que surgen producto de la ruptura de una relación sentimental afectan de manera importante a la persona que las padece. Esto ocurre porque la persona se siente incapaz de enfrentarse a la soltería o de buscar una nueva pareja.
También se presentan casos en los que el individuo, sin presentar síntomas de depresión, suele sentirse triste. Lo llamativo de la situación es que no muestran interés por cambiar su estado, tal vez porque le reditúa mayor atención y afecto por parte de quienes le rodean. Otra posible causa es que la persona no sienta la capacidad de abandonar esa emoción, lo que puede ocasionar problemas futuros, vinculados con la adicción.
Como se ve, existen diferentes tipos de adicciones: a sustancias, de comportamiento y emocionales. Aunque la más conocida es la vinculada con el abuso de sustancias, ninguna debe descuidarse en su diagnóstico, pronóstico y tratamiento. De lograrlo, las personas podrían superar su adicción y tener bienestar físico y emocional.
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