¿Has escuchado hablar de las emociones negativas? En el siguiente post podrás conocer cuáles son las más comunes entre las personas y cómo puedes afrontar cada una de ellas. Aunque muchos creen que no son necesarias, hay emociones negativas que debemos experimentar.
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Emociones negativas
A través del siguiente artículo podrás aprender un poco más sobre las emociones negativas y el impacto que éstas generan en el comportamiento del ser humano. Cuando hablamos de emociones negativas nos estamos refiriendo a esas experiencias conscientes con una actividad mental intensa de displacer. Este tipo de sentimientos vienen acompañados muchas veces de reacciones fisiológicas.
Las emociones negativas son difíciles y peligrosas cuando no se logran manejar de la forma correcta. Por cada emoción negativa podemos tener una reacción fisiológica diferente, es decir, cuando sentimos la emoción del miedo, también podemos llegar a experimentar alguna reacción física, en este caso sudoración o taquicardia.
Todos a lo largo de la vida vamos a experimentar todo tipo de emociones, tanto positivas como negativas. Ningún ser humano puede escapar de esta realidad. Son reacciones psicofisiológicas que tendremos que vivir en determinadas situaciones. Las emociones nos ayudan a adaptarnos al entorno. Cuando estamos ante un peligro inminente tenemos miedo y nos alejamos de él.
No todo es malo. Las emociones negativas son muy importantes porque nos ayudan a afrontar muchas veces determinadas situaciones. Por ejemplo, cuando muere un ser querido, es normal que sientas emociones como la tristeza, sin embargo esa emoción es necesaria dado a que ayuda a que las personas a tu alrededor se muestren compasivas y empáticas contigo.
Lo primero que debemos saber es que las emociones negativas son experiencias normales que debemos vivir. Gracias a este tipo de reacciones podemos lograr adaptarnos al entorno y mostrar nuestros sentimientos hacia los demás. En pocas palabras, las emociones negativas son útiles y necesarias.
También es una realidad que muchas emociones negativas se generan sin un desencadenante claro ni una función concreta. También puede suceder que una determinada emoción negativa, como por ejemplo la tristeza, se prolongue más tiempo del deseado. En esos casos si debemos tener mucho cuidado y recurrir a la ayuda lo antes posible.
Lista de las emociones negativas principales
Para nadie es un secreto que los seres humanos podemos llegar a experimentar un sinfín de emociones negativas a lo largo de nuestra vida, Por esa razón hemos preparado la siguiente lista con las 1o emociones negativas más comunes y cómo debemos afrontarlas.
1. Fobia
Muchos tienden a confundir miedo con fobia, sin embargo se tratan de emociones negativas muy diferentes. Una de las principales diferencias que existen entre ambas tiene que ver con la forma en que reaccionamos; por ejemplo cuando hablamos de miedo nos referimos a la emoción negativa que experimentamos ante un peligro real, en la que nuestra vida se ve amenazada.
Un ejemplo de miedo puede ser el siguiente: Estás caminando solo por una calle en completa oscuridad y notas que alguien te está siguiendo. En ese momento es normal que sientas miedo. Sin embargo la fobia trata de algo muy diferente. En la fobia, la emoción que surge no está justificada. En pocas palabras, sientes miedo a algo sin justificación alguna.
Algunos ejemplos de fobia pueden ser:
- A la oscuridad
- A insectos (como cucarachas)
- A la muerte
- A conducir
- A hablar en público
- A hablar con los demás (fobia social)
A lo largo de nuestra vida podemos llegar a experimentar muchos sentimientos de fobia. Una buena parte los logra superar, sin embargo hay quienes se quedan estancados en estas emociones negativas, hasta convertirse en algo muy negativo y peligro. ¿Cómo podemos superar la fobia?
Para superar este tipo de emociones negativas es fundamental atacar dos ámbitos; el primero de ellos son los pensamientos que te abruman, además de las conductas de evitación, puesto que al exponerte, lograrás habituarse al estímulo fóbico.
2. Ansiedad o preocupaciones excesivas
La mayoría hemos experimentado alguna vez en la vida este tipo de emociones negativas. Es normal sentirse preocupado en ciertas situaciones, incluso sentir ansiedad, sin embargo cuando estas reacciones se vuelven permanentes y excesivas, allí es donde comienza lo alarmante y peligroso del caso.
La ansiedad está considerada como una de las emociones negativas más desagradables a las que se exponen los seres humanos. Cuando estamos sufriendo de ansiedad, nuestro cuerpo responde con nerviosismo, miedo a la incertidumbre, etc. La verdad es que son muchísimas las circunstancias que pueden generar ansiedad en nosotros.
Sentimos ansiedad cuando queremos realizar a la perfección nuestro trabajo, cuando buscamos ese equilibrio entre la vida familiar y laboral, o incluso cosas mucho más sencillas pueden llegar a despertar en nosotros sentimientos de preocupación y ansiedad. Es importante saber que este tipo de reacciones traen sus consecuencias negativas, por ejemplo dificulta el rendimiento o desempeño de las personas.
Poder controlar la ansiedad y la preocupación traerán muchos beneficios a nuestra vida. La ansiedad, dado a que tiene un gran componente cognitivo, requiere que aprendas a darle un significado distinto a los acontecimientos. Coloquemos un ejemplo:
Imagina que sientes mucha ansiedad cuando piensas que si no terminas tu trabajo cada día te pueden despedir. Controlar la ansiedad no implica dejar de hacer el trabajo, sino más bien de estar consciente de que no todo el tiempo vamos a poder cumplir los objetivos. No pasa nada si en algún momento dejas parte de tu trabajo para el día siguiente.
De esta manera podrás aliviar tus niveles de ansiedad y, una vez hayas descansado lo suficiente, estarás listo para seguir el trabajo que dejaste pendiente.
3. Ira o agresividad
La ira también está entre una de las emociones negativas más comunes que pueden experimentar las personas. Este tipo de reacciones surgen por diferentes motivos: Ver amenazada nuestra libertad, cuando nos sentimos agredidos, etc. La ira hace que nuestro cuerpo experimente grandes cambios fisiológicos.
Cuando una persona está airada su rostro cambia por completo. Empieza a experimentar enrojecimiento facial, aceleración del ritmo cardíaco, sudoración, tensión de los músculos, entre otras reacciones. Controlar la agresividad puede convertirse en un gran reto para muchas personas, sin embargo es fácil de lograrlo.
Solo debes tomar distancia, tanto física como mental, de aquellas personas o situaciones que despiertan en ti este tipo de emociones negativas. En medio de estos escenarios lo mejor será retirarse a un espacio tranquilo y en paz donde puedas gestionar esta emoción tan intensa.
Trata de tomarte unos minutos para respirar profundamente. De esa manera podrás retomar la frecuencia cardíaca adecuada. También es recomendable reflexionar sobre la situación vivida y pensar un poco en qué cosas puedes hacer para solucionar el conflicto, sin tener una concepción de perder o ganar, sino más bien de llegar a un punto medio y evitar mayores problemas.
Está comprobado que muchas de estas emociones como la ira y la agresividad viene dada por los malos hábitos a lo largo de nuestra vida. Debes tratar de mejorar hábitos diarios como el dormir las horas necesarias. Eso hará que tu estado anímico mejore considerablemente.
4. Tristeza
Estar triste no siempre es malo. Quizás muchos no lo sabían, pero la tristeza es una de esas emociones negativas necesarias para experimentar, ya que nos ayudan a adaptarnos a ciertas situaciones o escenarios. Se trata de una emoción que cumple una función adaptativa muy importante.
Por medio de la tristeza podemos hacer ver a quienes nos rodean que estamos atravesando un episodio difícil en nuestra vida y que necesitamos de ese apoyo social. También puede ayudarte a conservar energía para reponerse tras un acontecimiento traumático o una grave pérdida.
Si bien es cierto que la tristeza es necesaria, no es bueno permanecer estancado en este tipo de emoción negativa. Si sientes una tristeza profunda y prolongada, trata de seguir estas recomendaciones que pueden ayudarte a combatirla:
- Planea actividades que te mantengan ocupado
No es bueno estar solo cuando sentimos tristeza y mucho menos enfocar nuestra mente en lo negativo de la situación. Eso empeoraría aún más las cosas, incluso te llevaría a un círculo vicioso del que es muy difícil salir. Tratar de ocupar tu mente en otras cosas diferentes y no pensar tanto en eso que te pone triste.
Se recomienda incluir actividades en tu agenda de forma gradual, empezando con un paseo de 20-30 minutos, por ejemplo. Con el pasar del tiempo puedes ir sumando más actividades; podrías salir a comer con tus amigos, practicar algún deporte, etc.
- Habla de lo que te entristece
¿Te sientes triste? Habla con alguien. Muchos trata de ocultar la tristeza, pero la verdad es que eso no te ayudará en nada. Aprende a gestionar tu tristeza hablando con tus más cercanos amigos y familiares. Hazle saber eso que te hace sentir triste y abrumado.
- Llora cuando lo necesites
El llorar hará que te sientas más tranquilo. Ayuda a desahogarte y no le hace mal a nadie, eso sí cuando no se hace por tiempo prolongado. Está comprobado que el llanto libera una serie de hormonas que alivia la angustia sentida ante un evento doloroso.
- Busca la parte positiva de lo sucedido
Siempre es recomendable ver la otra casa de lo ocurrido. No te enfoques solo en lo negativo. Identifica la situación que te hace sentir triste y trata de buscar los beneficios o el lado positivo de eso que te está pasando.
Puede que tu tristeza se deba a la pérdida de algún trabajo. Puedes percibir un despido como una oportunidad para encontrar un empleo que se adapte más a tus metas profesionales, o en el que tengas un mejor horario de trabajo o salario.
5. Culpabilidad
Otra de las emociones negativas más comunes entre las personas es la culpa. ¿Quién no se ha sentido alguna vez culpable por algo? Seguramente la gran mayoría ha llegado a experimentar este tipo de emociones. Tiene la característica principal de que nos hace sentir muy mal con nosotros mismo.
Al igual que la tristeza, la culpa también está considerada como una emoción adaptativa, es decir que no es malo experimentarla. Evita que nos comportemos mal y seamos crueles los unos con los otros, eso ayuda a mantener el bienestar de la sociedad. Por consiguiente, siendo una emoción negativa, tiene sus puntos positivos.
Sentirse culpables todo el tiempo tampoco es bueno. Si sientes que estás experimentando esta emoción y no sabes cómo afrontarla, aquí te dejamos algunas recomendaciones que debes seguir para combatir en definitiva dicha emoción:
- Habla con la persona a la que has herido
Una de las primeras cosas que debes hacer cuando te sientas culpable por algo es mostrar tus disculpas abiertamente. Eso provocará que te sientas mejor, además que podrás deshacerte de ese sentimiento de culpa por haber actuado de forma incorrecta o, al menos, atenuar esa culpabilidad.
- Corrige tu error
Si está entre tus posibilidades, trata de enmendar ese error que cometiste para que tu sentimiento de culpa disminuya. Por ejemplo, si has roto un objeto de valor para otra persona, trata de encontrar el modo de compensarlo, de manera que el daño sea menor.
- Aprende de tus errores
Cuando el error sea imposible de enmendar, no quedará de otra que aprender de ese error. Trata de que tu error no se repita en un futuro. Acepta que es imposible cambiar el pasado, pero sí podemos decidir sobre nuestro presente y futuro. Nunca es tarde para corregir y recapacitar.
6. Envidia
Ahora llegó el turno de hablar de otras de las emociones negativas más evidentes entre los seres humanos. Se trata de la envidia, ¿Has sentido envidia por algo o alguien en algún momento de tu vida? Es importante que sepas que este tipo de emoción provoca varios tipos de sentimientos displacenteros como irritabilidad, cólera, resentimiento, fastidio, mal humor, odio o exasperación.
Se produce envidia cuando no podemos disfrutar de las alegrías o bienes que tienen las demás personas. Aunque parezca un sentimiento normal, es muy necesario aprender a deshacernos de la envidia, pues está comprobado que desata otras complicaciones emocionales y hasta puede provocar ciertas enfermedades en nosotros.
7. Odio
El odio también es una emoción negativa común que experimentan la mayoría de las personas. Genera repulsa o rechazo de una persona hacia algo o alguien, hasta el punto de querer eliminarlo de su vida si es posible. El odio empeora nuestra calidad emocional de vida. Desfavorece el diálogo, por lo que la reconciliación o cambio de opinión resulta prácticamente imposible.
Detrás del odio se pueden esconder un sinfín de problemas que debemos atacar a su tiempo. De acuerdo a muchos estudios realizados, el odio podría ser el resultado de sensaciones como la baja autoestima, la inseguridad, la inmadurez emocional, el egocentrismo, la impaciencia, la escasa tolerancia o la frustración.
La verdad es que este tipo de emociones negativas pueden tener importantes consecuencias como unas relaciones superficiales con otros individuos o basadas en el dominio, la necesidad de obediencia, culpabilidad y remordimiento, soledad, falta de empatía con otras personas, etc.
8. Soledad
¿Te has sentido solo alguna vez en la vida? La soledad es una de las emociones negativas a las que muchas personas se deben enfrentar. Lo primero que podemos decir es que se trata de una emoción no deseada por el individuo. Cuando la persona elige estar solo, no es considerado soledad, ahora cuando te sientes aislado y sin ningún tipo de compañía y apoyo, está experimentando soledad.
La soledad es una de las emociones negativas más peligrosas y puede provocar otra serie de problemas en la persona que la está viviendo. Cuando esta emoción se vuelve muy intensa, podría ocasionar inconvenientes de salud, tanto mental (demencia, delirios, depresión), como física (hipertensión, problemas cardíacos). Lo mejor será buscar ayuda cuando nos sentimos en soledad.
9. Desconfianza
La desconfianza se produce a partir del mismo momento en el que perdemos la seguridad sobre cómo actuará algo o alguien. Este tipo de emociones negativas también pueden desatar una serie de reacciones en la persona que la experimenta, sobre todo reacciones de incertidumbre, miedo y una permanente necesidad de vigilar cada paso de aquello en lo que no confía.
Desconfiar va muy ligado con el tema de la inseguridad. Lamentablemente muchas veces no le prestamos atención a las consecuencias de llevar vidas inseguras. La inseguridad emocional es la gran enemiga del avance, la gran boicoteadora de la autoestima y además se convierte en un gran obstáculo para la construcción de vínculos sólidos. Es importante y necesario comenzar a confiar. Empieza por confiar en ti mismo.
10. Celos
Este tipo de emociones negativas va muy ligada a la anterior, es decir a la desconfianza. Incluso se podría considerar a los celos como uno de los hijos de la desconfianza. Cuando empezamos a desconfiar en alguna persona, comenzamos a experimentar sensaciones de celos.
Es una continua sospecha de que su pareja puede tener sentimiento de cariño o amor hacia otra persona, así como que haya una tercera persona que quiera entrometerse en su relación. Pero los celos no se da solo en relaciones amorosas, también podemos llegar a celar a amistades, familiares, incluso puestos de trabajo o propiedades, pero todo nace a partir de la desconfianza.
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