La mayoría de los seres humanos llegamos a experimentar situaciones de nervios o ansiedad a lo largo de nuestra vida. Cuando estos síntomas alcanzan su nivel más elevado entramos en lo que se conoce como crisis nerviosa. Aprende más de sus síntomas, causas, consecuencias y tratamiento.
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Crisis nerviosa
A lo largo de nuestra vida podemos llegar a experimentar diferentes episodios emocionales, unos más complejos que otros. Entre los más comunes y peligrosos se encuentran las llamadas crisis nerviosa. Este tipo de sensaciones atacan directamente la tranquilidad de una persona y puede convertirse en un grave problema si no se corrige con la ayuda de profesionales.
La mayoría podemos llegar a experimentar nervios o ansiedad en alguna ocasión de nuestra vida, incluso puede ser hasta normal, sin embargo es necesario actuar de forma inmediata para evitar que ese estado de ánimo se convierta en parte de nuestro vivir diario.
La crisis nerviosa ocurra cuando la ansiedad o nervios alcanzan su nivel más elevado, incluso cuando sentimos que no estamos en la capacidad de poder controlar ese estado emocional. Cuando estos síntomas son de una intensidad considerable, se puede decir que hemos sufrido una crisis nerviosa.
Pero, ¿Sabe usted por qué se origina una crisis nerviosa? Existen muchos factores que pueden promover este tipo de reacciones en el ser humano, sin embargo la crisis nerviosa se origina principalmente cuando la situación ambiental sobrepasa los recursos de los que disponemos para hacer frente.
Quédate con nosotros y aprende un poco más acerca de lo que significa una crisis nerviosa, cómo se origina, cuáles son sus causas y qué consecuencias puede llegar a originar en nuestro comportamiento. Así mismo te enseñaremos algunos de los principales tipos de crisis nerviosa que existen y los tratamientos que se pueden aplicar.
Crisis nerviosa: ¿Qué es?
Lo más probable es que hayas escuchado hablar acerca de la crisis nerviosa, pero ¿sabes lo que significa realmente? La mayoría de nosotros solemos usar este término para hacer referencia, de manera no médica y en lenguaje cotidiano, a crisis de ansiedad. Una persona que sufre de ansiedad elevada e incontrolable se podría decir que es una persona que experimenta crisis nerviosa.
La crisis nerviosa es un problema que puede llegar a afectar a todo tipo de individuos. En ocasiones pensamos que se trata de una patología que ataca únicamente a personas con ciertas condiciones mentales especiales, sin embargo la realidad es otra muy distinta. La crisis nerviosa también puede aparecer en personas sanas, es decir sin trastorno mental.
Puede que no tengas ningún trastorno mental pero vivas bajo condiciones altamente estresantes. En esos casos es muy común que aparezcan las llamadas crisis nerviosas. Este tipo de sensaciones también pueden afectar a personas que tengan algún tipo de trastorno mental. Muchas veces la crisis nerviosa es uno de los síntomas subyacentes al trastorno.
Lo cierto es que una crisis nerviosa puede atacarnos a todos sin distinción alguna, y por esa razón se debe prestar mucha atención a sus causas y consecuencias, así como a la necesidad de aplicar los correctivos para evitar que la crisis empeore y traiga más inconvenientes a nuestra vida.
No todas las personas somos iguales, y por lo tanto no todas las crisis nerviosas tienen el mismo comportamiento. Todo va a depender de cada individuo que la experimente, sin embargo en términos generales se puede decir que una crisis nerviosa tiene diferentes lapsos de tiempo. En algunos puede durar desde minutos, hasta horas, días o incluso varias semanas.
Ahora bien, ¿qué es exactamente una crisis nerviosa? Como ya mencionamos un poco más arriba, en el lenguaje ordinario solemos emplear este tipo de términos para referirnos a un estado de ansiedad muy elevado, es decir, cuando una persona está extremadamente ansiosa o llena de nervios decimos que está presentando una crisis nerviosa.
Una crisis nerviosa puede aparecer cuando nos vemos sobrepasados o desbordados por las circunstancias de la vida; es decir, nuestros recursos son insuficientes para hacer frente a las exigencias del entorno en el que nos encontramos. Al no poder solucionar, entramos en una etapa de ansiedad y terminamos con una crisis nerviosa.
En ocasiones estas exigencias son elevadamente estresantes, y desembocan en una serie de síntomas característicos que analizaremos más adelante.
Exigencias del entorno
Para nadie es un secreto que una persona que sufre una crisis nerviosa, deja ver un conjunto de síntomas ansiosos y/o nerviosos. Al estar frente a esa situación provoca que su capacidad de respuesta ante las demandas del entorno se vean considerablemente reducidas, y por consiguiente, su funcionamiento se vea alterado y termine resultando disfuncional o desadaptativo.
Una de las principales causas que hacen que una persona pueda llegar a experimentar una crisis nerviosa son precisamente las exigencias del entorno. A lo largo de nuestra vida nos vemos envuelto en diferentes escenarios que influyen directamente en nuestro comportamiento y estado de ánimo.
Las exigencias del entorno pueden incluir diversas situaciones como laborales, sociales, personales, entre otras. Cuando se pierde la capacidad de responder efectivamente ante esas exigencias terminamos dando paso a lo que conocemos como crisis nerviosa. En pocas palabras, el origen de una crisis nerviosa es la pérdida de la capacidad de respuesta a determinadas exigencias del entorno.
Hay algo que se debe dejar muy claro y es que cada persona puede llegar a presentar causas muy distintas relacionadas a una crisis nerviosa. Es decir, lo que parece exigente para mí, puede que para otro individuo luzca sencillo. Por consiguiente, lo que a mí me pudiese generar estrés, posiblemente a otra persona le cause tranquilidad.
Por eso es que se dice que la percepción de una crisis nerviosa puede variar de una persona a otra. Las causas o desencadenantes de una crisis (exigencias del medio) nunca serán las mismas para una persona u otra. No obstante, sí que compartirán un elemento en común, que es su percepción de incontrolabilidad o de imposibilidad de gestionar.
Síntomas
Ya conocemos un poco más acerca del significado del término “crisis nerviosa”. Ahora ha llegado el momento de descubrir algunos de los principales síntomas relacionados con este tipo de sensaciones comunes en los seres humanos. Lo primero que se debe aclarar es que existen una serie de síntomas característicos propios de una crisis nerviosa.
Así como existen muchos síntomas característicos de una crisis nerviosa, estos también puede variar dependiendo de cada individuo. Recordemos que cada uno de nosotros nos comportamos de una forma diferente, por lo tanto, de acuerdo a las características personales de cada uno (situaciones que desencadenan la crisis, exigencias del entorno), los síntomas pueden ser muy diversos.
Más allá de la amplia lista de síntomas relacionados con la crisis nerviosa, es importante destacar que los más frecuentes son de tres tipos:
- Síntomas psicológicos
- Síntomas fisiológicos
- Síntomas comportamentales
Si bien es cierto que los tres tipos de síntomas de una crisis nerviosa están estrechamente relacionados y muchas veces se solapan entre ellos, es necesario detenernos en cada uno para analizar con mayor claridad los síntomas que agrupa estas tres categorías:
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Síntomas psicológicos
En primer lugar vamos a hablar acerca de los síntomas psicológicos de una crisis nerviosa. Nos referimos a síntomas psicológicos a cada una de esas reacciones que están directamente relacionadas con la psique de una persona y a sus procesos mentales. Entre los principales síntomas psicológicos se encuentran los siguientes:
Sensaciones de intranquilidad
Es común que una persona atacada por una crisis nerviosa comience a experimentar muchos cambios drásticos en su estado de ánimo. Uno de los síntomas más notables tiene que ver con esa sensación permanente o intermitente de intranquilidad. La persona no se siente segura y pierda la paz interior.
Una persona con crisis nerviosa siente cómo poco a poco va perdiendo el control de sus propias emociones y no puede reaccionar ante ninguna realidad que se le presente. Es común que se sienta nerviosa, tensa, como “a punto de perder el control total”: Esta sensación ciertamente es muy psicológica, sin embargo puede afectar otra sintomatología, como por ejemplo la fisiológica.
Alteraciones cognitivas
Durante una crisis nerviosa es común que surjan las llamadas alteraciones cognitivas. Entre una de las reacciones más frecuentes se encuentran las dificultades para evocar recuerdos (alteraciones en la memoria), dificultades atencionales y de concentración, lentitud en la toma de decisiones, entre otras tantas.
Por lo general se tiende a confundir un trastorno cognitivo (por ejemplo una demencia) con una crisis nerviosa. Son dos cosas completamente diferentes. Con frecuencia los trastornos mentales conllevan alteraciones cognitivas, por ejemplo la depresión, el trastorno de ansiedad generalizada, etc.
Miedo irracional
¿Has llegado a sentir una sensación de miedo incontrolable? Podrías estar frente a una crisis nerviosa. Éste es otro de los principales síntomas psicológicos que pueden surgir en medio de una crisis de estas características. Un miedo irracional muchas veces es desproporcionado o no presenta un desencadenante claro.
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Síntomas fisiológicos
En la parte anterior hablamos acerca de los principales síntomas psicológicos que pueden presentarse en medio de una crisis nerviosa. Ahora te vamos a explicar algunos de los síntomas fisiológicos más característicos en este tipo de patologías experimentadas por el ser humano. Los síntomas fisiológicos están directamente relacionados con el ámbito corporal, e incluye alteraciones físicas como:
Fatiga
La fatiga es quizás uno de los principales síntomas fisiológicos que puede experimentar una persona que sufre de crisis nerviosa. Cuando hablamos de fatiga nos estamos refiriendo directamente a esa sensación insostenible y elevada de cansancio físico, como de pesadez, que afecta el desarrollo de las actividades de la vida diaria.
En ocasiones puede resultar normal que sintamos fatiga, sin embargo cuando ésta se vuelve constante, es allí donde debemos encender las alarmas. La fatiga puede ser el resultado de muchas situaciones de estrés continúo a la que nos sometemos a lo largo del día, pero también puede ser causada por factores psicológicos o por ambos elementos.
Pérdida de apetito
Hay quienes no suelen prestarle mucha atención a la pérdida de apetito, pero es uno de los principales síntomas de una crisis nerviosa. Estamos hablando de uno de los síntomas fisiológicos más característicos en este tipo de situaciones. La falta de apetito puede estar provocada por el estrés crónico al que está sometido la persona, o por la sensación de nervios constante que siente en el estómago.
Alteraciones en el sueño
Posiblemente no lo sabias pero la ansiedad y el sueño están directamente relacionados entre sí. Diferentes estudios han comprobado que una persona que sufre de ansiedad por lo general también padece de alteraciones en el sueño, es decir, le cuesta poder dormir cómoda y placenteramente. La falta de sueño es otro de los síntomas fisiológicos de una crisis nerviosa.
Cuando hablamos de alteraciones en el sueño no solo nos estamos refiriendo a la dificultad de poder dormir. Además de los conflictos para conciliar el sueño (conocido como insomnio de inicio), también podemos experimentar otras situaciones como: dificultades para mantener el sueño a lo largo de la noche (insomnio de mantenimiento) o la presencia de un despertar temprano (insomnio terminal)
Dolor de cabeza
No todo el tiempo los dolores de cabeza están relacionados con una crisis nerviosa, sin embargo éste es otro de los síntomas fisiológicos más frecuentes que experimentan las personas que sufren de este tipo de crisis. Estos síntomas también aparecen en los diversos trastornos de ansiedad.
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Síntomas comportamentales
Ya hablamos de los síntomas psicológicos (psiquis de una persona) y de los síntomas fisiológicos (cuerpo) que pueden presentarse en medio de una crisis nerviosa. Ahora te contaremos acerca de los síntomas comportamentales que son aquellos que abarcan el terreno más conductual de un individuo. Entre los síntomas más frecuentes están:
Aislamiento social
Una de las principales reacciones conductuales que pueden presentar las personas afectadas con una crisis nerviosa es precisamente el aislamiento social. Ocurre mucho que la persona sienta la necesidad de estar lejos de todo el mundo, comienza a anhelar la soledad.
Una persona con crisis nerviosa por lo general termina alejándose de su entorno social, evitando quedar con los amigos o la pareja, dejando de ver a sus familiares, etc. Todo esto suele ser generado por el malestar que le provocan los otros síntomas y el temor a volver a sufrir una crisis nerviosa en situaciones sociales.
Comportamientos agresivos
La crisis nerviosa en una persona puede hacer que ésta sufra de comportamientos agresivos. Es común que alguien que sufra de este tipo de crisis experimente una ira descontrolada o exagerada, traduciéndose en comportamientos agresivos o desafiantes, y que solo hacen que empeore el malestar y la tensión que siente la persona.
Llanto excesivo
Otro de los síntomas comportamentales más frecuentes que se pueden observar en una persona con crisis nerviosa es el llanto excesivo. Siente una tristeza muy profunda en su corazón y no quiere hacer otra cosa que llorar, incluso a veces sin motivos muy claros.
Causas
Ya conocemos los principales síntomas de una crisis nerviosa. Ahora vamos a detenernos un poco en las causas que pueden llevar a que una persona padezca de este tipo de reacciones. Lo primero que se debe aclarar es que las causas de una crisis nerviosa pueden ser muy diversas. Todo va a depender de las características propias que experimenta cada individuo.
Casi siempre la aparición de una crisis nerviosa está relacionada a múltiples factores. Tal y como hemos aprendido hasta ahora, aparecen como consecuencia de una situación ambiental exigente o de demandas ambientales antes las cuales la persona se siente en la incapacidad de reaccionar.
Entre las principales causas de una crisis nerviosa están:
- Las situaciones altamente estresante
Existen muchas situaciones que pueden despertar en una persona mucho estrés, por ejemplo las situaciones de separación, bien sea un divorcio o la muerte de algún ser querido. También puede provocar estrés el exceso de trabajo, problemas laborales, financieros, entre otros.
- Factor genético
Muchos estudios han alertado acerca de la posibilidad de padecer este tipo de crisis por factores genéticos, que aunado a la situación estresante, desencadenan en una crisis nerviosa. Hay quienes aseguran que la herencia puede jugar un rol importante en todo esto.
- Trastorno mental
Entre otras de las principales causas que podrían desencadenar una crisis nerviosa en una persona se encuentran los trastornos mentales subyacentes, por ejemplo un trastorno de ansiedad, un trastorno psicótico, un trastorno depresivo, etc.
En estos casos resulta vital saber discernir de la manera correcta los síntomas para poder diagnosticar si efectivamente estamos frente a una crisis nerviosa o ante otra patología. Los factores temperamentales, de sugestión y de personalidad también pueden jugar un rol fundamental en el origen de las crisis nerviosas. Se cree que las personas neuróticas tienen mayor riesgo de llegar a desarrollarla.
Aquí una lista completa de causas de crisis nerviosas:
- Duelo psicológico crónico y/o sin resolver
- Dolencias nuevas o crónicas
- Desempleo
- Problemas académicos
- Síndrome de burnout
- Estrés social
- Identidad sexual
- Trauma post-bélico
- Insomnio crónica u otros desórdenes del sueño
- Enfermedad seria o crónica de un pariente, de un conocido o de uno mismo
- Divorcio o separación
- Muerte de un miembro de la familia
- Embarazo
- Experiencias traumáticas, violentas o cercanas a la muerte
- Desengaño amoroso
- Desorden de identificación de género sin resolver
- Agresión de parte de algún miembro de familia
Una inesperada y extrema llegada de las siguientes enfermedades mentales puede ser clasificada como crisis:
- Depresión
- Trastorno bipolar
- Psicosis
- Disociación
- Trastorno por estrés postraumático
- Estrés grave
- Ansiedad
Tratamiento
La buena noticia es que existen herramientas que nos pueden ayudar a controlar las crisis nerviosas. Los expertos en el tema coinciden en que el tratamiento más efectivo para atacar este tipo de situaciones es aquel que implica un abordaje multidisciplinario.
Si bien es cierto que los psicofármacos podrían representar una solución efectiva a corto plazo y ofrecernos grandes beneficios, no son la solución definitiva a la crisis nerviosa. A largo plazo lo recomendable será aplicar un tratamiento integral que tome en cuenta la psicoterapia.
Existen muchas técnicas psicológicas que se pueden ser aplicadas en una persona que padezca de crisis nerviosa. Por ejemplo están las técnicas de reestructuración cognitiva para tratar los pensamientos disfuncionales, técnicas de relajación y respiración que bajen los síntomas ansiosos y físicos y psicoeducación que ayude al paciente a comprender el origen y tratamiento de su crisis nerviosa.
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